La Federación de Gremios de Artistas Falleros y Hogueras del País Valencià ha mostrado su malestar ante la suspensión de las fallas. No sólo por las pérdidas económicas, cifradas en ocho millones de euros, sino por su logística: "Es más fácil quemar las fallas|fallos que desmontarlas", ha declarado el maestro mayor del gremio, José Ramon Espuig, y aclara que es "imposible" poder desmontarlas y guardarlas en una nave hasta que se puedan volver a celebrar: "Se han hecho anclajes con hierro y soldaduras, mejor tomar fuego y hacer nuevas".
A pesar de todo, en un comunicado emitido por esta federación, reiteran que "lamentan la situación que vive el país" aunque no esconden el desconcierto que ha provocado una decisión que consideran que ha llegado demasiado tarde.
Así pues, hace un llamamiento a "no retirar ninguna falla o elemento que tenga en las calles de cualquier capital y población donde se celebra y haya quedado suspendida por la orden ministerial". Y avisan de que sólo lo harán cuando se haya garantizado quien se hace cargo de los trabajos de desmontaje y almacenaje que suponen un "alto coste material y de riesgo para las personas encargadas de la labor".
La Generalitat Valenciana todavía tiene que emitir el decreto con los detalles de las condiciones de la suspensión. El Gremio tampoco apuesta por otra fecha, se había planteado emplazarlo el mes de junio, coincidiendo con las Hogueras de Sant Joan, pero lo intentan imposible: "Hay artistas que también hacen monumentos por esta fecha y no podrían construirlas si tienen el taller ocupado". Espuig sentencia que los falleros están "destrozados".