Puede ser que estemos acostumbrados a reservar mesa en un restaurante, unas butacas en el teatro o asientos en el cine. Incluso, unas vacaciones a través de una agencia. ¿Sin embargo, estamos preparados para reservar un pedacito de arena para ir a la playa? Sea como sea, es posible que nos tengamos que acostumbrar por el coronavirus. Sin ir más lejos eso es lo que pasará a Canet d'en Berenguer, Valencia. El ayuntamiento ya ha anunciado que este verano sólo permitirá la entrada a 5.000 personas tomando el sol diariamente, la mitad de lo que sería habitual. Los espacios se tendrán que reservar a través del móvil.
"Este verano será muy diferente", explica el alcalde de la ciudad, Pere Joan antoni Chordá a la CNN. "Habrá más espacio entre tu vecino, como una playa de clase 'ejecutiva'". Así, Canet utilizará un patrón de cuadrícula con el fin de dividir su playa en cuadrados, cada una separada por dos metros. La separación se hará con unas redes similares a las de las porterías. Ahora bien, sólo se podrá reservar por la mañana o por la tarde, no se podrán hacer reservas de día entero.
Por otra parte, en Sanxenxo, Galicia, se permitirá el acceso a la playa por orden de llegada, hasta completar el aforo permitido. Sin embargo, el alcalde de la localidad, Telmo Martín, decía también en la CNN que "el turismo es el 80% de nuestra economía. Tenemos que encontrar soluciones para que nuestra gente se sienta segura desde el punto de vista de la salud. Pido responsabilidad a todos".
El aforo máximo será del 75% y habrá una distancia de separación de, como mínimo, 1,5 metros en la playa principal. Las limitaciones se harán con la ayuda de maderas y cuerdas para formar pequeños cuadrados, y se harán controles de acceso.
Limitaciones en Lloret
Estos dos municipios, sin embargo, no son los únicos que han tomado medidas de cara al verano. Lloret de Mar ya anunció hace unos días un plan de control: limitar el acceso y aforo de playas y calas cuando se permita el baño.
Además, también anunciaron que la playa grande y la de Fenals, será dividida en tres zonas: una para las personas mayores, otra para las familias y finalmente, una para jóvenes y adultos.
¿Son seguras las playas?
Las personas que viven en urbanizaciones, que van a las piscinas públicas o las que año tras año pasan sus vacaciones en la playa tendrán que esperar para saber al cien por cien qué pasará con estos espacios este verano. Hoy por hoy, todavía no hay datos fiables que expliquen el comportamiento del coronavirus en el agua o la arena.
Por esta razón, desde el Gobierno y en coordinación con el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), ha trasladado al CSIC la necesidad de conocer esta circunstancia antes de decidir qué hacer de cara al público. Se trata de una información esencial para tomar medidas y este estudio permitirá saber, entre otras cosas, cómo se comporta el virus al agua.
Una vez conocidos todos estos puntos, haría falta diseñar protocolos y ver cómo se desinfecta la zona que haya estado ocupada si desde el estudio se concluye que hay necesidad. Porque esta es otra cuestión importante: ¿si hace falta, cómo se puede desinfectar el agua del mar? ¿Y la arena? Este y otros puntos son algunas de las claves que está abordando el sector turístico, que se encuentra inmerso en estos días en la elaboración de una serie de protocolos o especificaciones técnicas de carácter higienicosanitario para subsectores turísticos.
A pesar de las dudas, hoy por hoy parece que las dos bases sobre las cuales se asentarán estas medidas sanitarias son la seguridad y la viabilidad de su implantación. Hay muchas preguntas por responder, desde esta del agua hasta la utilidad de unas máscaras en un restaurante, pasando por el uso de biombos en las playas. Para los resultados finales, sin embargo, habrá que esperar.
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