La Fiscalía está investigando una denuncia contra el Centre Especial en Teories i Pràctiques Superadores de Desigualtats de la Universitat de Barcelona (CREA), por actuar supuestamente como una secta. Las tres personas que han presentado la denuncia acusan al grupo de practicar un alto grado de "manipulación psicológica". Varios integrantes que han formado parte del centro explican que se sentían "cohibidos y observados".
El CREA hace proyectos de investigación que contribuyen al desarrollo teórico y práctico de las ciencias sociales: "En concreto, se centra en el análisis de la sociedad actual, su problemática y las medidas que contribuyen a resolverla, con atención especial en el ámbito de la educación y la formación", define el mismo organismo a su web. Sus representantes atribuyen los ataques al malestar que provocó una investigación sobre la violencia de género en la Universitat, y niegan cualquier vejación ni prácticas de control sobre sus miembros, al contrario de lo que denuncian las tres personas que han hecho llegar el caso a la dirección de la UB.
"Es muy atractivo porque te venden un proyecto innovador, de ensueño", dice una de las chicas que salió hace unos años. Entró con 20 años, cuando era alumna de la UB. Después de varios meses se marchó: "Salí destrozada porque no cumplí sus expectativas. Te pueden hacer sentir muy bien o muy mal", explica pidiendo que se preserve su identidad. Hace 16 años que salió y todavía recuerda cuando se quiso apartar. "Fue horrible durante años".
El año 2000 siendo alumna y, por vía de una amiga, entró en el CREA, que estaba dirigido por los profesores Ramon Fletxa, Jesús Gómez y Lídia Puigverd, y "acostumbraba a captar alumnos inquietos y brillantes", dice.
"Hay un ambiente muy de felicidad que a mí me parecía muy falso", explica la exalumna, que profundiza exponiendo que la dinámica diaria del grupo hace que "poco a poco sólo te dediques eso" y los integrantes se vayan alejando de su gente. Asegura que algunos de ellos compartían piso y que "a la hora de hablar de colegas y parejas, te hacían cuestionar si tu pareja era buena para ti". Asegura que, dependiendo del momento vital que vive cada persona, el CREA puede ser determinante para que la persona se aísle de su entorno habitual. Explica como en las dinámicas de grupo "sin que te enteres, delante de todo el mundo, esperan que tengas una reacción determinada", y que todas las dinámicas son en grupo, donde puede haber entre 5 o 6 personas, de tal manera que "se evita que puedas hablar con alguien" a solas.
El testigo con quien ha podido hablar El Nacional y que pide mantener su anonimato afirma que la organización funciona como una secta aunque "cuando estás dentro te cuesta verlo", pero explica que "se van poniendo poco a poco en tu vida". Según el exintegrante del CREA, "si estás en una situación de vulnerabilidad puede ser un buen trampolín" porque el grupo de investigación tiene proyección académica y además está becado, y los alumnos cobran por sus tesis.
2004, el antes y el después
El año 2004 la Universitat de Barcelona ya abrió una investigación interna a raíz de algunas quejas y de una corriente contraria al CREA. Aunque la fuerza de las redes sociales no era la actual, sí que hubo comentarios contra el grupo en Internet y también pintadas en la Universitat. La UB abrió entonces un expediente informativo y tomó declaración a los miembros del grupo de investigación.
"Nunca nos han querido enseñar el informe", dice la directora del CREA, Marta Soler. La Fiscalía no vio delito en aquel momento y Soler espera que ahora pase lo mismo.
Responsables del CREA atribuyen los problemas que ahora tiene el grupo, a la investigación de la violencia de género en la Universitat que llevaron a cabo. "Desde el 2004 salen mentiras. Siempre de manera anónima", dice a El Nacional Patrícia Melgar, miembro del CREA y autora de investigaciones pioneras sobre violencia de género en universidades tanto catalanas como españolas. Asegura que toda esta situación "está afectando a nuestra imagen profesional y nuestras vidas", y concreta que desde la creación del grupo de investigación el año 1991, hasta el 2004, que es cuando empieza el trabajo de investigación de violencia de género, no hay críticas a ningún blog ni a ninguna página web.
Melgar asegura que "siempre hemos actuado con transparencia" y que el "trabajo y la organización es la misma" que la de antes de 2004. Niega "ningún tipo de manipulación" y sólo encuentra una explicación a las denuncias de comportamiento sectario, por parte de alumnos que hayan podido salir decepcionados al no conseguir dirigir tesis doctorales o trabajos específicos. "Seguro que alguien aspiraba a eso", concluye Melgar.
Sobre las acusaciones de tipo sexual afirma: "Dicen que damos la clave de la felicidad y de la calidad del sexo. Si alguien sabe cómo, que nos lo diga". También niega que la hayan apartado de su entorno y su familia.
¿Qué ha cambiado?
Durante 13 años el CREA fue una balsa de aceite. Preguntamos a su directora qué cambió en 2004 para que empezaran 10 años de críticas y acusaciones contra la gestión de la organización y el tratamiento a los alumnos y becarios. "Ha cambiado que denunciaron casos de acoso sexuales", dice Marta Soler a El Nacional.
La directora del CREA ve en las denuncias y la campaña en las redes "intereses cruzados, cosas que se quieren tapar" y lo relaciona directamente con el trabajo de investigación que se hizo en 2004 cuando sacaron a la luz el acoso sexual en la Universitat. El proyecto estaba subvencionado por el Institut Català de la Dona.
Aunque no saben quién hay realmente detrás de las denuncias y la campaña en las redes, creen que podría haber afectados por este trabajo de investigación y aseguran que los testigos que los han denunciado habrían formado parte del grupo de investigación antes de 2004.
Soler se muestra defensora de la igualdad de género, por la cual el CREA, dice, también ha trabajado. "Hemos luchado muchos años las mujeres por poder tener nuestros derechos", y añade que "estas denuncias van en contra de la libertad sexual de las mujeres".
Consolidación y apoyos
El CREA es un grupo de investigación consolidado que busca nuevas adhesiones a través de sus integrantes, a quienes preguntan sobre los profesores que tienen en las asignaturas que cursan en la Universitat. Después se los busca para que se integren en el grupo de investigación. Tienen también el aval de alumnado en la Universidad Harvard y en otras universidades del extranjero así como el apoyo de academias de primaria y secundaria a nivel internacional.
Cuentan con grupos de investigación en la Universitat Autónoma de Barcelona, Rovira i Virgili y la UNED, además de la UB. Tienen el apoyo de entidades e instituciones como la Diputación de Barcelona y la Conselleria de Bienestar i Família. Por todo ello algunos de los integrantes del CREA piensan que será difícil que "pase cualquier cosa" a nivel judicial contra el grupo.
El proceso judicial
Fuentes del Ministerio Público han explicado a El Nacional que la denuncia define el CREA como una secta y que "no está claro que haya delito", pero que lo están estudiando. La denuncia está sobre la mesa de la fiscal jefe de Barcelona, Ana Maria Magladi, y se ha tramitado en el juzgado de instrucción número 1 de Barcelona.
En el juzgado de instrucción número 12 hace más de un año que hay otra denuncia. Es la de un presunto delito de injurias en Internet que ha presentado el CREA ante los comentarios que ha habido en varios foros, redes sociales, blogs y también en la wikipèdia. El abogado Albert Ramentol, del Centro Especial en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades, dice que los comentarios que sitúan al CREA como una organización donde hay manipulación psicológica, "no son verdad". También apunta la dificultad de que su denuncia avance porque "no hay autores conocidos. Son anónimos".
La directora del CREA espera ver hacia dónde van las denuncias para tomar una determinación. "No sabemos quién nos ha denunciado. No sabemos de qué son las denuncias", dice. Cuando lo sepan decidirán si emprenden acciones legales.