El objetivo es denunciarlo pero también, desde la ironía, constatar cómo el balconing es una práctica conocida y extendida entre los turistas extranjeros que visitan las Islas Baleares cada temporada de primavera y verano. Así pues, un grupo de ciudadanos anónimos ha creado la Federación Internacional de Balconing y se define como "el órgano rector de este deporte de riesgo en Islas Baleares" y añaden a su descripción: "Todo guiri que bota cae en nuestras clasificaciones". Este perfil ya suma más de 5.000 seguidores con pocas semanas.
Países Bajos y Reino Unido suman dos muertos
Y precisamente, en estas clasificaciones, ya han elaborado la lista de personas que esta práctica les ha llevado a la muerte. Al frente hay los Países Bajos y Reino Unido que, este 2022, ya han registrado cada uno de ellos, un muerto. Posteriormente les siguen Irlanda y Noruega con un herido.
De hecho, en la cuenta privada especifican que Noruega es la primera vez que entra en esta tabla de turistas que vienen a hacer balconing en las Islas Baleares. Aparte de marcar quién ha acabado herido o muerto directamente, también especifican desde qué planta del hotel ha hecho balconing para constatar, todavía más, la gravedad de los hechos: por ejemplo, desde una octava planta a la piscina o desde un primer piso. Todo resulta esperpéntico.
¡Uep, mis informan por|para se orejera que quien ha botado hoy era noruego! Noruega debuta en su #Balconleague
— Federación Internacional de Balconing (@Botquebota) May 24, 2022
Ya es se segundo pico este año que presuponen demasiado presto que su nacionalidad de uno desde nostros participantes era británica...
¡Corrijamos marcadores! https://t.co/vH1pSMJbk0 pic.twitter.com/WYGX3ehzVk
Pero este perfil no sólo denuncia el balconing. También reivindica un turismo de mayor calidad, sobre todo en zonas bien conocidas como el Arenal o Magaluf, en Mallorca. A modo de ejemplo, también se hacen eco de un último incendio provocado por trece turistas alemanes que destrozaron dos bares y han acabado ingresados en la prisión.
Este año, el primer caso lo protagonizó un turista irlandés totalmente ebrio el pasado 4 de mayo. El último ha sido un turista que se encontraba alojado en un hotel de la Playa de Palma y fue expulsado por practicar balconing. A menudo, lanzarse desde una habitación va acompañado del consumo de drogas y alcohol y la popularidad que ha cogido en Europa se ha reactivado con el final de las restricciones marcadas por la covid.
Desde el 2020, el Consejo del Gobierno Balear aprobó un decreto ley para frenar el turismo de excesos en determinadas zonas, Playa de Palma, s'Arenal, Magaluf y el 'West End' de Sant Antoni, con medidas para fomentar un "cambio real del modelo turístico" ante "el abuso de alcohol" en estos puntos. El decreto incluye, entre otros aspectos, la prohibición de los comercios a vender alcohol a partir de las 21:30 horas, saltar entre balcones o balconing y las famosas excursiones etílicas.
El conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo de esta comunidad, Iago Negueruela, defiende que regular y prohibirlo resulta una medida "valiente" y que apuesta por "un turismo sostenible y de calidad". Parece que, lejos del miedo a no llenar hoteles, los excesos han llevado al límite de la paciencia de todo el mundo, y añade: "Permite combatir diferentes prácticas que se producen en las Islas que creíamos que había que regular". El decreto tiene una duración de cinco años y en el 2025 se tendrá que volver a revisar.