Día 03. De nuevo, con la neblina matinal cubriendo las calles y las playas de Donosti, nos hemos levantado y hemos iniciado la tercera jornada de nuestro viaje a Euskal Herria; que nos ha conducido a Zugarramurdi, escenario de la gran caza de brujas de 1609; Elizondo, capital histórica del valle de Baztan y villa de indianos; y Bozate, el misterioso "auzolan" (barrio rural) de Arizkun que fue el último testigo de la existencia de la comunidad agot, los "parias" del mundo medieval vasco absolutamente marginadas; pero que, en cambio, tuvieron un papel destacadísimo en la economía de los siglos finales de la edad media vasca: fueron los constructores de los barcos balleneros que cambiaron para siempre la vida de los vascos.
Zugarramurdi: el primer intento de exterminio de la lengua y la cultura vascas
Con un cielo dominado por una neblina, hemos transitado por una carretera de montaña que nos ha conducido por varios pueblos a ambos lados de la "muga" (Sara, Urdax, Ainhoa) que con Zugarramurdi, entre 1609 y 1610, fueron el escenario de un brutal estado de terror -fabricado por los regímenes políticos de las monarquías francesa e hispánica- que pretendía extirpar la religión ancestral de los vascos, de remoto origen neolítico; y que, en aquel momento, era, con la lengua y el conjunto de tradiciones, el nervio de la identidad del pueblo vasco. París y Madrid, impusieron una terrible tenaza que provocó la muerte de docenas de personas (quemaduras, tiroteadas) y el dramático desplazamiento de miles de refugiados.
En la Casa-Museo y en las Cuevas de la Brujería hemos descubierto que los regímenes del rey Enrique IV de Francia (el primer Borbón en el trono de París), que antes de alcanzar la corona había sembrado de sufrimiento y de muerte la Occitania; y del rey Felipe III de las Españas, que había decretado la expulsión de los moriscos hispánicos, considerada la peor crisis humanitaria del siglo XVII europeo; tramaron el exterminio de la lengua y cultura vascas; fabricando un mensaje que asociaba la religión ancestral vasca con las prácticas satánicas. Durante meses, centenares de mujeres y niñas, hombres y niños; acusados de brujería sufrieron detenciones y torturas y, en ocasiones, la muerte en manos de sus perseguidores.
Elizondo, villa de indianos
Pasado mediodía nos hemos desplazado a Elizondo, capital histórica del valle de Baztan, travesía por el Bidasoa y villa de indianos. En Elizondo, paseando por sus solitarias calles, hemos descubierto que, en aquel profundo y oculto valle, tanto las oligarquías como las clases populares hicieron, masivamente, el camino a las Américas. Fue durante la época colonial hispánica (siglos XVI en XVIII); y el resultado se contempla en la gran cantidad de caserones -palacios rurales de arquitectura vasca tradicional- construidos a ambos lados de la calle principal. Caserones separados los unos de los otros, que no compartían pared medianera, por qué se quería destacar la fuerza económica de la casa propia con respecto a la de los vecinos.
Bozate, el "auzolan" de los agots
Después nos hemos acercado a Bozate, un ghetto agot que tuvo una larga existencia (siglos XII en XIX). Los agots, disidentes politico-religiosos de profesión artesana y de origen centroeuropeo, huyeron forzados por una terrible represión y se establecieron en el reino de Navarra; en plena fiebre constructiva. Durante siglos fueron las "parias" del mundo vasco. Se les prohibió la propiedad de la tierra, la residencia en el interior de las murallas y los matrimonios con autóctonos. Pero sobresalieron en sus tradicionales profesiones, y fueron los constructores de las flotas balleneras que cambiaron para siempre la fisonomía de Euskal Herria. No se entiende el salto a la modernidad del pueblo vasco sin la aportación de los agots.