Cada 1 de noviembre, coincidiendo con el día de Todos los Santos, se celebra en Catalunya la castañada, una fiesta popular con más de tres siglos de tradición donde las castañas, los panellets, los boniatos y el moscatel toman todo el protagonismo.
Desde que empiezan a caer las primeras hojas de los árboles y hasta que llega la Navidad es habitual encontrar puestos de castañas y boniatos en las calles que marcan la entrada del otoño. ¿Pero de dónde viene realmente la tradición de la castañada?
El origen de la castañada
Siempre hay una leyenda detrás de cada tradición. Si ya conocemos el origen de Halloween, si hablamos de la castañada una de las teorías explica que, antes de que se empezara a celebrar Todos los Santos, las familias se reunían en torno al fuego para velar a los difuntos. Para hacerlo, se aprovisionaban de los alimentos más típicos del otoño como los boniatos y las castañas, que cocinaban al fuego con moscatel mientras rezaban.
Otra leyenda explica que durante la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre los campaneros no dejaban de repicar las campanas para que todas las familias recordaran que tenían que rezar por el alma de sus seres amados difuntos. Cuando descansaban, recuperaban fuerzas comiendo lo que la ciudadanía les llevaba, que normalmente eran castañas, los primeros frutos del otoño.
¿Y la castañera, de dónde viene?
Si hay alguna protagonista indiscutible de esta festividad es la Castañera, una figura tradicional representada por una anciana vestida con una falda larga y un pañuelo en el pelo, que tuesta castañas delante de una brasa para venderlas en cucuruchos de papel de diario.
Hoy en día, la costumbre de vender castañas en las calles sigue vigente y es un claro símbolo de esta estación.
En Todos los Santos, castañas y panellets
Ya lo dice el dicho: "En Todos los Santos, castañas y panellets". Y es que estos son uno de los dulces más populares de Catalunya, hechos con demasiada almendra y boniato.
Lo cierto es que la receta tradicional cada vez se moderniza más y podemos encontrar panellets de todos los sabores, pero los más populares son los de coco, cacao y almendra. Aunque no se sabe exactamente la historia que explica su tradición, una de las teorías más populares es que se comían mientras se velaba a los muertos porque proporcionaban energía y tardaban varios días en estropearse.