El Sindicat de Llogateres ha advertido que la manifestación de este sábado en Barcelona es un paso previo para una posible huelga de alquileres en Catalunya. "Cada semana nos llega gente que dice que no puede más y que, si los políticos no actúan, lo haremos nosotros, los inquilinos", ha avisado Carmen Arcarazo, portavoz de la plataforma. Todo esto de una huelga de alquileres nos puede venir de nuevo, pero la realidad es ya hubo una en la capital catalana durante la primera mitad del siglo XX: hablamos de cuándo Barcelona dejó de pagar el alquiler hace casi un siglo, hablamos de la huelga de 1931.

¿Huelga de alquileres en Catalunya? Qué implicaría y otras cuestiones
 

Hay que remontarse hasta 1929, el año de la Exposición Universal, tal como recuerda Manel Aisa en su libro La huelga de alquileres y el Comité de Defensa Económica (2019). El acontecimiento comportó la construcción de muchos servicios importantes en la ciudad, como el metro, las vías rápidas y la urbanización de la montaña de Montjuïc, cosa que atrajo a muchas personas de todo el Estado a trabajar. Desgraciadamente, no se diseñó ningún plan de vivienda para absorber el aumento poblacional —Barcelona pasaría de unos 600.000 habitantes a más de un millón—. Mientras en Europa había varios proyectos sociales de construcción de vivienda después de la Primera Guerra Mundial, en la capital catalana la burguesía evitó que se aplicara un plan como este y los obreros empezaron a vivir tanto en barracas como en promociones de casas baratas. ¿El resultado de todo? Un incremento desorbitado de los precios de los alquileres.

Casa barata 1929 vaga alquileres Barcelona / Ayuntamiento de Barcelona
Casas baratas en Barcelona en 1929 / Ayuntamiento de Barcelona

La sensación era que no había ni suficiente trabajo ni suficiente vivienda para todo el mundo. Para más inri, llegaban a Europa los efectos del Crac del 29, de manera que muchas personas no podían pagar: los precios eran desproporcionados en comparación con los sueldos —los trabajadores no cualificados dedicaban una cuarta parte del salario al alquiler—. Cuando se acabó la Exposición Universal en enero de 1930, en Barcelona hubo un fuerte aumento del paro y una epidemia de hambre, cosa que empeoró la situación. Es en este contexto de emergencia social que el sindicato de la construcción de la CNT creó el Comité de Defensa Económica, con el objetivo de llegar a un acuerdo con la Cámara de la Propiedad y el ayuntamiento para reducir los precios de los alquileres. Hubo grandes manifestaciones por toda la ciudad, pero el comité no recibió respuesta —ante la oposición frontal de la Cámara de la Propiedad, que consiguió el apoyo de todos los gobiernos (también el de Madrid).

Ante la negativa, a mediados de 1931 (con la Segunda República ya proclamada), el Comité de Defensa Económica convocó en su sede (el número 26 de la calle Mercaders) a todos los inquilinos que quisieran adherirse a una huelga de alquileres. La reivindicación principal de la protesta era la reducción de un 40% del precio del alquiler, así como que las personas sin ingresos no pagaran el alquiler y que se recolocaran a todas las personas paradas allí donde hubiera trabajo. La huelga quedó convocada finalmente el 5 de julio de 1931 y se secundó sobre todo en los barrios de casas baratas, como las de Can Peguera. Más de 100.000 familias obreras dejaron de pagar el alquiler.

Una protesta duramente reprimida

La protesta fue duramente reprimida. Por una parte, los impagos del alquiler dispararon los desahucios en Barcelona, que se empezaron a triplicar y cuadruplicar en zonas obreras. Los obreros y los vecinos expresaban su solidaridad con cajas de resistencia o subiendo los muebles de las familias desahuciadas, cosa que se mantuvo hasta agosto del mismo año. Entonces, llegó la guardia de asalto —los predecesores de los antidisturbios— y los muebles ya no se bajaban a la calle, sino que eran lanzados por los balcones. Pero los obreros siguieron subiéndolos y diseñando nuevas formas de resistencia, como poner a mujeres embarazadas en primera fila. Pero la guardia cargó igualmente: entre todos los enfrentamientos murieron al menos seis personas.

Por otra parte, el Comité de Defensa Económica fue encarcelado en el completo, hasta el punto que el gobierno de la República tuvo que habilitar barcos como prisión porque La Model ya estaba llena. Así, la Cámara de la Propiedad se consideró ganadora del conflicto. Pero el Comité de Defensa Económica también se declaró ganador, ya que calculó que se habían ahorrado de pagar unos 50 millones de pesetas en alquileres. En cualquier caso, la lucha continuó el año 32 y surgieron diferentes asociaciones para ayudar a negociar nuevos precios de alquileres entre los inquilinos y las propiedades. Además, los grupos de casas baratas siguieron sin pagar durante años, hasta que consiguieron sus reivindicaciones.
 

Imagen principal: manifestantes detenidos durante la huelga de alquileres en Barcelona de 1931 / Ayuntamiento de Barcelona
 

¡Sigue ElNacional.cat en WhatsApp, encontrarás toda la actualidad, en un clic!