Las motocicletas son un medio de transporte arraigado en Catalunya y especialmente en la ciudad de Barcelona y su crecimiento ha sido muy significativo en los últimos años, con un incremento del 50% del parque de estos vehículos en los últimos cinco años. El número de motocicletas representan el 33,3% del parque móvil de la ciudad (27,2% las motos y el 6,1% los ciclomotores) y el número de motos en circulación en Barcelona está en torno a las 300.000 unidades, con una ratio aproximada de 183 motos por cada mil habitantes. En el área metropolitana la cifra sube aproximadamente hasta las 484.000 unidades. Barcelona, además, concentra el 22% de las motos de todo el Estado español. Las asociaciones de motoristas proponen cambios en algunos de los reglamentos que los afectan que necesitan la aprobación de la Dirección General de Tráfico (DGT), que es quien establece las normativas generales de tráfico para todo el Estado español, aunque las competencias de su aplicación en Catalunya están transferidas al Servei Català de Trànsit (SCT). Una de estas normas que cambiará en el 2025 es la de permitir a las motos circular por los arcenes de las carreteras, pero solo en determinadas circunstancias.
Modificación del artículo 36
La modificación del artículo 36 del Reglamento General de Circulación incluirá esta nueva norma que se encuentra actualmente en proceso de aprobación, pero que está previsto que entre en vigor en el 2025. Este cambio permitirá a las motocicletas circular por el arcén en casos específicos: durante los atascos o retenciones, siempre que no se superen los 30 km/h, o cuando exista peligro en el desplazamiento a causa de las condiciones meteorológicas adversas. La aprobación final del reglamento dependerá de los procesos legislativos y administrativos y, por lo tanto, aunque se espera que esta medida entre en vigor el próximo año, todavía no existe una fecha exacta para su aprobación. A más de a las motos, el cambio de la norma también permitirá circular por los arcenes|a las grúas y vehículos de servicios prioritarios sin que sea visto como una infracción. La nueva norma también prevé que incluya la legalización de los intercomunicadores en los cascos.
Nuevas medidas del 2024
Esta normativa se enmarca en el proceso de revisión y actualización de las normativas de tráfico, que incluyen varias medidas para mejorar la seguridad vial de los motoristas, que son uno de los colectivos más vulnerables de la accidentalidad. La siniestralidad de las motos en Catalunya y en el resto del estado presenta cifras preocupantes, con una sobre dimensión de estos vehículos en los accidentes graves y mortales. En Catalunya, las motocicletas y ciclomotores están involucrados en el 44% de los accidentes de tráfico con víctimas mortales o heridos graves, y sufren el 30% del total de los siniestros mortales. En 2023, 52 motoristas perdieron la vida en las carreteras catalanas, un 15,6% más que el año anterior, y un 8,8% más que en el 2019. A escala estatal, 299 motoristas murieron en las carreteras españolas, 45 más que en el 2022 (un 19% más) y es la más alta desde el 2008.
Factores de accidentalidad
Entre los factores que contribuyen al alta taza de accidentes de motos se encuentra la sobrerrepresentación de estos vehículos en el tráfico (representan solo el 2,3% del tráfico total, pero están involucrados en el 44% de los accidentes), la vulnerabilidad de los usuarios, el aumento del parque de motocicletas, los factores humanos (responsables del 90% de las causas de accidentes, como distracciones, cansancio, alta velocidad, conducción bajo los efectos de alcohol o drogas, temeridad, falta de experiencia), la concentración de accidentes (la mitad de los que son graves o mortales se concentran en solo 13,6% de los kilómetros estudiados, especialmente en el área metropolitana de Barcelona); las condiciones de las vías, el uso urbano (muchos accidentes pasan en trayectos cortos por ciudad, especialmente en horas punta entre semana), o los factores climáticos (en caso de lluvia aumenta el riesgo).
Preocupación en la DGT y la SCT
Este incremento de la siniestralidad ha generado preocupación tanto en la DGT como en el SCT. Para mejorar la seguridad vial y reducir la siniestralidad, la DGT ya introdujo algunos cambios este año. Por una parte, el uso obligatorio del casco integral o modular homologado, el uso obligatorio de guantes homologados por el conductor y el acompañante, o la prohibición de circular con calzado abierto, como chancletas, o descalzo. También se introdujeron medidas de formación por los conductores de motocicletas, como el curso obligatorio para conductores con permiso B de al menos tres años de antigüedad que deseen conducir motos de hasta 125 cc, y el curso especial obligatorio para conductores de motos de más de 125 cc, incluyendo aquellos con permiso B y tres años de antigüedad.
El Servei Català de Trànsit también ha puesto el foco en los últimos años para reducir la accidentalidad e incrementar la seguridad de este colectivo, apostando por la formación continua a través de programas como Formación 3.0 y por la sensibilización de campañas específicas y la organización de jornadas como medidas principales que corrijan a la baja la tendencia que las motos no han seguido con la misma intensidad que el resto de vehículos. También ha incrementado la vigilancia y el control de las infracciones que cometen los motoristas en las carreteras catalanas, en colaboración con los Mossos d'Esquadra, con los vuelos de control en helicópteros, y en el 2022 también se puso en funcionamiento motocicletas mirilla para controlar las carreteras con alta siniestralidad o en las cuales se detectaron muchas infracciones.