Cabacés ha vivido toda la noche con el corazón en un puño. Las llamas se veían desde este pueblo del Priorat (Tarragona) y los Bombers trabajaban con un pronóstico muy pesimista: si no hubiera funcionado la estrategia que había diseñado para las horas de la noche, la sierra del Montsant, una de las joyas de esta comarca, habría podido arder casi entera. Si el fuego entraba en esta zona, si superaba la Font de la Cavaloca y el collado de Barraques, ya habría sido casi imposible detenerlo. Afortunadamente, lo han podido evitar y este viernes por la tarde se ha podido dar por estabilizado.

 

Las llamas se iniciaron este jueves por la tarde en Mas Roger, junto a la carretera que conecta la Vilella Baixa con Cabacés —todo parece indicar que por culpa de una línea eléctrica, a la espera de la investigación de Agents Rurals y de los Mossos d'Esquadra— y corrieron empujadas por el mistral en dirección al Montsant. Fue esta dirección que cogieron las llamas que hicieron prever lo peor. Las caras en la última reunión que se hizo anoche a las carpas que sirven de centro de mando avanzado eran muy largas y de preocupación.

Centro de mando, en la Vilella Baixa / GRS
Centro de mando, en la Vilella Baixa / GRS

Los Bombers sabían que la estrategia que se quería aplicar durante la noche tenía que ser clave para evitar el avance y poder cerrar el perímetro del incendio, de menos de 10 kilómetros y un área de poco más de 100 hectáreas. La inteligencia operativa, que hace años que los Bombers de la Generalitat predican y ponen en práctica, ha funcionado. La temperatura, el viento y la humedad se han comportado tal y como habían previsto y los hombres y las mujeres de Marc Castellnou, el jefe del GRAF, han trabajado tal y como se había previsto. Ha sido en torno a las cinco de la madrugada que en el centro de mando de la Vilella Alta las caras han empezado a cambiar. En la punta del día, cuando el director general de los Bombers, Joan Delort, ha llegado al pueblo, lo ha confirmado. "Ya no hace la mala pinta que hacía antes", ha asegurado. Más tarde, el jefe de la intervención, el inspector Ricard Expósito, lo ha confirmado. Lo que parecía un desastre se ha podido contener con una cantidad de trabajo inhumana durante toda la noche. Por la mañana todavía había que cerrar un kilómetro y medio de perímetro, pero en una zona que ya no hacía sufrir los cerebros de los Bombers. La noche ha servido para salvar el Montsant. Durante la mañana y hasta al mediodía, las horas con más sol, pero también aprovechando que el mistral había dejado de soplar, se ha trabajado en el flanco que daba a Cabacés para poder acabar de cerrarlo y confirmar la estabilización, que técnicamente los Bombers consideran cuando todo el perímetro queda repasado con líneas de agua y con equipos de tierra.

De madrugada, escenario mejorado

Los vecinos de Cabacés y del resto de la comarca respiraban tranquilos cuando los Bombers han podido explicar a los alcaldes de la zona que se había controlado el incendio y que el escenario de 1982, cuando quemó media sierra, quedaba ya lejos. Durante toda la noche, desde Cabacés se ha visto la parte de encima de las montañas que lo rodean, de color rojizo. El viento ha evitado que entrara hacia el último tramo, que habría podido hacer llegar las llamas al pueblo. Ya de día, con la ayuda de los medios aéreos y con la desaparición, incluso antes de tiempo, del viento, el paisaje ha cambiado totalmente. Pequeñas humaredas todavía hacían estar en alerta a los vecinos con los cuales ha podido hablar ElNacional.cat, que ha accedido al municipio, pero el ambiente era muy diferente de cómo se ha pasado la noche.

El incendio de Cabacés de este 12 de septiembre ha podido ser estabilizado y ha quedado en un susto, un buen susto, pero lejos de lo que habría podido ser si se hubieran cumplido las previsiones más catastróficas que habían puesto sobre la mesa los Bombers de la Generalitat. Las llamas no han afectado a ninguna masía aislada por donde han pasado las llamas, que como mucho han quemado cultivos cercanos, y tampoco se tiene que lamentar ninguna afectación personal. Dos miembros de los Bombers han resultado heridos leves durante las tareas de extinción de la noche, pero están fuera de peligro.

Medios aéreos en Cabacés / GRS
Medios aéreos en Cabacés / GRS

Las previsiones de los Bombers no eran gratuitas. En el imaginario de aquellos que lo recordaban, pero también de los que se dedican al estudio de los incendios históricos, el de 1982 parecía repetirse punto por punto. Además, cabe recordar que la comarca del Priorat, que los alcaldes consideran que los políticos de Barcelona siempre olvidan, dejándola como la última del país, vive una sequía estructural que ha dejado secas todas las balsas que servían a los Bombers en casos como estos.

El Priorat en pie de guerra por el agua

El alcalde de Cabacés, Jaume Pujals, ha explicado que hace tiempo que reclaman poder trasvasar agua del Ebro —también forman parte de la cuenca del río— para casos como estos y también para mantener las acequias de apoyo para unos cultivos que están sedientos. Tan solo hay que pasar con el coche junto a la carretera que une estos pueblos para ver como la viña que queda —la que no se ha sustituido por olivo— se va también apagando por el estrés hídrico. Los Bombers mismos han evitado cargar agua en los hidrantes del municipio de Cabacés, que vive una situación muy grave, y se optó por otros puntos de carga de los equipos terrestres y también aéreos. Los hidroaviones que ha enviado el Ministerio de Transición Ecológica han cargado agua durante toda la mañana en Flix, que es el punto habitual donde lo hacen cuando tienen que trabajar en el sur del Principado.

Los alcaldes lamentan que nadie les haga caso en el Priorat y que en casos como estos es cuando todo el mundo hace ver que presta atención, pero que las soluciones no llegan nunca. En la carretera por donde suben y bajan los camiones de los Bombers venidos de todo el país hay un puente que preside una pancarta que lo dice todo: "Queremos agua". Hoy el viento y el trabajo de los Bombers han evitado una desgracia natural incalculable, un hecho que el mismo alcalde ya esperaba que acabaría pasando algún día u otro. Desde el mismo centro de mando de los Bombers, en la Vilella, se ve sobre una carena, en la Figuera, un incendio de hace pocos meses, que también habría podido hacer mucho daño.

Parlon visita el centro de mando de los Bombers

La consellera de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon, este jueves por la noche estuvo en la Vilella Baixa y este viernes al mediodía ha vuelto y, después de recibir las novedades de los jefes de la intervención y encontrarse con el alcalde Pujals, ha hecho un vuelo con un helicóptero de los Bombers sobre la zona para conocer la situación del incendio. Parlon ha agradecido la tarea que han hecho los equipos de emergencia sobre el terreno y también el esfuerzo de los vecinos en las primeras horas del incendio. Sobre las demandas de los alcaldes sobre las soluciones a la gestión del agua en el territorio, la consellera ha evitado dar respuesta y ha asegurado que el Govern está trabajando en un plan especial para hacerle frente, sin entrar en detalles ni responder a las peticiones que hacen los alcaldes del Priorat.

Jaume Pujals, alcalde Cabacés, con la consejera|consellera de Interior, Núria Parlon / GRS
Jaume Pujals, alcalde Cabacés, con la consellera de Interior, Núria Parlon / GRS

La investigación que harán los Agents Rurals y la Unidad Regional de Medio Ambiente (URMA) de los Mossos d'Esquadra tendrá que aclarar si, como indican los indicios recogidos hasta ahora, las llamas en Mas Roger se iniciaron por culpa del cableado de la línea eléctrica. El alcalde Pujals también lamenta el estado precario de estas instalaciones en toda la comarca. "Cuando caen cuatro gotas o truena, nos quedamos sin luz", ha lamentado, erigiéndose hoy como portavoz de una comarca, la última de Catalunya.