Una campaña polémica. Cuatro activistas del colectivo Futuro Vegetal son investigados por los delitos de daños y contra el patrimonio histórico y cultural por el acto de protesta por la emergencia climática que protagonizaron en el Museo Egipcio de Barcelona, el noviembre pasado. La dirección del Museo presentó la denuncia e, inicialmente, valoró los daños en unos 25.000 euros. En la causa está personada también la Fiscalía de Urbanismo y Medio Ambiente de Barcelona. Dos fotógrafos "invitados" a registrar una acción sorpresa fueron identificados por los Mossos de Esquadra y en uno de los atestados constaban como investigados. Finalmente, la titular del juzgado de instrucción 18 de Barcelona, la magistrada Carmen Garcia, en una resolución, ha aclarado que los periodistas son testigos y no imputados.
La acción reivindicativa en el Museo Egipcio fue el domingo 13 de noviembre. Dos activistas entraron a observar y otros dos tiraron un líquido que simulaba petróleo en la vitrina de una réplica de una momia faraónica, y también mancharon con "sangre falsa" unas fotografías protegidas. Después, los dos activistas engancharon sus manos a una vitrina y exhibieron una pancarta que decía: "Copa Cuela +2,5 grados", haciendo así referencia a la conferencia del cambio climático que se hacía a Egipto y que está patrocinada por esta empresa de bebidas.
En Madrid, también investigados
La acción en el Museo Egipcio fue la primera reivindicación de este tipo en Barcelona, después de que el 5 de noviembre dos activistas se engancharan a la obra Las Majas, de Francisco de Goya, expuesta en el Museo del Prado, en Madrid. La agrupación Futuro Vegetal, responsable de estos actos reivindicativos, es una agrupación que forma parte del colectivo Extinction Rebellion, un grupo internacional de activistas contra la emergencia climática. También hicieron acciones en otros museos europeos, como en Roma y Londres.
En la acción de Madrid, inicialmente el juzgado también citó como investigados los periodistas que habían cubierto la noticia, resolución polémica porque pone trabas al derecho de información. Además, se aclaró que los marcos que protegen y decoran Las Majas a los cuales se engancharon los activistas no son los originales, y, por lo tanto, no son un bien de interés cultural (BIC), hecho que reduce su posible acusación y castigo.
Mermelada en un sarcófago auténtico, afectado
En el caso de Barcelona, al día siguiente de la acción, Mariàngela Taulé, directora general del patronato de la Fundación Arqueológica Clos, ya anunciaba que presentarían una denuncia y que evaluaban los daños. También aclaró que el sarcófago que cubre a la momia "es auténtico y no una réplica", como decían los activistas. Uno de los peritajes aportados al juzgado precisa que lanzaron en la vitrina mermelada y que podría haber entrado por el cristal y haber afectado al sarcófago. También rociaron con líquido pegajoso las imágenes de Harry Burton sobre las excavaciones de la tumba del faraón Tutankamón.
Se tendrá que ver el peritaje final sobre los daños ocasionados y si son bienes protegidos. El delito contra el patrimonio histórico y artístico se castiga con penas de 6 meses a tres años de prisión, aparte de multa. El delito de daños también es penado hasta tres años de prisión. La magistrada de Barcelona ha citado a declarar como investigados de los dos delitos a los cuatro activistas el próximo 24 de mayo.