El 80% de los cultivos agrícolas que abastecen a Unilever es 100% sostenible, según informó la compañía que ha logrado ayudar, proteger y regenerar 0,1 millones de hectáreas de tierra, bosques y océanos, manteniendo el objetivo de alcanzar 1,5 millones para 2030.
Unilever, a través de la nueva estrategia corporativa Compass, está trabajando para fomentar e implantar un futuro positivo, también para la naturaleza. Por ello, con motivo del Día Mundial de la Agricultura, una actividad de vital importancia para el sustento de las sociedades y del desarrollo sostenible de todos los países, ha querido poner de manifiesto algunos de los principales avances y objetivos que se ha marcado.
Como actor destacado del sistema alimentario a escala global, la compañía es consciente de la responsabilidad que tiene para la configuración de un sistema alimentario mundial que sea justo para todos. Actualmente, las técnicas que se están llevando a cabo causan la degradación de la tierra y la pérdida de biodiversidad, a la vez que aumentan los costes de los materiales, la escasez de suministros y la volatilidad del mercado.
En este contexto, la compañía destaca que es fundamental acelerar la transformación de la agricultura regenerativa que tiene como objetivo restaurar y regenerar la naturaleza para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, devolver los nutrientes al suelo, reutilizar y reciclar el agua y aumentar las especies vivas bajo y sobre la tierra, lo que, a su vez, mejorará la subsistencia y ayudará a salvaguardar el futuro de los alimentos.
Para abordar estos desafíos, la compañía ha compartido algunos de las acciones que está llevando a cabo y los proyectos en los que está trabajando global y localmente. Actualmente, el 75% del suministro mundial de los alimentos de la compañía procede de 12 cultivos, por lo que los esfuerzos se están centrando en estos cultivos clave, que también constituyen la base de los principales productos y tienen el mayor impacto, como los lácteos, la soja y las verduras.
También se están priorizando los países y las geografías donde crecen estos cultivos para poder tener el mayor impacto en términos de huella de carbono de la cadena de suministro. Por último, la compañía ha destacado la importancia de crear coaliciones eficaces para financiar la transición a la agricultura regenerativa y apoyar a los agricultores, y aumentar, con todo ello, su impacto positivo.
En España, por ejemplo, en relación con el cultivo de tomates, se ha conseguido reducir considerablemente el uso de fertilizantes sintéticos en las más de 530 hectáreas que ocupan los campos para reducir las emisiones de CO2, y mejorar la salud del suelo, formando a más de 25 agricultores gracias a la colaboración de Knorr con el proveedor de tomates Agraz. Además del uso de fertilizantes orgánicos, ambas compañías se han comprometido a mejorar la biodiversidad del terreno plantando flora nativa. Además, se están introduciendo sistemas de irrigación más eficientes en los campos de tomate de Agraz.
En el caso del cultivo de soja, se está implementando un programa que, una vez que se ha recogido la cosecha, mantiene vivas las raíces en el suelo lo que mejora significativamente la salud y la biología del suelo, a la vez que evita la erosión y la escorrentía de fósforo. Como resultado, un tercio de todas las habas de soja utilizadas en Estados Unidos para producir la mayonesa Hellmann's procede de este proyecto en el que participan más de 360 agricultores en las cerca de 126.000 hectáreas que ocupa.
Otras iniciativas
Unilever y Knorr han dado un paso más y apuestan por la agricultura regenerativa. La marca ha anunciado que pondrá en marcha 50 proyectos de agricultura regenerativa, centrándose en ingredientes clave (verduras, granos, especias o hierbas) para reducir la huella de carbono. Se prevé que este plan recorte un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo agua, mejorando también la biodiversidad y la salud del suelo y los ingresos de los agricultores.
Esta iniciativa forma parte del Unilever Climate&Nature Fund, un fondo de 1.000 millones de euros que acelerará el trabajo en proyectos relacionados con la naturaleza y el clima. El plan de Knorr contribuirá al compromiso de Unilever de ayudar a proteger y regenerar 1,5 millones de hectáreas de tierra, bosques y océanos para 2030.