El escritor y doctor en filosofía Damià Bardera (Viladamat, 1982) hace una década que es profesor de secundaria. Durante este tiempo ha constatado que el sistema educativo en Catalunya ha derivado en "un desbarajuste", dice, en el que docentes, alumnos y familias escenifican "un teatro, una farsa," para hacer ver que unos enseñan y que los otros aprenden. El docente ampurdanés ha publicado ahora Incompetències bàsiques: Crònica d'un desgavell educatiu (Pòrtic), un ensayo que el autor define como "frontal y sin subterfugios", en el que analiza los problemas que ve en la escuela catalana. En una conversación con El Nacional, Bardera habla de los malos resultado a las pruebas PISA, de los "lobbies" de la educación, de metodologías innovadoras y proyectos o del "caciquismo" en los centros.

Ha escrito una panorámica muy crítica del sistema educativo de Catalunya. ¿Se ha desahogado?
Podríamos hablar de una catarsis, que decía Aristóteles. La mala leche que acumulas por tener que seguir formando parte de este sistema se tiene que canalizar de alguna manera. El libro tiene una vertiente literaria, pero también el panorama que veo cada día. Si en la sanidad, bomberos y Mossos d'Esquadra hubiera lo mismo que en la educación, ya se habría hundido todo.

¿Que no tienen los profesores un espacio donde expresar todas estas quejas y que se haga algo para arreglarlo?
Estan los sindicatos, pero tienen un problema de relato, porque son espacios en que los profesores reclaman mejoras laborales. Tienen la partida perdida, porque la gente piensa "estos ya están reclamando vacaciones". El otro espacio es una queja a inspección, la vía oficial. El problema es que entonces tienes dos de problemas: el que tienes, más inspección. Y el segundo seguramente será peor, porque habrá una de papeleo y todo un proceso que quema muchísimo. No soluciona nada. Quizás ni te acaban dando la razón, te amargan, y la gente acaba adquiriendo indefensión aprendida: sienten desprotección porque no se arregla y ya no se quejan, para sobrevivir.

Si haces una queja a inspección, entonces tienes dos de problemas: el que tienes, más inspección

Las pruebas PISA dieron malos resultados. ¿Constatan lo que ve cada día en clase?
¡Y tanto! Yo hago más la etapa de bachillerato, porque soy profesor de filosofía, pero he visto la degradación del sistema y como cada vez llegan sobre todo con más carencias de comprensión lectora. Aparte de las PISA están las PIRLS, que se hacen a cuarto de primaria y que también es un examen externo internacional, centrado en la comprensión lectora. También un absoluto desastre, incluso la consellera lo ha reconocido. Si no tienes comprensión lectora, no tienes herramientas para acceder al resto. Cómo empezar a trabajar textos filosóficos si ya no entienden textos convencionales, como un artículo de diario o una noticia? Muchos críos seguramente hacen mal los exámenes de matemáticas porque no entienden el enunciado. Para pensar bien se necesitan dos cosas: ser muy consciente, haber mamado una tradición cultural, sea la que sea, y un léxico rico, variado y preciso. Y no lo tienen.

En el libro lo plantea todo como un teatro, una farsa. Hacen el mínimo y no aprenden, los aprueban para evitar papeleo del Departament y peleas con las familias y pasan de curso sin el nivel. ¿Quién tiene aquí la culpa?
Nosotros hacemos que enseñamos y ellos hacen ver que aprenden. Se forma esta mentira y cuando empiezas a trabajar alucinas, pero tienes tanto trabajo que vas haciendo y acabas normalizando el desbarajuste. Te das cuenta de que no es normal cuando lo intentas explicar a alguien de fuera. Es tal el caos, que solo nos entendemos entre nosotros, como un secreto compartido. Ahora ha llegado el momento de hacer la farsa visible, por eso el libro. A la gente le parece duro, porque es frontal, sin subterfugios.

 

 

En un primer momento, Educació atribuyó los malos resultados a la "diversidad" de las aulas catalanas, un eufemismo que no le gusta. ¿Se expulsaron la responsabilidad?
La pifiaron. PISA mira estas cosas y elige en función del nivel de inmigración que hay y una serie de parámetros. Entonces, PISA ya dijo "eh, que nosotros lo hemos hecho bien" y tuvieron que rectificar. El problema no viene de aquí. Se tiene que aceptar, los resultados son los que son, ya no nos podemos hacer trampas al solitario. Se tendría que hacer una evaluación externa a 4.º de ESO. Así tendríamos datos de lo que realmente está pasando. Externa, no del Departament, no me creo ningún resultado que venga de allí. Y que [la prueba] fuera condición sine qua non para obtener al graduado. El bachillerato aguanta porque está la Selectividad, una prueba externa que cuadra a profesores, alumnos y familias.

No están las competencias básicas?
Primero, son muy básicas, y segundo, hay muchos alumnos que no las aprueban y tienen el graduado igual. Si en las competencias básicas preguntaran el año o el siglo de la Revolución Francesa, tendrían que suspender a demasiada gente. E imagina si en vez de preguntar "qué te gusta comer para cenar" para hacer una redacción, preguntasen si crees que las ideas de la Revolución Francesa tienen vigencia hoy día. De entrada algunos no sabrían ni qué quiere decir vigencia y, dejando de lado las faltas de ortografía y sintaxis, el 80% no sabría qué decir. Por eso no lo preguntan, sería un escándalo.

Deja al alumnado muy mal. Indisciplinados, vagos, inmaduros y escondidos tras los padres. ¿Es eso la norma?
No lo digo para hacer una crítica a los adolescentes. Los niños son víctimas. Del engaño del sistema y de familias que los sobreprotegen. Los críos son un reflejo de la sociedad adulta; ¿si en sociedad adulta hay psicopatología, como no quieres que haya entre los adolescentes? Ahora, que sean víctimas tampoco no quiere decir que no tengan responsabilidad. Me da la impresión de que se les educa para no asumir responsabilidades. Es muy fácil adoptar el rol de víctima y siempre la culpa es de los otros.

¿Son un problema los currículums adaptados?
No tendrían que serlo si se hiciera una escuela inclusiva de verdad, y se destinara el 6% del PIB, como marca la ley. Ahora estamos en un 4%, claramente suficiente. Puede haber adaptaciones, pero se tienen que hacer con recursos. Lo que no puede ser es que tú estés en clase con 30 críos y haya 20 que tienen adaptación. Hay más que tienen adaptación que sin. ¿Y tú allí solo, cómo atiendes toda esta diversidad? Entre que no la puede atender y que no sabe exactamente qué adaptar, al final el profesor lo aprueba y ya. Ganamos todos: más índice de aprobados, el niño contento, la familia contenta. Ahora bien, eso no quiere decir que haya aprendido nada. Tampoco le habremos educado, por el mensaje que le habremos transmitido.

Como la normativa no prevé hacer adaptaciones por holgazanería, entonces buscan otra cosa, la que sea: TDA o dislexia

¿Hay un abuso?
Hay una cosa muy perversa. Si un crío suspende habitualmente le buscan alguna cosa para adaptarlo. Y quizás el problema muchas veces es que es un vago —no se puede decir, se tiene que decir poco motivado—. No entro en los motivos, puede ser que tenga una situación muy complicada en casa. Pero como la normativa no prevé hacer adaptaciones por holgazanería, entonces buscan otra cosa, la que sea, TDA o dislexia. No digo que no haya críos con TDA que necesiten adaptación, hay; pero el problema de muchos no es el TDA, es la holgazanería. Y todos hacemos ver que no. Los alumnos no son tontos, lo ven eso. Saben que aquel compañero tiene una adaptación y ellos también quieren una para ellos. Entonces hacen ver que tienen vete a saber qué. Es así, lo sabemos todos. ¿Queremos este modelo? Continuemos así, pero como mínimo digámoslo, que es una farsa.

Ahora que habla del modelo educativo, una cosa en la cual coinciden muchos profesores es la animadversión hacia la Fundación Bofill. ¿Por qué?
Esta fundación privada ejerce como lobby, con una opacidad alarmante. Si quieres pruebas, coge todos los medios de comunicación, y en los últimos años cuando ha habido un problema de educación siempre se invita a la Fundación Bofill. Algo menos, a la asociación de maestros Rosa Sensat y, en cuestión de ocio, a la Pere Tarrés. Es el trío de Guadalajara. ¿Han invitado profesores de trinchera? No he visto muchos, quizás es que me lo he perdido. Antes había también Escola Nova 21: se ha hecho algún estudio sobre las escuelas que participaron y no mejoraron resultados. Hablan de innovación, pantallitas... ¿Alguien se ha planteado si quremos pizarras electrónicas? No, nos llegan y ya. Después sale el Departament en los medios diciendo "hemos hecho tal inversión, mirad como digitalizamos", con la cara bien limpia. ¿Han preguntado si queremos todo eso? Valen una pasta que podriem haber destinado a hacer inclusión. La educación no mejora, porque ponen los recursos donde no corresponde. Además, estos lobbies tienen jefes de proyecto que no han pisado uno aula de secundaria en su vida. Después, puertas giratorias y de allí pasan a directores generales de Innovación en el Departament. Se van si hay cambio de Govern y nadie pide disculpas por PISA. Aquí se hacen experimentos, pero siempre con los hijos de los otros, porque con tus hijos no quieres experimentos. Con los de los otros, los que hacen leyes dicen "cojonudo!". De acuerdo, hagamos experimentos pero después evaluamos los resultados, porque cuando no funcionan miran hacia otro lado. ¡Tienen una cara! Se debería hacer una ley de lobbies para la educación, así determinadas cosas no pasarían.

Entrevista Damià Bardera, escritor / Foto: Carlos Baglietto
Damià Bardera / Foto: Carlos Baglietto

¿Los pedagogos y los profesores son enemigos naturales?
La pedagogía me merece todo el respeto. Pero otra cosa es el "pedagogismo", que es la ideologización de la pedagogía. Con un pedagogo, un psicólogo o un educador social que esté en el instituto, en la trinchera, me quito el sombrero; porque tienen panoramas complicados con algunos niños y sus familias. Lo que me pregunto es cómo es posible que haya una serie de gente que no ha pisado un aula, o como mucho de universidad, y que vengan de expertos y se crean con el derecho moral de decirte cómo lo tienes que hacer. Y además, con recetas no contrastadas. Te venden humo y te vienen a imponer que utilices su método. Y encima, con superioridad moral. Sueño formadores de formadores, dicen. Si me vienen y me dicen "sé que estás en el aula y sabes, pero aquí hay esta metodología probada que quizás te sirve", perfecto, me lo escucharé. Ahora bien, si te vienen diciendo que lo suyo es como se tiene que hacer, por aquí no paso. Como profesor yo soy el que tengo el criterio.

Entiendo que la referencia sobre las metodologías a aplicar es el Departament.
En mí me gustaría saber quién redacta las normativas y guías [del Departament], los ideólogos, estos pedagogos de salón. Yo que soy de Filosofía, estoy acostumbrado a textos densos y abstrusos. ¿Cómo es posible que me cueste más entender un texto que tendría que guiar mi praxis docente que un texto de Hegel o Heidegger? Pues porque son textos ininteligibles, una farsa. Una cosa es un texto difícil y otra es un texto sin sentido. Como no tienen nada que decir, se inventan conceptos. Y todo el mundo hace ver que sabe qué dicen y que programa en base a ellos, todo el mundo hace trampas. A los docentes nos hace falta un lugar de referencia a dónde ir cuando haya dudas de praxis. Una autoridad que ponga orden y muestre qué métodos funcionan y en qué contextos. Todo demostrado, una guía científica con resultados probados. Tendría que velar para que esta fuera una profesión rigurosa. Hay formaciones de coaching, de braintraining, que es una vergüenza que existan y el Departament las reconozca. Es un desprestigio para la profesión. Como no hay un colegio profesional, pues los sindicatos adoptan el rol. Y los sindicatos están para cuestiones laborales, no pedagógicas.

¿Es favorable a volver a un modelo de escuela más clásico? Disciplina, exigencia, notas numéricas, sin pantallas...
Aquí hay un falso debate. Los profesores rancios y autoritarios, profesaurios que se les dice, son una caricatura que no existe, un espantajo. Cualquier juego necesita unas normas, y es imposible jugar sin. El aprendizaje también es un juego, en el sentido más noble de la palabra, y cuando los niños están en el aula se necesitan unas normas. Una es que haya alguien que se responsabilice, una autoridad, que es el docente. Más allá de tener el docente un talante u otro, esta autoridad la tienen que reconocer los niños. De hecho, los mismos alumnos reclaman un poco de orden por poder aprender. Por cierto, sobre las notas numéricas, la mayoría de profesores las siguen poniendo y después hacen la conversión. Todo el mundo hace ver que evalúa por competencias y no es así.

Si en las competencias básicas preguntaran el año o el siglo de la Revolución Francesa, tendrían que suspender a demasiada gente

¿Y qué modelo quiere?
El profesor es quien tiene el criterio y en función de los alumnos que tenga delante utiliza una metodología u otra. Un año, con la pandemia, me tenía que desdoblar y tenía dos clases de 4t de ESO al mismo tiempo. Trabajaba por grupos cooperativos. En un grupo enseguida funcionó y en otro la misma metodología no y tuve que adaptarlo. Pero lo que te encuentras es que llegas un septiembre a clase y sin consultar al equipo docente han cambiado la disposición de mesas y sillas, sin mirar hacia la pizarra, para trabajar por grupos cooperativos.

¿No ve bien el aprendizaje por proyectos en grupo?
No estoy en contra, pero ya hace cuatro años que no hago y no pienso hacer más. Requieren muchas horas para coordinar y solo tenemos 18 horas lectivas. Si el Departament quiere que hagamos, deberíamos tener 12 horas lectivas y 6 para proyectos. Pero deben pensar que los profesores se escaquearán, así que mantiene las 18 horas lectivas y al mismo tiempo se tienen que hacer proyectos. Entonces, todo el mundo hacemos ver que hacemos y que los niños aprenden, acaba siendo una farsa. A veces algún proyecto sale porque alguien se implica mucho, pero este ya acabará quemado. Y el problema es que si tú basas toda la educación secundaria en proyectos, se tiene que coordinar muy bien. Porque el crío puede salir de 4t de ESO sabiendo los animales que hay en la riera del lado del instituto pero no sabiendo que el elefante es un mamífero. O sabiendo los cambios políticos en el Ayuntamiento de su pueblo los últimos 10 años, y no saber qué es la Revolución Francesa. Porque estos contenidos no se han dado, no estaban en el currículum y el proyecto ha ido por otro lado. Además, dicen que los proyectos tienen que partir del interés del alumno. Eso queda muy bonito, guay y progresista. ¿Y qué pasa si el máximo interés del alumno es irse a meter calimochos en la plaza del pueblo? ¿Hacemos un proyecto sobre los calimochos? Ningún problema, si quieren también hago uno sobre el ayahuasca y me presento en clase con las plumas de chamán. Yo llevo el tambor y el Departament que compre el ayahuasca, pero después no me responsabilizo de los malos viajes que pueda haber.

¿Son incompatibles el aprendizaje de competencias con la consecución de conocimientos y contenidos? A veces se plantea como una disyuntiva.
Si quieres trabajar la competencia de, ponte por caso, analizar culturalmente el mundo donde vives, para hacerlo tienes que saber que hubo una cosa que se llama Revolución Francesa. Pero si no sabes no ya el año, sino qué fue, ¿cómo quieres competente para analizar el mundo en lo que vives? Necesitas unos conocimientos primero para ser competencial después.

La memorizació. ¿A favor o en contra? Lo digo porque hay críticas en este sentido que hablan de memorizar la 'lista de los Reyes Godos'.
Es otro espantajo. ¿Cuántos años hace que no se hace eso? Yo ya no lo hice. De todos modos, ¿cómo quieres aprender alguna cosa si no tienes memoria? Los griegos en la época griega memorizaban poemas de más de 10.000 versos. Hoy en día no nos memorizamos ni el teléfono. La memoria es indispensable para poder pensar. Y dicen "es que ya está Google". Ya, pero aquí se trata de tener pensamiento crítico. Lo que decía Kant es aprende a pensar por ti mismo, pero si no tienes memoria y para pensar tienes que ir a Google, estás externalizando tu pensamiento y autonomía a la máquina de una empresa privada. ¿El día que no esté la maquinita qué pasará?

Entrevista Damià Bardera, escritor / Foto: Carlos Baglietto
Damià Bardera / Foto: Carlos Baglietto

¿Ve bien la educación emocional en las aulas?
Estamos jugando con fuego. Todos tenemos mochila, todos tenemos traumas. Estamos haciendo una supuesta educación emocional gente que no tenemos la formación. Quizás para tocar determinadas teclas emocionales, el aula no es el mejor lugar. Se tiene que hacer aparte, con tacto y gente que tenga formación. ¿Si hay roturas emocionales, quién se responsabiliza? Eso es complicado, no es para hacer en clase, porque allí necesitas un clima de tranquilidad y hay cosas que vale más no remover.

Dice que el profesor es un pluriempleado, al mismo tiempo docente, policía, psicólogo, animador de fiestas y burócrata.
Todos menos profesores. La escuela ha abdicado de su función de enseñar. Se nos ha quitado el trabajo de profesor y se nos ha hecho monitores de casal. Todo el respeto por los monitores, gente seria que trabaja bien, pero sencillamente la escuela debe ser un espacio diferenciado. Y entonces los profesores que tienen ganas de enseñar, que se preocupan por el alumno precisamente para hacerlo salir de su miserable ego, que entienda de dónde viene, acaban generando mala conciencia y se sienten disidentes del sistema.

Se tendría que hacer una ley de lobbies para la educación, así determinadas cosas no pasarían

Compara a los profesores con un personaje desquiciado de una novela de Kafka y dice que algunos viven empastillados para aguantar. ¿Eso es ser profesor en Catalunya?
Algunos, no bastantes. Es un tema un poco tabú, da vergüenza y ha habido mucho silencio en los claustros. Están al orden del día las pastillas ansiolíticas para dormir, por ansiedad o depresión. Yo agradecería que hubiera datos fiables al respecto. Se hizo una encuesta con la pandemia, pero se tendrían que hacer cada año. Las cifras salen como un desastre y la culpa se atribuye a la pandemia, pero ya pasaba antes y ahora continúa. Estaría bien saber las bajas que hay por salud mental relacionadas con el trabajo. Ya no entremos en suicidios. El aula es dura. Y si no estás bien personalmente cuesta: algún día dices alguna cosa que no tienes que decir a clase, y eso se te descontrola.

¿Explica eso que haya vacantes siempre? Siendo una profesión de prestigio, con buenas condiciones laborales...
Ahora cada vez hay más desprestigio. Es un pez que se muerde en la cola. No tenemos gente porque se ha vaciado el trabajo de sentido. Y depende de dónde te toque trabajar, estás totalmente desprotegido en el aula. Si tienes crío o más que te quiere reventar la clase, que además es violento e incluso pega a los compañeros y estás sufriendo por tu integridad física, y no lo puedes ni echarlo del aula, dependiendo de la dirección del centro. ¡Hay direcciones que te dicen que te lo tienes que quedar! ¿Quién quieres que tenga ganas a las ocho de la mañana de sentirse insultados? ¿O de entrar con tensión al aula? Hay gente que empieza a las ocho de la mañana y antes de las dos y media, ya se ha ido a despedir a la dirección diciendo "ostras, no es lo que me esperaba". La gente si se ha sacado una carrera que tiene salida laboral que no sea la docencia, pues se marcha. ¿Normal, quién tiene ganas de aguantar eso?

Por lo que escribe, el decreto de plantillas ha neoliberalitzado la escuela, la ha convertido en una empresa privada donde la dirección tiene plenos poderes. Habla de caciquismo...
Se han pasado muchos años llenando los claustros de interinos y dotando a las direcciones de un poder que creo que no les corresponde. Han vaciado los claustros de poder, la democracia no existe. A los directores no los escoge el claustro, sino que van en la línea del Departament. Entonces tienes toda una serie de gente, interinos, cuyo trabajo depende de callar, no contrariar la dirección. Así que formas parte de esta farsa. Cuando yo empecé a trabajar, a mí me parecía bien el discurso, que las direcciones tengan su gente para hacer un proyecto coherente, unificado. Visto desde fuera eso es muy bonito, pero la realidad es otra. Ahora hablo de los señores feudales de cada centro, porque con este poder que se le da a las direcciones lo que acaba siendo es amiguismo y chanchullos. Es poder pensado en la foucaultiana. ¿Quién tiene poder? Aquel que tiene capacidad de hacer favores. Coloca a alguien en un determinado lugar y este ya no se le revelará. Entonces se crean unos claustros de gente dócil, de gente que calla; unos ambientes bastante tóxicos, que después si te muestras contrario a estas dinámicas, te hacen el vacío. Eso ya hace años que pasa y solo en Catalunya, en el resto del Estado no. También se crean plazas perfiladas, unas vacantes que no salen a concurso público. Por ejemplo, para hacer una determinada asignatura en inglés. Pero después no se hace en inglés. Yo también sé entrar en el aula y decir 'hello' y cuando me voy 'goodbye'. Es una farsa. Sencillamente la plaza se perfila para poder colocar a quien interesa o para poder echar al interino aquel que no interesa. Todo el problema que ha habido de colocación de gente [con los procesos de estabilización], que tardaron tanto a salir los nombramientos, viene de aquí, porque tienen demasiada gente colocada. El sistema les ha reventado en las manos.

De hecho en el libro dice que puede hablar porque tiene ya su plaza.
La definitiva, además. Ahora, como se han hecho funcionarios, quizás eso empieza a cambiar. Ojalá. La gente se queja mucho de los funcionarios, "qué bien que vivís", pero la gracia de que haya funcionarios es precisamente que hay gente que puede alzar la voz sin miedo a perder el trabajo. Que te puedan hacer el vacío es muy duro, pero no sufres por perder el ingreso a final de mes. Yo me he permitido este lujo [el libro] en parte por eso.

¿Si el máximo interés del alumno es irse a meter calimochos en la plaza del pueblo, hacemos un proyecto sobre los calimochos?

¿No tenía una idea de la profesión diferente de lo que después se encontró? ¿Fue un desencanto o ya iba avisado?
Lo que no me esperaba era el nivel de improvisación, poca profesionalidad y menosprecio que tiene el Departament hacia el profesorado. Pensaba que era una profesión seria y que estabas apoyado por un sistema que funciona, pero estás totalmente desamparado. En la época de [el exconseller] Cambray, cada vez que había un problema, lo que hacían era tirar al profesorado a los leones. Cuando después hay unos directores generales y unos cargos confianza que cobran tres veces más. ¿Tú has visto a alguien asumir responsabilidades? En un equipo de fútbol, si el equipo va mal se piden responsabilidades al entrenador o al presidente. ¡Hostia, me parece indecente!

Entrevista Damià Bardera, escritor / Foto: Carlos Baglietto
Damià Bardera / Foto: Carlos Baglietto

Algún joven con vocación docente que lea el libro quizás se hace cruces y se lo piensa. ¿Qué consejo le daría?
Fíjate en los que llevan años y que tienen una trayectoria impecable. Los que hacen que los alumnos aprendan en sus clases y que son respetados. De estos, afortunadamente hay y se sabe quiénes son. Es importante que se haga una transmisión. Después los jóvenes ya irán innovando, pero primero tienes que haber aprendido el modelo anterior. No existe la innovación por la innovación.

Tenemos nuevo Govern y nueva consellera, Esther Niubó. ¿Qué le pide?
Una propuesta. Tenemos un problema con la educación de emergencia nacional. El sistema está mal de base, está carcomido de raíz. Lo primero que tiene que hacer un alcohólico para cuidarse es como mínimo ser consciente del problema y no negarlo. Vamos a poner una solución de raíz. Como los catalanes hemos demostrado que somos unos inútiles a la hora de autogestionarnos en materia educativa, estamos en una minoría de edad, necesitamos a alguien adulto que nos venga a intervenir. Dejémonos intervenir. Sonará mal. Y tiene reverberaciones extrañas eso de intervenir, por el 155, pero no va por aquí. No hace falta que vengan de Castilla y León, que eso sería demasiado duro para la autoestima del catalanito. Vamos a buscar un modelo que nos guste. El de Finlandia no acaba de funcionar, es un juguete roto. El de Estonia, pongamos por caso. No vayamos allí, porque tampoco sabemos ni copiar: cogemos una comisión y que vengan aquí a coger las riendas. Durante 5 o 6 años, para implementar el modelo.

Complicado...
Allí en Vía Augusta [en donde está el Departament d'Educació], que es el castillo de Kafka, miras el organigrama y necesitas desplegar en 7 pantallas. El cargo y el subcargo del subcargo... Cargos de confianza que están allí no por trayectoria ni por currículum, sino porque su gran mérito es el carné de un partido político desde jovencitos y no moverse de la línea. Todos estos fuera, que solo queden los técnicos. Toda esta gente da igual si va a trabajar o no, porque no se nota. Yo cuándo dejo de ir a trabajar se nota: se generan guardias, los alumnos pierden clase... Allí no solo no hacen nada, sino que todavía encima ponen palos en las ruedas. Porque si tu lugar de trabajo es totalmente inútil, entonces te inventas alguna cosa para justificar que estás allí. Ya han tenido su oportunidad, han estado cobrando bastante durante mucho tiempo. Que los echen y se busquen trabajo. Tenemos que limpiar. Fuego nuevo. En lo lodazal que nos encontramos, si no se pone una medida de estas, radical, no veo que podamos salir del pozo.

¿Confía en cambios a mejor? ¿O que hagan caso a su libro?
Ojalá sirva para remover. Ya no por mi vanidad, habría preferido no tener que escribirlo.

El libro estremece. Diga para acabar alguna cosa positiva de la escuela catalana.
Hay grandes profesionales. Y los niños a veces te piden a gritos que les formes. Hay mucho potencial. Hay gente joven que entra con ganas, con vocación. Y todavía queda gente en el sistema en que no ha desistido. Ojalá estos buenos docentes no acaben generando mala conciencia para ser cómplices de este sistema corrupto y carcomido de raíz.