Darnius (Alt Empordà) no puede consumir agua de boca de la red desde el mes de septiembre después de detectar niveles más altos de los permitidos de trihalometanos. El Ayuntamiento atribuye la situación a la extrema sequía y también al sistema de captación, que es "antiguo" y tiene dificultados para filtrar las impurezas. El alcalde, Josep Madern, espera que la situación se resuelva con la instalación a finales de mes de una planta potabilizadora para tratar el agua del río Arnera —de donde actualmente se abastecen— y que, en un futuro, también gestionará el agua que salga de la nueva captación que se hará en la presa del pantano.

Los problemas con el agua empezaron el verano pasado con varios escapes en pleno episodio de calor, pero se acentuaron en septiembre cuando a través de un bando el Ayuntamiento comunicó que en la analítica en el depósito nuevo se había detectado un "incumplimiento" de trihalometanos y que los resultados obtenidos calificaban el agua como 'no apta para el consumo humano'. En el bando, sin embargo, se comunicaba a los vecinos que la podrían seguir utilizando para ducharse, lavar la ropa, los utensilios de cocina, regar las plantas y otros usos "sin riesgo para la salud". La situación se mantuvo y a mediados de octubre se emitió un nuevo bando donde nuevas analíticas confirmaban el incumplimiento.

En abril, se emitió un tercer bando informando de que la situación se mantenía y que, por lo tanto, se recordaba a la población que no utilizara el agua del grifo "para el consumo ni para la preparación de alimentos, tal como se ha ido haciendo finos ahora, ya que la anterior incidencia no se cerró nunca". En el último comunicado de esta misma semana, el Ayuntamiento hacía público que en las últimas analíticas se habían vuelto a detectar niveles más altos de trihalometanos de los permitidos. Sin embargo, apuntaban que, fruto de las actuaciones que habían hecho para mejorar la calidad de la red, entre los meses de enero y abril los valores se redujeron y se situaron por debajo de los parámetros permitidos.

Entre ellas, se incrementaron los controles del cloro y redujeron el tiempo de contacto de este producto con el agua. También se redujo el volumen de agua acumulado de los 630 metros cúbicos en 400. Eso, explica Madern, ha dado buenos resultados durante unos meses, pero no ha sido suficiente para poder levantar las restricciones. "Actualmente, el sistema de filtración de la red municipal no es suficiente para garantizar la calidad del agua y, por eso, a finales de este mes se iniciará la instalación de una planta potabilizadora que permitirá controlar de una manera más eficiente y segura la calidad del agua", recoge el último bando. La previsión es que la instalación esté en funcionamiento en junio. En paralelo, se está trabajando en una nueva captación para coger agua de la presa del pantano Darnius-Boadella.

La situación y la gestión municipal del asunto ha provocado la queja de algunos vecinos, como Albert Borràs, que critica "falta de información" y que no se facilitaran medios como camiones cisterna, teniendo en cuenta que en el municipio hay muchas personas mayores. Y es que durante estos meses, los vecinos se han tenido que abastecer a través de fuentes del municipio o de poblaciones vecinas como Tapis y comprando garrafas de agua. El alcalde dice que no se activaron sistemas alternativos para abastecer a los vecinos porque esperaban que la situación se solucionara antes y que Salud diera luz verde para levantar las medidas.

Salud Pública reclama acelerar medidas correctoras

Por su parte, la Agència de Salut Pública detalla que el agua de Darnius ha presentado diferentes episodios en los cuales ha superado los valores establecidos por normativa, que se sitúan en los 100 µg/l. En este sentido, explican que han pedido a la autoridad gestora que se hicieran los controles necesarios y se tomaran las medidas correctoras que hagan falta, con el fin de evitar que se supere el máximo de trihalometanos recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Medidas que implican tener control de dosificación de cloro y su reducción del tiempo de contacto con el agua, así como la necesidad de dar prioridad a la ejecución del proyecto previsto de tratamiento de potabilización del agua tan pronto como se pueda.

Salud Pública, sin embargo, señala que en caso de que no se puedan corregir "a corto plazo" estos niveles y si los niveles elevados se mantienen, se recomienda no consumir ni como agua de boca, ni tampoco para cocinar alimentos. Asimismo, también recomienda reducir el tiempo de las duchas. En este sentido, señalan que los posibles efectos adversos de los trihalometanos se producen principalmente en exposiciones "prolongadas" en el tiempo. Los trihalometanos son un grupo de subproductos de la desinfección que se forman cuando se utiliza el cloro como desinfectante del agua. Se generan durante la desinfección a causa de la reacción del cloro adicionado con la materia orgánica presente en el agua. La cantidad y proporción, por lo tanto, depende de la cantidad de cloro añadido, cantidad de materia orgánica y concentración de bromuros del agua, pH y temperatura.