La Jefatura Superior de la Policía de Melilla tiene sobre la mesa un caso de lo más hilarante. Un hombre, de 44 años de edad, de nacionalidad marroquí y residente en Igualada (Barcelona), ha denunciado a un traficante porque considera que le vendió "cocaína en mal estado". El denunciante sostiene que, después de consumirla, se empezó a encontrar mal. La droga, pues, le hizo efecto, pero no el que él esperaba.
El cliente asegura que conoce la identidad del vendedor, aunque no con demasiada precisión. Según relata la denuncia, el traficante respondería al perfil de un hombre "de unos 33 años de edad, con barba y un poco calvo". El círculo se estrecha. La policía melillense, sin embargo, cuenta con alguna pista más: "el denunciante cree que es el hijo dueño de la cafetería y que trabaja en el local por las tardes".
La policía ha confirmado que se tomará el caso seriamente -aunque cueste de creer- e investigará los hechos narrados. En caso de que el denunciante haya explicado la verdad, el traficante sería detenido por un delito contra la salud pública, pero el comprador también podría recibir una sensación si la transacción se produjo en un espacio público.