Expoliadores en casa. El fiscal delegado del servicio de Medio Ambiente y Urbanismo, Antoni Pelegrín, ha presentado una querella contra dos vecinos de Santa Margarida i els Monjos, a los que acusa de los delitos sobre el patrimonio histórico y de apropiación indebida de bienes de valor histórico al ser descubiertos el verano pasado haciendo remociones y extraer monedas y otras piezas, usando un detector de metales, en el yacimiento romano de Santa Tecla o La Gravosa, situado en este municipio del Alt Penedès. La querella ha recaído en el juzgado de instrucción 1 de Vilafranca del Penedès, al titular del cual el fiscal pide que ofrezca acciones legales a la Generalitat de Catalunya al ser afectado un yacimiento arqueológico.
El fiscal indica que los dos querellantes son conocedores del valor del yacimiento arqueológico de Santa Tecla o La Gravosa, registrado en el Inventario del patrimonio Cultural Inmueble y Patrimonio Arqueológico de Catalunya y que está situado en un campo de viñas, dentro del término municipal de Santa Margarida i els Monjos. Es una antigua villa romana y hay un plafón indicativo situado a su lado que indica la importancia de todo aquel yacimiento por sus restos, principalmente de la era ibérica y romana. Añade que con las remociones realizadas, los dos querellados pueden haber afectado a las estructuras arqueológicas conservadas en el subsuelo, y habrá que hacer una intervención con un coste estimado de 2.740 euros, según la arquitecta territorial del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya. Esta cantidad la tendrán que asumir los querellados, indica el fiscal.
Hechos
En la querella, el fiscal detalla que la tarde 12 de agosto de 2021 los dos vecinos de Santa Margarida i els Monjos "perfectos conocedores de la existencia de aquel yacimiento y de restos de valor histórico enterrados en el suelo", actuando de común acuerdo y con el propósito de apoderarse de piezas se dirigieron al yacimiento "llevando una pala pequeña plegable, una azada doble, un detector de metales con mango y un detector de bolsillo con funda". Ejecutaron unas 151 remociones del suelo del yacimiento, obteniendo de aquella manera dos monedas, piezas de hierro y cerámica de diferentes dimensiones". Una dotación de los Agentes Rurales, que había sido alertada de aquellos hechos por unos ciudadanos, los pilló y les intervino todo el material.
El Gabinete Numismático del Museu Nacional d'Art de Catalunya valoró las dos monedas extraídas: una moneda era de la época romana correspondiente al Bajo Imperio de la seca de Londinum (años 310-320) y la otra era de la época de Felipe IV cuartelillo resellado (1636 a 1659) y se valoraron en un precio global de 75 euros, según su precio de mercado. Los otros efectos eran dos plomos de la época antigua, un precinto de la época moderna y la cabeza de un clavo.
Para el fiscal, "la mayor parte del valor histórico de las monedas extraídas por los querellados de aquel yacimiento ya se ha perdido de una manera irreparable, al haberse separado de su contexto arqueológico del cual eran fósiles directores". Añade que "el perjuicio de esta pérdida de información es incalculable".