Continúan las denuncias por los desperfectos causados durante la noche de ayer en la Villa estudiantil de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), donde se concentraron unos 8.000 jóvenes en un macrobotellón. Tal como ha avanzado el rector de la universidad, a Javier Lafuente, hasta el lunes no se podrá conocer con seguridad el balance definitivo de los daños causados.
Así y todo, decenas de personas han denunciado a lo largo del día las conductas incívicas vistas durante la fiesta ilegal a través de la red social Twitter. Según varios testimonios y vecinos del campus universitario, los perpetradores del botellón habrían aprovechado el caos generalizado para producir allanamientos de morada y robos tanto a las residencias como a las facultades, además de destrozos en el mobiliario. Una de las escenas más surrealistas hasta ahora muestra a una persona montada sobre una excavadora en medio de un grupo de jóvenes que lo animan a utilizarla.
Macrobotelló
Miles jóvenes se han reunido esta pasada noche y madrugada en un macrobotellón en la Vila de la UAB. Una convocatoria a través de las redes sociales de una fiesta en la Facultad de Ingeniería –que ha resultado falsa- ha provocado el encuentro ilegal. Muchas personas han hecho caso al llamamiento y se han desplazado a la UAB en coche y tren, pero han comprobado que el campus estaba vacío y la anunciada fiesta con música y Dj's no existía. Sin embargo, la multitud de gente ha decidido celebrar una fiesta improvisada con música y alcohol que se ha alargado hasta la madrugada. Los Mossos d'Esquadra han controlado los accesos a la zona, pero no han podido acceder al recinto al tratarse de un "espacio privado". Los Mossos no han identificado a ninguno de los asistentes.
El coste de los desperfectos
El rector de la UAB, Javier Lafuente, ha explicado hoy a Rac1 que "hasta el lunes no sabremos los costes de los desperfectos y de los efectos globales", ha puntualizado el rector de la UAB, que ha asegurado que se estudiará qué acciones pueden hacer para evitar futuros macrobotellones en el campus. "Haremos el imposible para que no pase otra vez. Nos preocupa porque tenemos un Campus abierto con muchos espacios y se hace muy difícil de controlar", ha reconocido Lafuente.
"Ayer tarde supimos que se quería organizar esta fiesta y emprendimos las acciones que pudimos. Intentamos cerrar parkings, avisamos los Mossos y organizamos los sistemas de seguridad que tenemos en la universidad", ha enumerado al rector de la UAB. "No tenemos nadie identificado, pero avisamos los Mossos para controlar los accesos. Desde las seis de la mañana que hay equipos de limpieza en la zona, y todavía tienen horas por delante", ha rematado Lafuente.
"Reflexión profunda"
Por su parte, el equipo de gobierno de la UAB ha lamentado el macrobotellón, y ha reclamado "una reflexión profunda por parte de las autoridades públicas para intentar prevenir y evitar hechos parecidos en el futuro", además del compromiso e implicación de agentes sociales. En un comunicado este sábado, ha criticado la "actitud totalmente incívica e irresponsable" de convocantes y asistentes para convertir el centro universitario en un lugar de ocio potencialmente peligroso, sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias actuales derivadas de la pandemia de la covid. La universidad ha aclarado que se activaron "medidas preventivas al conocer la magnitud de la convocatoria", pero las características del Campus, abierto y con muchos puntos de acceso, hicieron imposible impedir la concentración.
Condena del Departament de Recerca i Universitats
En los mismos términos se ha expresado el Departament de Recerca i Universitats, el cual ha condenado "enérgicamente los lamentables hechos" y ha "mostrado toda su solidaridad y apoyo al rector y equipo de gobierno de la universidad, así como al conjunto de la comunidad universitaria". "Los desperfectos provocados, la suciedad generada y las molestias ocasionadas al vecindario son totalmente injustificables y atentan directamente contra aquellos valores que la universidad quiere fomentar", añaden en un comunicado
En paralelo, el ocio nocturno continúa cerrado desde hace un año y medio. Es el sector más castigado por esta pandemia en Catalunya y el que ha recibido la negativa, de forma continuada, para reabrir las puertas. En estos momentos, hay 36.000 personas que dependen laboralmente del ocio nocturno. Y el año y medio que llevan de parón ha supuesto bajar la persiana del negocio pero no físicamente.
El TSJC ha denegado unas medidas cautelares solicitadas por la FECASARM, la patronal de la hostelería y el ocio nocturno, respecto de las restricciones aprobadas por la Generalitat el pasado día 2 de septiembre por las que se prorrogaban las restricciones de la restauración y el ocio nocturno basándose en la evolución de los datos epidemiológicos y asistenciales aportadas por la Generalitat y añadiendo que, si bien la reciente sentencia del Tribunal Supremo de 14 de septiembre acepta la conformidad de derecho de la exigencia del pasaporte covid, solamente se acepta para acceder a los locales de determinadas zonas dependiendo de datos epidemiológicos y asistenciales.