Los vecinos del Valle de Àssua, en el Pallars Sobirà, han descubierto de forma casual decenas de grabados en la roca de la Edad Media, de entre los siglos XI y XIV, que representan escenas y elementos aislados, y donde está la presencia de caballeros armados con lanzas y espuelas sobre los caballos. Ermengol Gassiot, miembro del Grupo de Arqueología de Alta Montaña de la UAB y CESIC, ha dicho que se trata de un hallazgo "muy importante".
Gassiot también ha afirmado que "sorprende" la cantidad de grabados que hay y que no recuerda ningún otro sitio del Pirineu catalán con esta densidad de petroglifos en el exterior, dado que se han encontrado centenares. Sorprende también la elevada presencia de caballeros e individuos armados en un espacio tradicionalmente ganadero.
El hallazgo localizado se encuentra dispersa sobre un eje de cerca de un kilómetro de longitud siguiendo la parte otra de la vertiente de un barranco. El lugar es muy abrupto y cae de manera muy pronunciada en un terreno, a momentos rocoso, sobre el barranco. Los petroglifos están situados entre 1.390 y 1.710 metros de altitud. A pesar de tratarse de un terreno muy abrupto, en algunos puntos parece que recorren el trazado de un antiguo camino.
Las escenas y la conservación de los grabados
La observación de los diferentes paneles permite inferir la existencia clara de una variabilidad cronológica entre ellos, según Gassiot. En el conjunto de los motivos grabados, especialmente en aquellos que parecen ser más antiguos, hay un claro predominio de las figuras humanas, de caballos y de las figuras de personas montando estos animales. Al mismo tiempo, también hay una fuerte presencia elevada de armas.
En algunas paredes aparecen escenas más complejas. Prácticamente la totalidad de los paneles tienen varias figuras, a veces en medio de una gran cantidad de líneas rectas de trazo muy fino. A veces las figuras no se encuentran en el mismo nivel e incluso se superponen las unas en las otras. No obstante, hay varios ejemplos en que una pared del panel conforma una especie de friso donde se ilustra una escena bélica.
Con respecto al estado de conservación, Gassiot ha dicho que en general "es buena", aunque en algunos casos "las líneas que los definen estén poco definidas". En muchos grabados es habitual apreciar la presencia de líquenes que tapan parte de los motivos y en otros casos se ha detectado que la misma evolución de la vertiente provoca que algún tramo de algún panel esté parcialmente cubierto del suelo tapando alguna parte de alguna figura. Por otra parte, en alguna ocasión han aparecido grietas a la roca con posterioridad a la elaboración del grabado.