Los contenidos con "discursos de odio" en la red social X, antiguo Twitter, han aumentado aproximadamente un 50% desde que la compró el magnate Elon Musk y se convirtió en director general de la empresa octubre de 2022. Así lo señala un estudio científico publicado este miércoles en la revista indexada Plos One y elaborado por académicos norteamericanos de la Universidad de California en Berkeley y de la Universidad del Sur de California. La investigación señala una mayor proliferación de mensajes racistas, homófobos y tránsfobos y que casi se ha duplicado el número de "me gusta" (likes) en publicaciones que los autores incluyen en estas categorías.
El estudio académico, liderado por el investigador Daniel Hickey, ha abordado también la presencia de cuentas falsas y bots, habituales para la generación de contenido basura (spam) y en las campañas de desinformación organizada con intenciones maliciosas. Al respecto, el estudio señala que no se ha dado en ningún caso una reducción del número de estas cuentas y que, incluso, se ha producido un aumento de su actividad. "No encontramos ninguna reducción (y sí un posible aumento) en la actividad de estos usuarios después de que Musk comprara X, lo cual podría indicar otros resultados negativos, como la posibilidad de estafas, interferencia en las elecciones o daños en las campañas de salud pública," señalan.
Precisamente, y el estudio lo recoge en sus páginas iniciales, una de las promesas de Musk en la época que compró la red social de mensajes cortos por excelencia fue la de reducir los bots y las cuentas falsas, si bien no se ha avanzado en la moderación y control de estos. Con respecto a los discursos de odio, la investigación señala también que el magnate ha adoptado una postura explícita de "libertad de expresión, no libertad de alcance," por lo cual se opta por más flexibilidad a la hora de dejar que se publiquen estos mensajes bajo la premisa que eso hará que tengan menos resonancia y la plataforma no los mostrará a tantos usuarios. Entre los factores que los investigadores también señalan como "explicación tentadora" del porqué de todo está la reducción del equipo dedicado a la moderación y la marcha o despido de tantos trabajadores alineados con la anterior política de la compañía antes de la compra de Musk.
Con todo, también señalan que en los meses inmediatamente anteriores a la compra del magnate ya se veía la tendencia de un aumento de discursos de odio, que con Musk se ha acentuado. Al respecto, los académicos sugieren que se puede deber al hecho de que la anunciada compra de Musk podría haber anticipado la proliferación de estos mensajes por la impunidad prometida. El estudio también contempla que las recientes elecciones en Estados Unidos —si bien el periodo de análisis es anterior— han podido ser una chispa para la proliferación de contenidos políticos, de polarización, y, en consecuencia, discursos de odio de algunos usuarios. Los autores lo enmarcan en la "guerra cultural" que se ha intensificado en el debate público norteamericano, y en todo el mundo, entre sectores progresistas y conservadores.
Por todo ello, los investigadores han expresado su "preocupación" por lo que consideran un aumento a largo plazo de los discursos de odio y la prevalencia de cuentas potencialmente falsas en las redes sociales, "ya que estos factores pueden socavar los entornos en línea seguros y democráticos y aumentar el riesgo de peligros fuera de la línea". "Si bien las plataformas de redes sociales tienen el potencial de promover orientaciones prosociales y aumentar el apoyo a acciones colectivas constructivas, también pueden servir como vehículos para la difusión del odio y la desinformación, enfrentando a un grupo contra otro, fragmentando comunidades, sistemas políticos y naciones enteras de maneras que conducen directamente al sufrimiento e impiden soluciones a los desafíos globales", advierten.