El jueves de Corpus en Berga es el primer día grande de Patum. Baila, como los gigantes, los nanos o la guita, por el calendario hasta encontrar en qué día caerá. La fiesta arranca el miércoles con el pasacalles y acaba el domingo, con otro de los días grandes, cuando se repite toda la ceremonia del jueves, con Patum de lucimiento al mediodía y la Patum completa por la noche. Las comparsas bailan cuatro veces, los Plenos saltan dos veces y al final de todo, els Tirabols.
La capital del Berguedà estos días multiplica casi por tres su población en una fiesta que, si bien en el imaginario todavía se recuerda el asesinato del joven Josep Maria Isanta el año 2005, es ahora muy popular, tranquila y sin graves incidentes. Justo desde el año 2006, el año después del crimen, que el dispositivo cambió y se reforzó con orden público, agentes de paisano y una mejor respuesta a las llamadas que se reciben al 112.
Con todo, sin embargo, los Mossos d'Esquadra tienen que diseñar cada año un dispositivo de seguridad adecuado a toda la gente que visita Berga y a la idiosincrasia de la fiesta, con mucha saturación del centro del municipio, sobre todo la plaza de Sant Pere, y también con mucho contacto y mucho alcohol. Es el dispositivo de más envergadura que la policía catalana pone en marcha en la Región Policial Central.
El jefe de la comisaría de Berga y la región, bajo la batuta del subinspector Fité, el número tres de la estructura territorial de los Mossos, diseñan y ponen en marcha un dispositivo que cada año mejora y se adecua a las necesidades de la Patum, con los cambios que puede generar la fiesta y los nuevos recursos de los cuales dispone la policía catalana. Este año, por ejemplo, el dispositivo de Mossos d'Esquadra para la Patum ha contado, por primera vez, con la activación de la Unidad de Drones (UDRON). Ubicados en el exterior de Berga, los drones de la policía catalana ofrecían imágenes en directo a vista de pájaro del centro del municipio y de los accesos a la plaza central de la fiesta.
Decenas de agentes forman parte del dispositivo
En el dispositivo participan, como pilar básico, los agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USC) de la comisaría de Berga. Los agentes destinados en este municipio saben que la semana de Patum es una de las fechas más importantes del calendario y que, toque descanso u otros horarios, habrá que activarse. Es un turno largo, de doce horas, pero los mismos agentes aseguran que es uno de los dispositivos más agradecidos. Durante toda la noche se hacen varios puestos de control en espacios de la fiesta para poder estar cerca de la multitud en el caso de necesidad.
Además de los agentes de USC, el dispositivo también se complementa con agentes de paisano, los conocidos como Fura, que se encargan de patrullar todos los espacios de la fiesta para prevenir hurtos y peleas e intervenir, donde las patrullas uniformadas tendrían más complicado acceder, si se producen incidentes. Los agentes de paisano también tienen un papel clave en la prevención y la actuación ágil en casos de abusos o agresiones sexuales, unos hechos delictivos, asegura a la policía catalana, de los cuales se han disparado las denuncias los últimos años.
También se suma al operativo el Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) de la región Central, que despliega varios equipos. A media tarde hacen controles preventivos de entrada en la ciudad, durante la fiesta colaboran en el cierre de la plaza, cuando se supera el aforo o durante los saltos de plenos, que es uno de los momentos más críticos de la fiesta, y también, ya de madrugada, si la fiesta se enreda. Pocos días antes, la Unidad Canina y la Unidad de Subsuelo de los Mossos hacen requisas en la plaza de Sant Pere, precintando los registros.
Imágenes de la fiesta en directo desde el CECOR
Durante todo el operativo los Mossos, junto con la Policía Local y Seguridad Privada, siguen la evolución de la Patum desde un Centro de Coordinación (CECOR) donde dos agentes de la Unidad Seguridad Ciudadana (USC) de Berga, especialistas en gestión de sala, coordinan todos los indicativos de los Mossos y de la policía de la ciudad de Berga que trabajan. En este punto de mando avanzado, reciben imágenes de las cámaras de seguridad que hay instaladas en la plaza y en las calles próximas, y también las imágenes en directo que ofrecen los drones de los Mossos.
Desde la plaza, desde el balcón de autoridades del Ayuntamiento, los Mossos d'Esquadra también tienen visión en directo de la plaza de Sant Pere, sobre todo, durante los dos momentos críticos de cada noche de Patum completa, durante los saltos de plenos. Poco rato antes de este tradicional y complicado salto, se cierra la plaza y se restringe la circulación de vehículos por las calles próximas, por si durante el salto se tiene que evacuar la plaza. Es el momento más emocionante para los berguedans y forasteros. Este año, además, el jueves se volvieron a saltar los plenos desde 2009, la última vez que, antes de la pandemia, se había podido celebrar con normalidad esta fiesta milenaria.
Lo más importante, poder volver a Patum
Las altas temperaturas, las de la ola de calor que estos días brasean Catalunya, y las que genera la gente y las comparsas en la plaza de Sant Pere, dan sed. Y en Berga, por Patum, se bebe (mucha) barreja. Una combinación etílica dulce de anís y moscatel que, fresco, todavía se nota menos la alta graduación alcohólica que lleva. Lo más racional es quedarse a dormir en Berga, ni que esté en el coche, utilizar el transporte público, o quedarse a la 'Patum de los borrachos', que cada día, cuando se acaba la fiesta, celebran los últimos supervivientes emulando a los gigantes, los nanos y las otras comparsas.
Los Mossos d'Esquadra, cada día de Patum, organizan controles de alcoholemia en las salidas de Berga. En tres puntos diferentes, agentes de Tráfico hacen controles maratonianos, desde las doce y hasta casi la hora de desayuno, para sacar de la carretera los conductores imprudentes que circulan bajo los efectos del alcohol o de las drogas. El jefe de Trànsit en la región central, el inspector Parra, asegura, sin embargo, que si bien los controles se hacen y se seguirán haciendo, cada vez hay menos personas que den positivo en alcohol, un hecho que demuestra que la pedagogía funciona.
Una Patum judicializada pero tranquila
Este año la Patum de Berga se ha visto envuelta en una nueva polémica. Después de la denuncia por parte de una residencia ubicada en la zona de los conciertos de las Barracas de Patum, un juez decretó la prohibición de hacer música más allá de la una de la madrugada. Después del recurso del Ayuntamiento, el juez ha ordenado la suspensión total de los conciertos. Desde el consistorio, al no poder ofrecer una alternativa de ubicación, ha decidido aplazar los conciertos. Estaban previstas actuaciones, entre otros, de Brams, el mítico grupo del berguedà Titot, que han vuelto a los escenarios y que volvían, después de años de ausencia, a la Patum.
A pesar de esta judicialización de la Patum, la fiesta, hasta este domingo, se ha vivido con tranquilidad. Mucha gente pero casi sin incidentes durante las noches de Patum. Este domingo de Corpus, desde las nueve y media, se vivirá la última noche, con la Patum completa, las comparsas y los bailes de plens. Y cuando se acabe, mañana, lunes, los Mossos repasarán el dispositivo, evaluarán la Patum 2022 y buscarán en el calendario en què caerá Corpus el año 2023. Spoiler: El 8 de junio.