Disputa en el corazón del Tarragonès. La frontera entre Tarragona y el municipio vecino de Altafulla ha sido elemento de controversia desde hace muchos años. Y es que la capital de la comarca se extiende administrativamente mucho más allá de su núcleo urbano, alargándose hacia el este por la costa hasta sobrepasar el río Gaià y chocar con las primeras casas de territorio altafullenc. Esto provoca una situación curiosa, que comporta que la estación de tren Altafulla-Tamarit se encuentre realmente en el término municipal de Tarragona, que el restaurante El Buffet d'Altafulla y el Bunker de Altafulla no se ubiquen en el lugar que indica su nombre, o que haya tarraconenses que se abastezcan en su casa con agua de la red municipal del pueblo del lado. Ahora, el ayuntamiento afectado quiere resolver esta anomalía, y por eso ha pedido mover la frontera con Tarragona con el fin de ganar más de 70 hectáreas de terreno.

El área en disputa se encuentra en el llamado Pla de Vinyet, una explanada que se estira entre el río Gaià y las primeras casas de la urbanización marítima de Altafulla, desde la playa hasta la carretera N-340. En este amplio espacio solo se cuentan una veintena de edificaciones, entre las cuales hay la estación de tren de Altafulla-Tamarit y un área de servicio, mientras que la mayoría de los terrenos son campos de cultivo y extensiones abandonadas.

MAPA ALTAFULLA
Mapa de Altafulla con el área en disputa: la línea roja marca la frontera actual, mientras que la amarilla marca la propuesta del Ayuntamiento

El cambio supondría pasar a situar el límite administrativo entre Tarragona y Altafulla sobre el río Gaià, una frontera natural. Antiguamente, en esta explanada se había ubicado el antiguo municipio de Tamarit de Mar, que se extendía en torno a la desembocadura del río e incluía los pueblos de Tamarit, Ferran y Monnars. Con los años, sin embargo, este núcleo pesquero fue entrando en decadencia hasta que prácticamente desapareció por la marcha de los vecinos. Fue en 1952 cuando Tarragona absorbió los terrenos del antiguo municipio para agrandar su extensión territorial. Además, Altafulla forma parte de la comarca natural del Baix Gaià, que comprende también otros municipios costeros en el este de la comarca del Tarragonès como son Torredembarra, Creixell y Roda de Berà: que estas 70 hectáreas fueran ahora gestionadas por Altafulla permitiría tocar el río Gaià también en su desembocadura, cosa que hoy en día no pasa.

La polémica entre los ayuntamientos la resolverá la Generalitat

En febrero, el pleno municipal de Altafulla aprobó el proceso para determinar la alteración del término municipal, llevando la demanda impulsada por el alcalde Jordi Molinera ante la Generalitat. La iniciativa, sin embargo, ha recibido las inevitables alegaciones del Ayuntamiento de Tarragona, que no está dispuesta a ceder los terrenos y por eso ha pedido archivar el expediente. El alcalde Rubén Viñuales argumenta que no hay "ninguna novedad geográfica, demográfica, económica o administrativa" que justifique la modificación, y ha cargado contra su homólogo altafullenc. Ahora, la pelota está sobre el terrado del Ayuntamiento de Altafulla, que tendrá que decidir si continúa adelante con el procedimiento o lo frena. En caso de proseguir, la cuestión acabará pasando a manos de la Generalitat, quien tendrá la última palabra.