¿Dónde descansan después de las misiones que han llevado a cabo los satélites, estaciones espaciales y en general, basura espacial? Algunas se jubilan, otros se mueren y descansan para siempre. El caso es que lo hacen en el mismo punto: Punto Nemo. Está tan lejos de todo que normalmente solo hay astronautas que vuelven del espacio. Además de 4.500 kilómetros de la costa de Nueva Zelanda y más de 3.000 kilómetros en el norte Antártida se encuentra este punto donde hay todo tipo de objetos que vuelven del espacio (y seguramente algunos que no lo han visto nunca).
Allí también acabará la Estación Espacial Internacional cuando se retire el año 2030, que de hecho, está previsto que caiga en picado. ¿Por qué? Punto Nemo es el cementerio espacial del mundo.
¿Por qué van a parar allí los residuos espaciales?
Tal como recoge la CNN, desde la década de 1970, las naciones que viajan al espacio –de alguna manera u otra– y vuelven depositan en torno a este punto lo que se conoce ya como basura espacial. Lleva el nombre del Capitán Nemo, de la novela de Jules Verne, Veinte mil leguas de viaje submarino. También se conoce, sin embargo, con un nombre menos romántico: polo de inaccesibilidad del Pacífico o área deshabitada del Océano Pacífico Sur. Y según parece, es el lugar más remoto del mundo.
Según recoge la cadena norteamericana, más de 263 piezas de basura descansan hundidas en esta área desde 1971, incluida a la estación espacial rusa y la primera estación espacial de la NASA, según un estudio del 2019. Ahora bien, que nadie se piense que son desperdicios intactos. De hecho, se cree que son más bien fragmentos esparcidos y repartidos por la zona.
Lejos de todo
"Esta es el área oceánica mayor sin islas. Es simplemente el área más segura donde encaja una larga zona de caída de basura después de un reingreso", detalla Holger Krag, jefe de la Oficina del Programa de Seguridad Espacial en la Agencia Espacial Europea y destaca la CNN.
Punto Nemo está más allá de la jurisdicción de cualquier estado y no hay nadie que viva cerca. A pesar de todo, se han descubierto también residuos humanos que van más allá de la basura espacial. Como no podría ser de otra manera, también se han encontrado partículas microplásticas en las aguas. El descubrimiento fue cuando la Volvo Ocean Race pasaba por la zona el año 2018.
¿La basura espacial no se desintegra?
La mayoría de basura espacial, tal como recoge el artículo, pasa desapercibida cuando vuelve a la Tierra porque se desintegra antes de tocar suelo. Eso pasa con trocitos, fragmentos o piezas. De esta manera, solo los trozos o las partes mayores, como naves o trozos enteros de las naves acaban volviendo. De hecho, hace falta un trabajo milimétrico y de planificación cuando estas naves vuelven a la tierra para asegurarse que caiga justo en este punto y no en una zona habitada, donde las consecuencias podrían ser desastrosas.