Dos escuelas concertadas de Catalunya viven el último curso de su historia. La Escola Mireia, al barcelonés barrio del Fort Pienc, cerrará el próximo mes de junio después de 65 años de historia. El centro ya ha trasladado su decisión a las familias de los 220 alumnos de infantil, primaria y secundaria, que el próximo curso se tendrán que reubicar en otro centro. En declaraciones a Catalunya Radio, el director de la escuela, Gabriel Guim, justifica la decisión asegurando que "la falta de alumnado es alarmante y los centros pequeños concertados somos los primeros a caer". Guim ha reconocido que se nota que la natalidad ha ido a la baja desde el 2008 y que hace el centro "económicamente insostenible". De hecho, el curso pasado ya cerró otra escuela concertada de la zona, el Sagrat Cor de la calle de Ribes.

En Castelldefels, el Col·legi Sant Ferran también cerrará a finales de agosto. Se trata de una escuela concertada, que empezó su actividad en 1970 y que acoge alumnos desde de I3 hasta cuarto de ESO: 300 alumnos tendrán que cambiar de centro el curso que viene. La propiedad de la escuela, en manos de seis herederos, informó a las familias de los alumnos el viernes en una asamblea. Aparte de los alumnos, en la escuela trabajan 30 personas, entre el equipo docente y el resto de personal contratado. Durante la reunión con las familias, los propietarios detallaron que la decisión se ha tomado por la pérdida de alumnado en los cursos infantiles y ante la previsión que la natalidad siga a la baja. En este curso ya han perdido el concierto de I3 porque no había bastante alumnado.

"Voluntad firme" de cerrar el centro

El director general de Centres Concertats y Privats, Xavier Güell, ha afirmado que la decisión "es firme" después de reunirse este martes con los propietarios del centro. Güell ha apuntado que los propietarios no han hecho ninguna petición para estudiar si el centro podía pasar a la red pública. En este sentido, Güell ha reprochado en la propiedad que comunicara la voluntad a las familias antes de hablar con la conselleria y les ha recordado que tienen que presentar formalmente la petición de cierre, cosa que todavía no han hecho. Por otra parte, ha garantizado que se estudiarán todas las posibilidades de recolocación de los alumnos, unos 300, y se les acompañará.

Finalmente, el secretario y la conselleria se han reunido con los propietarios y a su abogado este martes y durante el encuentro estos los han transmitido que su voluntad es cerrar el centro, sin plantear "en ningún momento" ninguna propuesta de futuro. Ante esta situación, Educació ha trasladado a los propietarios que tienen que presentar formalmente la petición de cierre y los ha alertado de que se tiene que seguir "escrupulosamente" todo el proceso legal establecido. Güell ha recordado que de la misma manera que se tiene que presentar una autorización para abrir un centro, se tiene que hacer si se quiere cerrar. "Normalmente, las cosas se hacen consensuadas y pautadas", ha dicho. Educación prevé reunirse también a lo largo de esta semana con las familias para que puedan exponer sus preocupaciones. En este sentido, la conselleria ha garantizado el acompañamiento a la comunidad educativa y especialmente a los alumnos y familias afectadas. Por eso, ya ha puesto a disposición del centro un equipo de psicólogos para hacer un primer acompañamiento.

La dirección desconocía el cierre

La dirección de la escuela Sant Ferran ha mostrado su sorpresa ante la decisión de poner fin a un proyecto "muy firme" en Castelldefels. La directora, Viviana Luna, apunta en la ACN que desconocían la intención de los propietarios hasta finales de la semana pasada. La "fuerte competitividad" de las otras tres escuelas concertadas de Castelldefels, sumada a una bajada de la natalidad, serían algunos de los factores que habrían llevado a los propietarios a decidir poner fin a la actividad de la escuela. "Al final, tienen destinado un capital privado y son libres de no querer hacer nuevas inversiones para garantizar la continuidad del centro", afirma.

Luna lamenta el futuro "incierto" que se abre ahora para familias y docentes, y hace un llamamiento a la comunidad educativa a "mantener la calma y no alimentar rumorología sin fundamentos". En este sentido, pide "no especular" sobre si los propietarios tienen intención de vender el edificio e insta a las familias a "mantener una actitud de calma, especialmente de cara al alumnado". Por su parte, desde la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) se muestran "sorpresas, nerviosas y enfadadas," pero declinan hacer ninguna valoración hasta que Educació y los propietarios empiecen a concretar como se ejecutará el cierre, que confían en que vaya acompañado de una "solución provechosa para todos los niños".