Dos incendios iniciados en el Valle de Ebo (Alicante) y Begís (Castellón) están asediando el País Valencià. El fuego todavía sigue "muy activo" con un total de 11.000 hectáreas arrasadas por las llamas, obligando a desalojar varias poblaciones. Casi un millar de personas y casi medio centenar de medios aéreos están participando en la extinción de estos grandes fuegos, provocados por unos rayos, y que está su control se está dificultando muy debido a las adversas condiciones meteorológicas y la compleja orografía. El incendio tiene un perímetro de 65 kilómetros y en su extinción participan 22 medios aéreos.

El fuego ha obligado el desalojo de media docena de poblaciones. La última de ellas ha sido la pequeña localidad de Benimassot, que ha empezado a ser evacuada este martes ante la proximidad de las llamas del incendio forestal. Este municipio se suma a otras localidades evacuadas, como son Tollos, Famorca, Fageca, La Vall de Alcalà y Beniaia, que suman unas 1.500 personas, en las cuales se ha dado cobertura junto con Cruz Roja mediante albergues instalados a Pego y en Muro de Alcoy. El incendio de Begís, declarado este lunes a consecuencia también de un rayo, ha arrasado ya entre 700 y 800 hectáreas, tiene un perímetro de 20 kilómetros y lo combaten 25 medios aéreos, por la "enorme dificultad" de su orografía, que impide de momento actuar en los medios terrestres.

EFE

El cambio en la dirección del viento y el humo han obligado este martes a evacuar de manera preventiva las localidades de Begís y Toràs, y los vecinos están siendo instalados en un albergue situado en el pabellón multifuncional de Viver. El desalojo de Begís ha implicado también el traslado del Sitio de Mando Avanzado (PMA), que se había instalado en esta localidad y que ahora se reubicará en Viver. Los desalojos de este martes se suman a los ya realizados en las localidades de Arteas de Baix, Arteas de Dalt y los Cloticos por la proximidad del fuego.

Los dos incendios tienen una "alta actividad" y están todavía en situación de "avance" a pesar del esfuerzo de las personas y medios que los están combatiendo, y la "pieza clave" para resolverlos será la evolución de la situación meteorológica, ha asegurado el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig. Ha insistido en el hecho de que la meteorología es "muy adversa", porque soplan vientos cambiantes, que hacen que dentro de un mismo incendio se pueda hablar de situaciones "muy diversas" y dificultan planificar la extinción. Además, las temperaturas siguen siendo muy altas, y la humedad es de entorno del 10 o el 15%, lo cual complica atajar el fuego. Puig ha insistido en que la prioridad en estos momentos es la seguridad de las personas -del vecindario de los municipios afectados y del personal de emergencias que interviene en la extinción-, porque lo peor que puede pasar es que haya una desgracia personal, más allá de la pérdida del patrimonio natural que se está produciendo.

El presidente valenciano ha asegurado que en el País Valencià cuenta con "recursos suficientes" para combatir estos incendios, y ha agradecido la ayuda tanto del Gobierno de España como de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y de las comunidades autónomas vecinas, como Murcia, Aragón, Castilla-La Mancha y Catalunya.