La preparación para los exámenes de selectividad incluye nervios y estrés. En este contexto, dormir o descansar bien es difícil. Se calcula que entre el 60% y el 70% de los adolescentes presentan un déficit de sueño por la privación crónica de este, hecho que dificulta su rendimiento académico. Según un comunicado del instituto del sueño AdSalutem, este problema todavía se agrava más durante las semanas previas a la selectividad. Así, la evidencia científica expone que el sueño juega un papel esencial en todos los procesos fisiológicos y cognitivos.
Una sola noche de privación de sueño altera nuestra percepción, dificultando la toma de decisiones y modificando la capacidad de aprendizaje. Y como aseguran a muchos expertos, lo que no se duerme una noche, no se puede recuperar al día siguiente. "Subestimamos el efecto del sueño en el rendimiento académico, cuando realmente es equiparable al factor nutricional" afirma a la doctora. María José Masdeu, profesora y neumóloga en AdSalutem. Ante esta realidad y la inmediatez de los exámenes de selectividad que tendrán que afrontar miles de estudiantes en los próximos días, los expertos de AdSalutem recomiendan pautas de higiene del sueño para optimizar el rendimiento.
Pautas de higiene del sueño
- Reservar 8 horas diarias para el sueño. Un buen descanso ayuda a consolidar la información aprendida.
- Una siesta de 30 minutos máximo, antes de las 17:00h., nos ayudará a consolidar los conocimientos adquiridos.
- Dar un repaso rápido y leer por encima de la materia estudiada antes de dormir.
- No estudiar en la cama.
- Mantener unas rutinas regulares de sueño y comidas, que no varíen demasiados entre semana en comparación con el fin de semana.
- Hacer ejercicio físico a las mañanas ayuda a conciliar el sueño durante la noche.
- Evitar tomar sustancias estimulantes durante la tarde-noche.
- Evitar el tabaco y/o el alcohol y otras drogas. Estas sustancias tienen efectos nocivos para el sueño y la salud en general.
- Evitar dispositivos electrónicos una hora antes de ir a dormir. En caso de utilizarlos, utilizar el filtro de luz cálida (night mode).
- Reservar 10-15 minutos al día para relajarte o expresar tus emociones. Las técnicas de meditación, mindfulness, yoga, taichi, etc., por ejemplo, pueden ser de gran utilidad para conseguirlo.
¿Qué dicen los científicos?
De vital importancia son la cantidad y la calidad del sueño para el rendimiento académico. En este sentido, una revisión publicada en la Revista de Neurología analizó 30 estudios que relacionan varios indicadores de calidad de sueño y el rendimiento académico de estudiantes universitarios. Así, la somnolencia diurna debida a la privación de sueño disminuye la atención y se asocia con peores resultados académicos, según constatan a través de un comunicado.
Otras investigaciones sugieren que los estudiantes universitarios que se privaron de sueño una o más noches durante los exámenes, tenían peor rendimiento. Contrariamente, otro artículo confirmó que los que evitaron la privación de sueño la semana anterior a la prueba, obtenían mejores notas. Los estudios consideran especialmente relevante el periodo de preparación y de realización de exámenes, indicando que "la calidad de sueño predecía un mejor rendimiento académico, tanto con respecto a las notas como a los objetivos de aprendizaje". Además, mantener la regularidad de sueño y los biorritmos durante el fin de semana también resultó beneficioso para el rendimiento de los estudiantes. Finalmente, también se encontró una asociación indirecta mediada por el estado de ánimo, factor que también mejora con un descanso adecuado.
Así pues, los últimos descubrimientos en Medicina del Sueño muestran que el sueño ejerce un papel centralizador y sinérgico con el resto de los elementos del estilo de vida como el ejercicio, la alimentación o el estado psicológico y emocional, aumentando los beneficios de cualquier intervención diseñada para mejorar la salud integral de jóvenes y adultos.