El proyecto Sostenibilidad Alimentaria del Consejo Comarcal del Vallès Occidental ha permitido aprovechar comida procedente de escuelas de toda la comarca para alimentar a unas 3.000 familias. Se trata de una iniciativa que nació en el 2014, con el nombre de Recooperem, y que desde entonces ha sumado 46 centros educativos para separar y congelar la comida que no se ha servido. De esta forma, se hace llegar a las personas necesitadas a través de entidades sociales.

El Consejo Comarcal trabaja codo con codo con una docena de entidades sociales, pero cada vez son más las empresas que se suman a esta iniciativa que permite dar una segunda vida en alimentos destinados, incialment, en la basura|maleza. De hecho, recientemente, la Asociación Catalana de Municipios (ACM) ha distinguido el proyecto en el ámbito de Acción Climática.

Se pretende recuperar alimentos para el consumo humano, hecho que genera nuevos modelos de reaprovechamiento de alimentos y de gestión de residuos. Como consecuencia, se reduce el volumen de comida y, de rebote, todo aquello que no se sirve a las escuelas llega a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.

"Se parte de una idea muy intuitiva, que es que no se puede dejar perder la comida en los comedores escolares, para|por una cuestión de lógica social, porque se generan residuos y tiene un impacto medioambiental", señala al presidente del Consejo Comarcal del Vallès Occidental, Ignasi Giménez. En esta línea, remarca que se trata de una cuestión pedagógica porque se implica la comunidad educativa y se traslada la conciencia a las futuras generaciones de la importancia de no llenar el plato más de lo que es necesario.

"Se trabajó con el departamento de Salud para protocolizar como coger la comida de las escuelas y le dio una segunda vida con entidades sociales que lo pudieran recoger y llevarlo a personas vulnerables y con necesidades", explica Giménez. Así, la comida que no se ha servido a la escuela se guarda en fiambreras y se etiqueta, con la información correspondiente al contenido y la fecha, y se congela para que representantes de entidades sociales las recojan y las distribuyan a las personas que son usuarias.

El número de comidas reaprovechadas escala hasta los 41.000 desde 2014 gracias a la adhesión de 46 centros educativos de toda la comarca, que participan con el convencimiento del impacto positivo que tiene este proyecto tanto a nivel social como|cómo medio ambiental. "A lo largo del año cada catalán lanza 35 kilos de comida en buen estado en la basura, y este es un coste social y ambiental que no nos podemos permitir en un momento en que nos estamos planteando un cambio de modelo energético", observación Giménez.

Hacer red

Actualmente, el Consejo Comarcal trabaja para integrar empresas de toda la comarca al procés|proceso de reaprovechamiento, con la intención que los comedores de las empresas actuin como las escuelas.

Finalmente, el proyecto de sostenibilidad alimentaria se complementa con el Mercado Circular, que promueve el el reaprovechamiento de frutas y verduras del mercado central comarcal, Mercavallès, que no se pueden comercializar pero que siguen siendo comestibles. Sobre este punto, el Consejo Comarcal remarca que, según un estudio hecho, en el mercado anualmente se tiran 500.000 kilos de verdura y fruta anuales. Por este motivo, se trabaja para que diariamente se puedan salvar unos 208 kilos de comida, hecho que equivale a unas 34 cajas de 6 kilos.

 

 

Imagen principal: Alimentos guardados en fiambreras/ Pexels