La pinza entre los sectores próximos al exjefe de los Mossos, el major Josep Lluís Trapero, y el PSC se ha vuelto a evidenciar esta tarde en el Parlament de Catalunya. El portavoz socialista en temas de seguridad, Ramon Espadaler, ha preguntado al conseller del Interior, Joan Ignasi Elena, sobre las últimas informaciones publicadas sobre el enfrentamiento en la cúpula de los Mossos d'Esquadra, la suspensión de un concurso de ascenso a inspectores e intendentes —por el hallazgo de un móvil en una reunión del tribunal— y también por la judicialización del relevo de un jefe de los Mossos con la destitución de Trapero, en diciembre de 2021.
Después de las informaciones publicadas, casi releyendo a los titulares que se han generado los últimos días, Espadaler ha acusado al departament de Interior de "politizar" la policía y "convertir los Mossos d'Esquadra en moneda de cambio", como si las tensiones de la última semana le funcionaran como tormenta perfecta para su embate contra Elena. La exposición de la pregunta por parte de Espadaler ha ido en la misma línea de la que su partido ya había puesto sobre la mesa desde el día que se apartó al major Trapero calificando aquella destitución como "purga".
El conseller Elena, en el turno de respuesta, ha negado todas las situaciones de inestabilidad y ha querido ser claro defendiendo su gestión y la de su equipo ante Interior y concretamente con los Mossos d'Esquadra. Es más, Elena ha querido girar el debate y ha confirmado que sí hay decisiones políticas en la dirección del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, en aquellos ámbitos donde se tienen que marcar dirección estratégica y donde hay que dedicar más recursos. Donde no debe haberla, asegura, es en las decisiones operativas de la policía, donde los policías deben responder a las órdenes de los jueces y no de los políticos.
No injerencia policial en decisiones políticas
Elena lo ha defendido asegurando "porque es un servicio público que depende de la soberanía de este Parlament" y que "feminizar el cuerpo es una decisión política, luchar contra las violencias machistas es una decisión política y la proximidad es una decisión política". Pero, y enviando también un mensaje velado a los mandos que han mantenido el pulso junto con el comisario jefe, ha asegurado que si bien no permitirá que haya "injerencias políticas en la operativa policial", tampoco permitirá que los policías ingieran en las decisiones que tienen que ser políticas. "Eso sería propio de otra época que ya está superada", ha remachado el conseller de Vilanova i la Geltrú. Aviso a Ègara enviado.
Volviendo a Espadaler, el conseller ha retado al diputado socialista a aportar un solo caso donde alguien del departament d'Interior y de la dirección política de la policía catalana haya ingerido en la operatividad.
Semanas buscando caza mayor
Después de la filtración por parte del entorno del comisario jefe Josep Maria Estela del pulso con Interior para intentar cargarse al comisario Sallent y que el departament cerrara filas con el número dos, incluso habiendo hecho recular al jefe, los mandos que lo habían provocado no se han rendido.
Agrupados en torno a la figura del major Trapero, han vuelto a la carga haciendo pública la denuncia del intendente Toni Rodríguez, donde cuestiona su relevo y el nombramiento de su segundo, Ramón Chacón, como jefe de la Comisaría General de Investigación Criminal (CGIC), asegurando injerencias políticas y del mismo Sallent, a quien han convertido ahora en su pieza de caza mayor. Si cae Sallent, Estela y su núcleo, ahora atizado por los comisarios de Trapero, volvían a tener vía libre para hacer y deshacer.