Personas que se gustan, se enamoran, se desenamoran, parejas que se deshacen. Hay libros que incomodan. Ya sea porque uno no se siente identificado al 100% o bien porque, a veces, las verdades sientan mal porque cuestan de aceptar. Este es el caso de El síndrome de las supermujeres (Profit, 2020), de Antoni Bolinches.
"Los hombres prefieren relaciones cómodas, mientras que las mujeres prefieren que estén vivas", resalta el psicólogo en el libro. "Los hombres hacen una inversión emocional más pequeña y, por lo tanto, no esperan una gran recompensa; en cambio, las mujeres, al hacer una mayor inversión, esperan una recompensa mayor, por lo cual es más fácil que se sientan decepcionadas". Pero cuando entran en juego los conflictos, "los hombres tienden a buscar una solución racional, mientras que las mujeres esperan un enfoque emocional". Sin embargo, el autor subraya que estas diferencias no son "universales" y que tampoco "se manifiestan de manera idéntica en todo el mundo". A pesar de todo, sí que insiste en el hecho de que "son tendencias de género que sólo pueden ser corregidas de manera significativa, mediante la adecuada gestión de la madurez personal".
El autor hace un diagnóstico lo bastante esmerado de la realidad sentimental de una generación de mujeres decepcionadas y de hombres desorientados –sin generalizar– que sufren las consecuencias de los cambios sociales que ellos mismos han protagonizado.
La calidad de las relaciones
Sin ir más lejos, Bolinches resalta que una parte de las mujeres de éxito está pagando en soledad amorosa sus triunfos sociales, culturales y profesionales, mientras que los hombres que han alcanzado una preeminencia parecida optimizan sus posibilidades de encontrar pareja. ¿Por qué se da este resultado antagónico? ¿Por qué las mujeres tienen dificultades donde los hombres encuentran facilidades?
"Por regla general, las mujeres están más insatisfechas que los hombres con respecto a la calidad de sus relaciones amorosas", detalla el libro. "Cuando una pareja heterosexual valora la calidad de su relación, el hombre acostumbra a mostrar más conformismo y la mujer, más insatisfacción". Así, se destaca que, como consecuencia de estas dos cosas, "la expectativa sobre la calidad del vínculo amoroso es superior en las mujeres y, por lo tanto, son ellas las que, más frecuentemente, quedan decepcionadas y solicitan la separación o el divorcio".
Y el experto se pregunta, ¿es que no hay hombres decepcionados con sus parejas? En el ensayo se señala que "evidentemente, sí" pero que son menos y "por razones diferentes". Según unos datos obtenidos en un contexto clínico, Bolinches expone que el 80% de las parejas que acuden a la consulta lo hacen por iniciativa de la mujer. "Ocho de cada diez de estas mujeres declaran estar insatisfechas con la calidad de la relación". El 60% de los hombres implicados en estas terapias piensan que las quejas de sus mujeres son excesivas. "Sólo el 20% de los hombres asumen su responsabilidad en el deterioro de la relación y están dispuestos a hacer autocrítica para mejorar el vínculo". De esta manera, se asegura que menos del 10% de los hombres dejan a su mujer a causa de la falta de calidad en la relación sin que influyan otros factores ajenos a la pareja. Por el contrario, cerca del 50% de las mujeres que acuden a tratamiento por saturación de convivencia rompen el vínculo sin que haya otros factores que influyan en la decisión.
En este breve ensayo, el psicólogo intenta dar respuesta a estos interrogantes y reflexiona sobre un nuevo e injusto fenómeno psicosocial de naturaleza sexista al cual ha denominado "síndrome de las supermujeres".
Los hombres Peter Pan
El famoso complejo de Peter Pan existe. Según detalla el experto en el mismo libro, estos hombres "no están en regresión ni en reacción porque al renunciar a evolucionar o fracasar en el intento, han decidido instalarse en la confortable isla donde está ubicado el País de Nunca Jamás". Sin embargo, ¿quién son estos hombres? Se trata de hombres que "para evitar una realidad que no les gusta, se niegan a crecer psicológicamente y por eso se refugian en un lugar imaginario, que se fabrican a su gusto, donde pueden vivir sin aceptar responsabilidades y en un estado de constante diversión".
Tal como queda patente en este libro, encontrarse con este perfil de hombres, generalmente inmaduros, puede dificultar las relaciones.
¿Las parejas estables existen?
Miedo al compromiso, no estar acostumbrado a expresar los sentimientos... todas estas causas pueden dar lugar a la imposibilidad de tener una relación con una persona. Visto el éxito, las preguntas sobre si las relaciones son posibles o no, Bolinches detalla que las relaciones de pareja estable se sustentan con cuatro patas: caracteres lo bastante compatibles, buen acoplamiento sexual, proyecto de vida convergente y escala y jerarquía de valores similares.
Como todo, los valores no son universales pero tal como subraya al autor, es importante tener unos puntos en común con la pareja con el fin de construir una relación sólida.