El estado de salud del papa Francisco ha vuelto a empeorar después de que este lunes haya sufrido dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda a causa de la acumulación de moco endobronquial en los pulmones, según ha informado el Vaticano en un comunicado. A causa de estas crisis se le han hecho dos broncoscopias para aspirar las secreciones de moco que impedían un buen funcionamiento de los pulmones, y le han vuelto a aplicar ventilación mecánica no invasiva, después de que este domingo se hubiera mantenido solo con la oxigenoterapia de alto flujo. Con todo, la Santa Sede informa de que el pontífice en todo momento se ha mantenido "vigilante, orientado y colaborador" con los cuidados.
Los episodios de insuficiencia respiratoria aguda implican que el nivel de oxígeno en sangre arterial del Papa es menor a 60 milímetros de mercurio (mmHg), valor muy por debajo de la normalidad, que se encuentra entre los 75 y los 100 mmHg. Las crisis del pontífice se han producido porque no le llega suficiente aire a los pulmones debido a la presencia de secreciones de moco, que a su vez han producido un cierre repentino del conducto bronquial, es decir, que los bronquios se contraen e impiden el paso normal del aire.
"Una tarde difícil" en el hospital Gemelli
Los sanitarios que le asisten en el hospital consideran la crisis de esta tarde "terminada", después de las otras dos que ha presentado en las últimas semanas: una respiratoria poco después de su ingreso y otra de broncoespasmo el viernes. Pero esto no quiere decir que la crisis no pueda repetirse, según fuentes de la Santa Sede. "Hace falta tiempo para superar las neumonías y pueden presentarse otras crisis", afirman.
Su estado era "complejo y sigue siendo complejo", resumen, al tiempo que subrayan que esta tarde ha sido "un poco difícil" en la décima planta del hospital Gemelli de Roma, donde está ingresado desde hace 18 días. Hasta la mañana de este lunes, el Vaticano informó de que la neumonía bilateral sufrida por el Papa presentaba una "evolución natural" y que su estado era "estable".
El Papa argentino, de 88 años, fue ingresado en el hospital el pasado 14 de febrero por una bronquitis con infección polimicrobiana a la que se sumó una neumonía bilateral. Una enfermedad que ha encendido las alarmas sobre su estado dada su avanzada edad y al hecho de que le fue extirpado una parte del pulmón durante su juventud. El pronóstico sigue siendo "reservado", es decir, que los médicos no aclaran la posible evolución de su estado clínico.