Este sábado ha dado el pistoletazo de salida al Ramadán de este año, el periodo del año más importante para los musulmanes practicantes. Se trata del momento en que empieza la luna creciente, en el noveno mes del calendario islámico, que es el más sagrado de la cultura islámica. El caso es que este año el inicio del ramadán ha sido este sábado, día dos de abril, pero es una fecha que no se mantiene constante en el tiempo. Fluctúa porque todo depende de las fases de la luna. ¿Y cómo se sabe eso? Quien lo marca es, sencillamente, un comité de análisis de la luna ubicado en la Arabia Saudí. A través de sus análisis calculan cuándo tiene que empezar y cuándo tiene que acabar el ramadán de aquel año. Este año, por ejemplo, el ramadán acabará el 2 de mayo.

El ramadán se practica, aproximadamente, desde el año 624. Se cree que unos años antes el ángel Gabriel se presentó ante Mahoma y le mostró el libro sagrado del Islam, el Corán. La cultura musulmana considera que esta aparición que presenció el profeta se produjo durante este mes tan distintivo, el mes de ramadán. Para celebrar la llegada de este texto sagrado en manos de la humanidad, los musulmanes pasan este mes en ayunas. La máxima aspiración de los más creyentes durante este mes es poder crecer espiritualmente y, a través de la piedad y la austeridad poder conectar de manera más directa y provechosa con Alá. Los seguidores de esta religión rezan de manera constante y recitan el Corán, y rechazan a cualquier tipo de conflicto, así como cometer pecados relacionados con la mentira o el cotilleo.

El caso es que las personas que siguen de manera estricta el ramadán no pueden ingerir nada de nada entre la salida y la puesta de sol. Durante todo el mes. Sí que tienen permiso para saltárselo las personas mayores, enfermas, embarazadas o que estén menstruando; y estas personas tienen el derecho a recuperar estos días de ayuno en otras jornadas del año. No hace falta que los hagan de una tirada. Pueden ser los días que quieran, y no hace falta que sean seguidos. De todos modos, una de las cosas más interesantes del Ramadán es la importancia que acaba teniendo cada comida, y es común que la gente se junte para comer junta.

El gran momento, sin embargo, de esta celebración, es cuando llega a su final. Los musulmanes celebran la fiesta de la ruptura del ayuno. Hacen oraciones comunitarias, la gente se reúne para rezar junta, comen y se intercambian regalos; además de ser un momento para recordar a los familiares que han muerto. Esta fiesta se celebra de maneras diferentes por todo el mundo. Hay lugares en los cuales la fiesta es más austera, y otros donde se hacen celebraciones similares a las del carnaval. En todo caso, todos los musulmanes tienen claro que este es un periodo dedicado a la austeridad, a la reflexión introspectiva, a la piedad y el respeto.