Este es el verano de recuperación. Ya lo tenía que ser el año pasado, pero la quinta ola, la de los "jóvenes" que todavía no se habían podido vacunar, hizo que volvieran restricciones como el toque de queda. Ahora estas ya son historia y son muchos los grupos de amigos o las familias que aprovecharán estas semanas para coger un avión e irse de vacaciones. En principio. El verano de la recuperación se ha acabado convirtiendo en el verano del caos en aeropuertos y este justo ha empezado esta semana. Un caos que se ha reproducido por toda Europa por una falta de trabajadores generalizada en los aeropuertos de todo el continente, pero afectan sobre todo al Reino Unido, en el aeropuerto de Gatwick de Londres, y a los Países Bajos, donde se han tenido que cancelar una gran cantidad de vuelos. En España, de momento, la situación está más controlada, pero también se han formado largas colas en los grandes aeropuertos, como pueden ser el de El Prat en Barcelona o el de Barajas en Madrid, y hay que estar pendiente de su evolución.

Todo esto se debe a una importante falta de trabajadores en los aeropuertos de todo el continente, y también a la baja previsión para encarar una temporada turística como las de antes de la pandemia, si no más intensa, ya que las restricciones de la covid han hecho que en el momento de poder viajar, todos aquellos que se lo pueden permitir quieran aprovechar la ocasión. De hecho, la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) ha anunciado en los últimos días que se espera que el tráfico aéreo llegue o supere a los niveles de antes de la pandemia, aunque el entorno empresarial está preocupado por los efectos de la inflación, un crecimiento del PIB más bajo de lo que se esperaba y una subida de precios de la energía, que también ha provocado un incremento considerable de los precios de los vuelos: comprar un billete para ir esta revetlla de Sant Joan a Menorca, un vuelo de 45 minutos, te puede costar casi 360 euros, sin tener en cuenta el precio de la maleta.

Cancelaciones de vuelos

Esta situación compleja, marcada sobre todo por el hecho de no encontrar trabajadores, ha hecho que algunas compañías hayan tenido que suspender vuelos. La última ha sido EasyJet, la compañía británica de bajo coste que este lunes anunció que tiene previsto recortar todavía más vuelos durante este verano. A principios de mes, ya habían anunciado que operarían un 97% de los vuelos entre los miembros de julio y septiembre con respecto a los niveles pre-covid, pero ahora han reducido todavía más este porcentaje hasta un 90%. Con todo, durante el mes de junio esta compañía ya ha anulado algunos de los vuelos sin dar explicaciones a los clientes: solo ofreciéndolos un cambio o la posibilidad de devolverlo el dinero del pasaje.

El anuncio de EasyJet llega después que el aeropuerto británico de Gatwick, uno de los más utilizados en el mundo y que conecta con Londres, y el Schiphol de Amsterdam anunciaran que han tenido que limitar los servicios y las cifras de pasajeros bajo estas nuevas condiciones. Estas cancelaciones se reproducirán por toda Europa, pero sin especificar cuáles ni cuántos vuelos se verán afectados. En el comunicado confirmaban que las cancelaciones se deben a problemas operacionales, en referencia a la falta de personal de tierra, así como retrasos en los controles de tráfico aéreo.

Falta de policía

En Catalunya y el Estado, la situación está más controlada que en otros lugares, aunque hay mucha afluencia de gente, algo que se irá intensificando durante julio y todavía más en agosto. A principios de junio se produjeron las primeras quejas de los usuarios, que lamentaban las largas esperas que tenían que hacer para pasar los controles, aunque también hay pasajeros que no han notado muchas diferencias, comparándolo con los años antes de la covid. Aunque el ministerio del Interior anunció por Semana Santa que no se producirían retrasos a los controles, ya que se había contratado más personal, el sindicato policial Jupol, constantemente enfrentado con el gobierno de Pedro Sánchez, asegura que hay una "clara falta de efectivos para hacer frente a esta avalancha" de turistas, según declararon al diario El País.

Los momentos más complicados tienen lugar cuando los pasajeros tienen que pasar el control de pasaporte. El 6 de junio, Iberia denunció que en la T4 del aeropuerto Madrid-Barajas, las largas colas provocaron que se tuvieran que retrasar algunos de los vuelos. Según las cifras de la compañía, desde el 1 de marzo unos 15.000 clientes habrían perdido su vuelo.

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Colas al control de pasaportes en el aeropuerto de Madrid-Barajas / Europa Press

En todo se le tiene que añadir las huelgas de los tripulantes de cabina de Ryanair, que ha empezado este 24 de junio y la de los de EasyJet, que tendrá lugar durante 9 días de julio en el aeropuerto de Barcelona, pero también el de Málaga y el de Palma, algunos que reciben a más turistas, ya que Andalucía y las Balears son a menudo los destinos escogidos por aquellos que quieren playa.

Dos horas para pasar un control

El caos que se ha vivido en los últimos días en Amsterdam ha sido "terrible", según asegura la joven Clara Pons, que ha tenido que coger un vuelo para volver de la ciudad neerlandesa, donde ha vivido el último año. Estaba avisada de que la situación sería complicada, y por eso llegó tres horas antes de la salida del vuelo, cuando lo más habitual es pasar el control de seguridad una hora antes de que se eleve el avión. Al llegar se encontró con unas colas larguísimas que hicieron que se tuviera que esperar prácticamente dos horas. El motivo de tantos retrasos es que son muchos los trabajadores que han abandonado sus puestos de trabajo por los bajos sueldos y las malas condiciones.

La situación es igualmente complicada en el Reino Unido, donde se cancela un vuelo tras otro. Además, todo esto está ocurriendo en un momento complicado por el gobierno de Boris Johnson, que sobrevivió a una moción interna de su propio partido, pero que ahora tiene que hacer frente a una huelga de los conductores del transporte público en Londres, que afectará centenares de miles de personas. Por si todo ello no fuera suficiente, con los usuarios de las aerolíneas hartos de los cambios y las cancelaciones, en el aeropuerto de Heathrow, que no ha sufrido tantas afectaciones, un problema técnico hizo que miles de maletas aparecieran amontonadas y sin que sus propietarios las pudieran recuperar hasta días más tarde.