Un empresario acusado de facilitar el desvío de fondos del Palau de la Música a CDC a través de facturas falsas ha alegado hoy que trabajó a precio de coste para las campañas electorales del partido para "echarles una mano" porque la formación ya no estaba en el Govern de la Generalitat.
Juan Antonio Menchen, uno de los cinco socios de las empresas Letter Grafic y Mail Rent, ha dicho que no sabía si las donaciones que hicieron a CDC servían para canalizar las supuestas comisiones de Ferrovial a la formación a través del Palau de la Música, como sospecha la Fiscalía: "No lo creo, si fuera así, lo desconozco completamente".
Pero a preguntas del fiscal Anticorrupción Emilio Sánchez-Ulled, el acusado sí que ha reconocido que los socios de Mail Rent y Letter Grafic, que facturaban unos tres millones al año, se reunieron con un empleado de la compañía, Salvador Oller, quien les propuso que ayudaran económicamente a CDC para "echarles una mano" porque ya no gobernaban en la Generalitat. Oller llegó a las empresas en el 2001 con una cartera propia de clientes, entre los cuales había Convergència y el Palau de la Música. Es uno de los testigos del caso, declarará el 7 de abril, pero no está acusado.
"Nos reunimos los cinco socios y la conclusión que sacamos es que, en las siguientes campañas electorales, el beneficio de las campañas lo devolveríamos al partido", ha indicado Menchen. Aunque no ha sabido dar ningún nombre de contacto de CDC, porque quien despachaba con el partido era Oller.
Fiscal: ¿Acordaron trabajar gratis para CDC por amor a la política?
Menchen: No, todo lo que gastábamos (en los trabajos para CDC) lo cobrábamos, vendíamos la campaña a precio de coste. No perdíamos nada, dejábamos de ganar.
Y ha justificado que estos donativos a CDC, ha dicho: "No nos perjudicaban, era perfecto. Era apostar por un cliente". También ha expuesto que el año 2009, al estallar el escándalo por el saqueo del caso Palau, tuvieron que cerrar las empresas, de manera que en las tres campañas que hubo entre el 2010 y el 2011, cuando esperaban poder recuperar las donaciones a CDC, ya no llegaron a tiempo.
Menchen ha asegurado que la relación con CDC la llevaba Salvador Oller, que tenía un "buen trato" con el partido, aunque ha afirmado que no sabían con qué personas se reunía, más allá de los directores de las campañas electorales.
El acusado se ha desentendido de la gestión económica de las empresas ya que, a pesar de ser administrador, ha indicado que sólo se responsabilizaba del almacén. "Me designaron a suerte", ha alegado.
A preguntas del fiscal, ha asegurado creer que las facturas que giraron al Palau de la Música -al cual cobraron 201.130 euros en el 2007- eran por servicios reales, "por trabajos efectuados", ya que en el 2005 iniciaron con la institución cultural una campaña "a largo plazo", por un periodo de dos o tres años, para captar patrocinadores.
El acusado ha explicado que si no quedó ningún rastro de estos supuestos trabajos en el Palau de la Música -que el fiscal cree ficticios porque entiende que la facturación en la institución cultural enmascaraba los supuestos pagos de Ferrovial a CDC- fue porque se imprimían los documentos, se entregaban a la empresa de reparto y la decisión de guardar los originales dependía entonces del departamento de informática.
Menchen no ha podido responder a la pregunta del fiscal de por qué los conceptos de las facturas en el Palau eran "tan vagos" y se ha limitado a apuntar que no lo sabía, ya que dependía del departamento de administración, que estaba al cargo de otro acusado, Vicente Muñoz, que hoy ha alegado ante el tribunal que no era consciente de nada de lo que hacía porque estaba sumido en un proceso de depresión por el cual todavía se trata.
"Yo era incapaz de tomar decisiones, me superaban", ha indicado Muñoz, que únicamente ha respondido a las preguntas de su abogado y se ha limitado a detallar su estado de salud y a escudarse en el hecho de que "en ningún momento" intervino en la producción de las facturas.