Los Mossos d'Esquadra han intensificado sus actuaciones ante el alarmante aumento de los robos de cobre en Catalunya. En el marco de un operativo especial, los agentes inspeccionaron ayer diez chatarrerías en el Camp de Tarragona, resultando en el hallazgo de más de 100 kilos de cableado de cobre en una empresa de Reus que nadie supo de dónde había salido.
Este operativo, que es el segundo desplegado este año a escala regional, incluyó la participación de la Unidad Regional de Policía Administrativa (URPA), la Unidad Regional de Medio Ambiente (URMA) y varias unidades de seguridad ciudadana. Las inspecciones se llevaron a cabo en chatarrerías situadas en Tarragona, Valls, Torredembarra, Reus, Cambrils y el Vendrell, con el objetivo de combatir la receptación ilícita y asegurar que las empresas del sector del metal cumplan con la normativa vigente. Ayer los Mossos explicaron que un 10% de las empresas del país no colaboran con la policía.
En una chatarrería de Reus, los agentes decomisaron más de 100 kilos de cableado de cobre del cual el propietario no pudo acreditar la procedencia. Este hallazgo evidencia la gravedad del problema y la necesidad de medidas contundentes para frenar el mercado negro de metales. Actualmente, no cumplir esta normativa sobre el registro de compra genera sanciones administrativas de poca repercusión, lo que hace que a los mismos gestores les salga a cuenta. Además, durante las inspecciones se levantaron actas por irregularidades en las comunicaciones policiales en dos chatarrerías, una en Valls y la otra también en Reus, donde se constató que no se cumplía con la obligación de llevar un registro documental de la actividad de compra de este tipo de metal.
Un nivel más de presión
Estas inspecciones se enmarcan en un contexto de creciente preocupación por el aumento de los robos de cobre, que afectan infraestructuras vitales como la red eléctrica y de telecomunicaciones y también la red ferroviaria. De hecho, la misma madrugada de las inspecciones, los Mossos detuvieron a un hombre en Salou por intentar robar cableado telefónico. Los Mossos d'Esquadra continúan así con su estrategia de presión y control sobre las actividades relacionadas con el comercio de metales, destacando la importancia de la colaboración ciudadana y empresarial para combatir esta problemática que afecta gravemente la seguridad y los servicios públicos en Catalunya.
Este miércoles aumentaron a nivel 2 en toda Catalunya el POE Metall, un plan específico y dirigido para reforzar el patrullaje, el control de empresas donde se puede vender el cobre robado y la investigación de los grupos delictivos. Los Mossos también han explicado que pedirán a la Fiscalía órdenes de alejamiento para los ladrones multirreincidentes —las condenas son muy leves, para este tipo de robos, que siempre se consideran hurtos— pero de momento aún no han conseguido ninguna. En el Metro o en la autopista AP-7, este tipo de órdenes de alejamiento son útiles y permiten a la policía detener a los ladrones por incumplimiento de condena, incluso antes de que vuelvan a cometer algún tipo de robo.