Ya está en marcha en todo el país el plan especial de los Mossos d'Esquadra para poner freno a la proliferación de armas blancas con controles simultáneos y coordinados en toda Cataluña. El comisario jefe, Miquel Esquius, y la consejera de Interior, Núria Parlon, se comprometieron la semana pasada en una rueda de prensa a acabar con la sensación de impunidad que se ha instalado en Cataluña con este tipo de armas, cuyos incidentes han aumentado —un 25% son por robos violentos— y los heridos. El jefe del cuerpo y la titular de Interior, acompañados del director general de la Policía, Josep Lluís Trapero, anunciaron un plan de choque que debe pivotar sobre tres pilares: la formación, la detección y neutralización, y también el incremento de la capacidad de sanción.
Controles por toda Cataluña
Este jueves se ha activado el plan específico, justo después de las fiestas de la Mercè, Santa Tecla y Misericòrdia, con controles coordinados en todas las regiones policiales del país —excepto en el Alt Pirineu, donde no hay incidencia de este tipo de armas. La policía catalana, de manera coordinada con las policías locales y también con la Policía Nacional —titular de las competencias en extranjería— ha desplegado controles organizados por las prefecturas de cada región policial en varios puntos del país para intensificar la detección de armas en zonas calientes, unos puntos que, aunque no se ha podido conocer exactamente el número, se han recopilado a partir de la inteligencia obtenida hasta ahora de los incidentes en los que se han detectado armas blancas en los últimos meses.
Plazas o parques con concentración de personas jóvenes, zonas de ocio, entradas y salidas de barrios más conflictivos y otras zonas serán el objetivo de estos controles que han arrancado este jueves y que se intensificarán durante todo el fin de semana, con una coordinación a nivel nacional y con implementación en todo el país. El objetivo es una presión aumentada de unos controles que ya se hacen habitualmente, pero que contarán también con la colaboración de otros cuerpos policiales y la activación de unidades especializadas del cuerpo de los Mossos, como la unidad canina, los drones y equipos de orden público como la Brigada Móvil y el ARRO. Además de los filtros en estos puntos calientes, también están previstos refuerzos dirigidos a este control de armas blancas en celebraciones donde se puedan concentrar grandes grupos de personas, como fiestas mayores o fiestas populares nocturnas, durante este último fin de semana de septiembre.
Mayor contundencia con las sanciones
Este nuevo nivel del Plan Daga, con el objetivo de hacer saber a todo el mundo que en Cataluña, a diferencia de otros lugares, no se puede ir con una navaja, un machete o un cuchillo de cocina en el bolsillo, también implica una ampliación de la redacción de las actas que se hacen cuando se intervienen armas blancas en lugares públicos —sean armas consideradas prohibidas o no, en conciertos, fiestas mayores o parques públicos no se puede llevar una navaja— para conseguir aplicar la ley 4/2015, que regula este tipo de armas, con más dureza y poder imponer sanciones más severas contra aquellas personas, según la peligrosidad de las armas, la zona donde se ha detectado y la reincidencia.
El objetivo de coordinar a los Mossos d'Esquadra con la Dirección General de la Administración de Seguridad (DGAS), el organismo del departamento de Interior que tramita las sanciones, debe permitir castigar con mayor severidad a las personas que porten armas blancas y, al mismo tiempo, ser más ágiles, para evitar la sensación de impunidad. Desde el departamento que lidera Parlon, se ha anunciado que se incrementará el número de personas que se encargan de la gestión de los expedientes sancionadores para mejorar su ejecución.
Sea como sea, el plan ya está en marcha y habrá que ver si da los frutos que se esperan y si este primer fin de semana, con una activación extra de recursos y con saturación de controles policiales por todo el país, es el primer paso para ganar la guerra a las armas blancas antes de que sea demasiado tarde. Los datos de 2024, de enero a finales de agosto, confirman que hay un incremento de incidentes con armas blancas y todo hace pensar que el año se cerrará superando con creces los incidentes registrados durante todo el año 2023. El incremento de la presión policial, con más controles en el marco del Plan Daga, en marcha desde hace más de un año, ha conllevado también un crecimiento exponencial de las armas blancas retiradas de la calle. Según los datos provisionales de 2024, entre enero y agosto, se han confiscado 6.252, una cifra que crece cada día. Durante toda la celebración de las fiestas de la Mare de Déu de la Mercè, en Barcelona, se intervinieron 70 armas blancas en la vía pública y se detuvo también a una setentena de personas.
Mayor conocimiento del fenómeno
Esta primera fase del dispositivo también permitirá mejorar el conocimiento sobre el fenómeno de las armas blancas, analizando los datos obtenidos de los controles de paso y cacheos, para poder mejorar la técnica, ser más efectivos en la lucha contra las navajas y tener un perfil claro de las personas que han generado este incremento de incidentes y si la proliferación de bandas latinas o de grupos organizados dedicados a robos pueden tener que ver o no. El jefe del cuerpo, Miquel Esquius, en la presentación en rueda de