Un equipo de científicos internacionales han encontrado un extraño sistema solar de seis planetas sin cambios desde que se formó, según los resultados publicados este miércoles en la revista Nature. La cosa es que un sistema solar que no haya sufrido grandes cambios desde su formación es una cosa muy poco frecuente, pero es el caso de una estrella a más de cien años luz orbitada por seis planetas. Sus secretos empiezan a ser revelados ahora por la ciencia. Recordemos que este mes se descubrió una galaxia gemela de la Vía Láctea que cambia lo que sabemos sobre el universo.
Se trata de la estrella HD110067, a la constelación septentrional de Coma Berenices. Ya se conocía la existencia de este cuerpo celeste, pero no la existencia de sus exoplanetas. El equipo encabezado por el astrofísico español Rafael Luque (Universidad de Chicago) ha publicado este miércoles sus descubrimientos sobre el sistema, que ofrecen una visión insólita de la formación y la evolución planetaria.
Los planetas con un ritmo preciso
El sistema es "muy peculiar" por varios rasgos, según explica Luque a Efe. Y es que es de los poquísimos conocidos con todos sus planetas en resonancia, es decir, con patrones que se repiten a medida que se mueven en torno a su estrella y haciendo que algunos se alineen cada pocas órbitas. En este caso, los seis planetas guardan esta resonancia con un ritmo preciso y con un patrón único para cada pareja. En definitiva, que es un caso excepcional.
La cuestión es todavía más interesante cuando sabemos que este tipo de resonancia tiene lugar al inicio de la formación de un sistema, aunque durante los primeros millones de años porque se produce algún proceso caótico que altera este preciso equilibrio —como, por ejemplo, un planeta muy masivo, un encuentro con una estrella próxima o un impacto gigantesco—. Así, el 99% de los planetas se redistribuyen en órbitas "un poco aleatorias" y pierden la resonancia. Así lo explica uno de los firmantes del estudio, Enric Pallé (del Instituto de Astrofísica de Canarias), que añade que el sistema ahora descrito es "extraordinario" porque ha conservado la configuración desde su formación. Esto demuestra que no ha sufrido grandes cambios desde su inicio, hace unos mil millones de años.
Reconstruir la historia del sistema
Para más inri, el sistema tiene dos características más que lo hacen interesantísimo: por una parte, el hecho de que los seis planetas transitan por delante de su estrella, cosa que es muy poco habitual; por otra, el gran resplandor de su sol. Todo junto lo convierten en un pequeño laboratorio o banco de pruebas, coinciden los científicos. Es decir, las tres características permitirán reconstruir la historia del sistema y hacer atrás en el tiempo hasta llegar a establecer como era el disco de polvo y gas a partir del cual se formó —cosa que no es posible con planetas que sí que se han movido de su órbita, indica Pallé—.
Con las observaciones de los satélites CHEOPS (Agencia Espacial Europea) y Tess (NASA), los científicos también han determinado la masa, el tamaño y el radio de cada planeta, a la vez que han establecido que están ubicados demasiado cerca de la estrella para estar en la llamada zona de habitabilidad —aunque no se descarta que pueda haber agua—. De la misma manera, se estima que las órbitas oscilan entre unos nueve días para el planeta más interior y unos 54 días para el más exterior. También se sabe que los seis planetas son subneptunos, es decir, que sus radios están comprendidos entre el de la Tierra y el de Neptuno.
Un laboratorio con muchas posibilidades
Se espera que el telescopio espacial James Webb obtenga nuevos datos de sus atmósferas, que son extensas y "probablemente están mayoritariamente compuestas por hidrógeno y puede ser que alguna cosa más, que todavía no sabemos qué es ni en qué cantidad". Así lo señala Luque, que añade que es probable que la atmósfera tenga agua porque "es muy común al universo". Pero si se encontrara metano y dióxido de carbono, "podría indicar que hay agua de forma líquida" en la estructura de los planetas, aunque todavía no se sabe cómo es su superficie.
Finalmente, hay que decir que un sistema planetario de seis subneptuns ofrece muchas posibilidades de investigación porque este tipo de planetas son los más numerosos en la Vía Láctea. Luque destaca que la investigación de minineptunos es uno de los campos más activos dentro de los exoplanetas y disponer de un sistema con seis en torno a la misma estrella "elimina muchos de los obstáculos" para entender este tipo de planetas. Es un "laboratorio" dónde poder observar cómo son las atmósferas de los diferentes planetas y sus posibles diferencias en función de la distancia en la cual se formaron de la estrella, según Pallé. También permitirá que se puedan resolver otras incógnitas sobre la formación, evolución y composición atmosférica e interna de este tipo de planetas. "Lo que nos espera en los siguientes años es un conocimiento mucho más profundo de este tipo de planeta", concluye Luque.