La central nuclear de Ascó notificó este sábado por la tarde al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el paro automático de la unidad 1 por la actuación del sistema de protección del reactor, a causa de una señal de bajo nivel de agua en el generador de vapor C, según informó la l’Associació Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV) en un escueto comunicado, en el que afirma que "todos los sistemas de seguridad han actuado de acuerdo con diseño y la planta se encuentra estable" y que "la incidencia no ha afectado a la seguridad de la central ni las personas ni el medio ambiente". Según informa Europa a Press, el bajo nivel en el generador de vapor se ha debido al "cierre no previsto de la válvula de control de agua de alimentación" (mientras que las válvulas de control de los otros dos generadores funcionaron correctamente) y ahora se estudia por qué falló la válvula. La ANAV ha precisado que la incidencia se clasifica con nivel 0 en la escala internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos (INES). La central nuclear de Ascó obtuvo el pasado 27 de febrero la renovación de la concesión a ANAV del aprovechamiento del agua del Ebro para su uso industrial, por un periodo de 25 años más. El aprovechamiento concedido consiste en la derivación de un caudal máximo de 77.320 litros por segundo del río Ebro, de los cuales se estima un uso no retornable en el río del 2%, ya sea por evaporación en el proceso de refrigeración de la planta o para otros usos ligados con su explotación, mientras que el 98% restante será devuelto al río Ebro, una vez realizada su función de refrigeración, con las condiciones establecidas en la autorización de vertido.
La mitad de las incidencias de las centrales españolas
El paro no resultó peligroso, pero sí que se suma a las incidencias recurrentes que sufren las centrales de Ascó I y Ascó II, que son las que más incidencias comunicaron al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) durante el 2023, con un total de 19 notificaciones (12 en Ascó I y siete en Ascó II), lo que supone casi la mitad de las 40 notificaciones de incidencias que las nucleares españolas notificaron el año pasado. Después de las dos centrales de Ascó, siguieron las ocho incidencias en Cofrents (Valencia); cinco en Vandellòs II (Tarragona), cuatro en Almaraz I y II (Cáceres); mientras que Trillo (Guadalajara) informó de tres incidentes y José Cabrera -en situación de desmantelamiento-, registró a uno.
De hecho, las entidades ecologistas han denunciado en varias ocasiones que las nucleares de Ascó son las que acumulan más incidencias en los últimos años. El pasado 1 de marzo, el Movimiento Ibérico Antinuclear y Ecologistes en Acció lamentaron el "mal funcionamiento" de las nucleares españolas, que en los últimos cinco años han notificado 164 sucesos, desde el acuerdo de cierre, lo que supone una media de un incidente cada once días. Según informaba Tarragonadigital, Ascó II y Ascó I, con 33 y 30 incidencias, respectivamente, fueron las plantas con mayor afectación. Y en un comunicado, aseguraban que en estos cinco años, 37 sucesos tuvieron como resultado impedir la producción eléctrica del reactor durante periodos de horas a días. Ascó I es con "gran diferencia el que ha tenido que parar más veces de manera inesperada". También es la central, junto con Vandellòs II, con "más problemas" del sistema de refrigeración de componentes nucleares, la refrigeración de los sistemas de seguridad del núcleo. "Sin duda, este tipo de problemas son los que parecen más preocupantes", afirmaron las dos entidades ecologistas.
Cinco nucleares en explotación
En España hay cinco centrales nucleares en explotación, de estas, Almaraz y Ascó, tienen dos unidades gemelas, por lo cual el número de reactores es de siete, y una central en condición de cese de explotación, Santa Maria de Garoña. Las dos centrales nucleares de Ascó y Vandellòs entraron en funcionamiento en 1984, 1986 y 1988, respectivamente, y la previsión del CSN es que cierren en 2020 y 2032, superando la previsión de 40 años de funcionamiento con que fueron diseñados los reactores. El colectivo ecologista volvió a reclamar que las nucleares se cierren cuanto antes mejor.
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es el máximo organismo regulador español en materia de seguridad y protección radiológica. Es un ente de derecho público, independiente de la Administración General del Estado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que se rige po su Estatuto y rinde cuentas en el Congreso de los Diputados y en el Senado. La misión del CSN es proteger los trabajadores, la población y el medio ambiente de los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes, consiguiendo que las instalaciones nucleares y radiactivas sean operadas por los titulares de forma segura, y estableciendo las medidas de prevención y corrección delante a emergencias radiológicas, sea cual sea su origen.