La enfermedad de la lengua azul se está extendiendo por todo el territorio catalán y está poniendo en peligro los rebaños. La infección está presente ya en 16 comarcas del país, todas las que configuran la mitad norte de Cataluña, y también ha llegado a Andorra, donde se cree que el 20% de su cabaña ovina y bovina sufre esta enfermedad. En los últimos días, la lengua azul ha llegado por primera vez a los Pirineos. Por primera vez ha afectado al Pallars Sobirà, donde se han detectado infecciones en el Baix Pallars y Esterri de Cardós, y también se han encontrado animales infectados en las explotaciones ganaderas del Solsonès, en concreto en los municipios de Odèn, Navès y la Coma i la Pedra. Ya a principios de julio, el departamento de Acció Climàtica informó de que la enfermedad estaba presente en 19 explotaciones de ocho comarcas, y se inició una campaña de vacunación, pero en menos de dos meses la infección se ha extendido al doble de comarcas. Pero ¿que es la lengua azul?, qué la causa y, sobre todo, ¿es peligrosa para los seres humanos?

 

La enfermedad de la lengua azul es una infección vírica que afecta principalmente a los rumiantes, como las ovejas, pero también puede afectar a otros animales como vacas, cabras, ciervos, dromedarios y antílopes. La enfermedad es causada por el virus de la lengua azul (Bluetongue virus, BTV), que pertenece al género Orbivirus de la familia Reoviridae. El virus se transmite principalmente a través de mosquitos del género Culicoides, que son mosquitos de tamaño pequeño (1,5 a 3 mm) con un aparato lacerador-chupador que cortan los tejidos dérmicos, generando un cúmulo de sangre que es aspirado por el insecto. Y no, no es una enfermedad que sea contagiosa para los humanos, dado que no es una zoonosis, y, por lo tanto, no es un peligro para las personas, que pueden consumir tanto la carne como la leche de animales infectados de manera totalmente segura.

Síntomas y riesgos en los animales

Los síntomas de la lengua azul varían según la especie afectada y el serotipo del virus. En las ovejas, que son altamente susceptibles, la enfermedad puede ser mortal y se manifiesta con síntomas como fiebre alta, salivación excesiva, edema de la lengua y la cara, cianosis, hemorragias, ulceraciones del tejido oronasal, descarga nasal, pérdida de peso, debilidad, diarreas, vómitos, neumonías, abortos e interrupción del crecimiento de la lana. También puede causar cojera a causa de la inflamación de la banda coronaria. Los rebaños de los territorios afectados o que están en riesgo se están sometiendo a vacunación con el fin de controlar la enfermedad y minimizar los efectos sobre el ganado y las explotaciones.

Repercusiones económicas

El problema de esta enfermedad es que se extiende rápidamente y su control es difícil a causa de la gran variedad de serotipos y a su compleja epidemiología. La lengua azul provoca grandes pérdidas económicas, ya que afecta a la producción e impide la exportación de animales vivos y de su semen una vez se declara la enfermedad en una explotación. Aunque no sea un riesgo para los humanos, los ganaderos de las explotaciones se ven muy perjudicados económicamente porque la presencia de la enfermedad les impide la venta y la exportación.

La detección del virus implica la regulación de los movimientos de los animales para evitar la propagación de la enfermedad. Eso puede afectar negativamente a las operaciones comerciales de las explotaciones ganaderas, ya que limita las exportaciones y el comercio de animales vivos y de sus productos.