De cara para afuera, la principal virtud de Juan Ignacio Zoido es que es un hombre más arreglado y obediente que su antecesor en el Ministerio del Interior, Jorge Fernández Díaz. Su nombramiento no salía en las quinielas que se hicieron los días antes de que Rajoy anunciara la composición del último gobierno.
Nacido en Sevilla en 1956, empezó la carrera política en la primera legislatura de Aznar. En 1996 fue nombrado director general de relaciones con la Administración de Justicia y, desde entonces, ha ido encadenando cargos dentro de la estructura del PP cada vez más relevantes.
Zoido llegó al PP de la mano de Javier Arenas, pero los principales hitos de su trayectoria política los debe a la relación que tiene con Dolores de Cospedal. Juez de carrera, hizo amistad con la actual ministra de Defensa a finales de los años 90, cuando era asesora de Arenas en el Ministerio de Trabajo y de Asuntos Sociales.
Entre 2000 y 2004, fue delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha y en Andalucía, donde autorizó manifestaciones de cariz racista contra la inmigración. Mientras Zapatero estaba en la Moncloa, y Rajoy luchaba por sobrevivir las conspiraciones internas, fue secretario general del PP andaluz y jefe de la oposición en el ayuntamiento de Sevilla.
Cuando estalló el enfrentamiento entre Arenas y Cospedal, tomó partido a favor de la actual secretaria general del PP. Cospedal le dio apoyo para que pudiera asaltar la alcaldía de Sevilla y, en las municipales del 2011, barrió al PSOE, que llevaba 12 años gobernando la ciudad.
Un año más tarde, era proclamado presidente del PP andaluz y se consolidaba como uno de los hombres clave de Cospedal. El momento dulce duró poco. Incapaz de poner paz dentro del partido, el 2014 Juan Manuel Moreno Bonilla, candidato de Javier Arenas, le arrancó la presidencia con el apoyo de Rajoy, que durante la travesía por el desierto había salvado la cabeza gracias al padre del centro derecha andaluz.
En el 2015, Zoido perdió la alcaldía ante los socialistas sin haber cumplido la mayor parte de su programa y pasó a la oposición. Aun así, en las elecciones del 2016, Cospedal consiguió que fuera de cabeza de lista por Sevilla, en detrimento de Arenas, que no pudo ser diputado, pero sigue dominando una parte del PP de Andalucía.
Si Fernández Díaz tenía demasiadas ideas propias y alborotó a la policía intentando cambiar las cosas a su manera, Zoido es un hombre funcionarial y poco politizado. Cospedal pidió su incorporación al gobierno para compensar el poder de Sáenz de Santamaria y se limitará a hacer lo que le ordenen.
Hombre fiel y pintoresco como un Sancho Panza, ha tomado nota de las quejas del marido de Cospedal, que ha pedido una rectificación pública de los informes de la UDEF que lo relacionan con la familia Pujol. Cuando Sáenz de Santamaria luchaba para dar grosor a la Operación Diálogo, Zoido extendió rumores sobre una posible aplicación del artículo 155, para reventarla.
Sevillano folclórico, que saluda a las chicas dándoles besos en la mano, controla el ministerio del Estado que paga más nóminas. También controla una parte del CNI, que mayoritariamente está en manos de Sáenz de Santamaria. En una sesión de control en el Senado negó que el PP hubiera jugado sucio "como hacíamos antes", lapsus que generó tuits y carcajadas.
Según explicó Ignacio González en una conversación intervenida por la policía, en los primeros días de ser nombrado, Zoido hizo cambios en la policía para obstaculizar el caso Lezo. Esta semana, su número dos, José Antonio Nieto, fue reprobado por el Congreso por haber advertido al hermano del expresidente madrileño encarcelado de la investigación que había en marcha.
Huérfano de muy joven, perdió a un hijo de 17 años en un accidente de tráfico. Es católico con ostentación, a la manera franquista. Una de las primeras medidas que tomó como alcalde de Sevilla fue cambiar el nombre de la calle Pilar Bardem para dedicarlo a la Virgen de las Mercedes. En un ataque de patriotismo local aseguró que las naves de Colón habían salido de su ciudad, que queda un poco lejos del mar.
Durante meses, el conseller Jané lo ha perseguido para convocar la Junta de Seguridad. Aunque la posibilidad de un atentado en Catalunya se encuentra en un nivel de riesgo cuatro, Zoido ni tan sólo le ha respondido los mensajes. La Junta de Seguridad del País Vasco, en cambio, se reunió hace unos días y validó dos nuevas convocatorias de 300 agentes de la Ertzainza para este 2017.