A partir de este miércoles, 1 de enero de 2025, quien quiera fumar en la vía pública en Milán tendrá que asegurarse primero que no haya ninguna otra persona a 10 metros a la redonda, una vez ha entrado en vigor la prohibición de fumar tabaco en todos los espacios públicos de esta ciudad italiana, capital de la Lombardía, incluidas las calles, a excepción de los "lugares aislados" donde se pueda respetar una distancia de al menos 10 metros con respecto a otras personas. Esta medida es parte de una batería de normas aprobadas en 2020 para mejorar la calidad del aire de la ciudad, y que ha entrado poco a poco en vigor a lo largo del tiempo, y que se enmarcan en el Plan Aire-Clima, un documento que pretende reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) para 2050.
"A partir del 1 de enero de 2025, la prohibición de fumar se extiende a todas las zonas públicas o de uso público, en las mismas incluidas las zonas viales, excepto en lugares aislados donde sea posible respetar la distancia de al menos 10 metros de otras personas", dice la ordenanza, que incluye un régimen sancionador donde la multa por el incumplimiento de la norma puede suponer un pago de entre 40 y 240 euros. Esta legislación ya introdujo restricciones al uso del tabaco en vías públicas: prohibía fumar en zonas verdes públicas (excepto sitios aislados donde sea posible respetar la distancia de al menos 10 metros con otras personas).
De la misma manera, incluía prohibiciones en áreas equipadas destinadas a juegos infantiles, actividades deportivas o recreativas; paradas de espera del transporte público, incluidas las paradas de taxis (hasta una distancia de 10 metros de las paradas y de las infraestructuras de señalización correspondientes); cementerios; zonas para perros; e instalaciones deportivas de cualquier tipo, incluidas las zonas destinadas al público, como graderías.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística italiano (ISTAT), en el 2023 en Italia un 18,7% de los mayores de 11 años se consideraban fumadores, un porcentaje que aumentaba notablemente entre los jóvenes, alcanzando máximos en el grupo de edad de los 25 a los 34 años (26,9%). El ayuntamiento milanés ha justificado la medida apuntando que "en Milán, desde hace muchos años, no se respetan los valores límite de varios contaminantes". Eso se traduce en el hecho de que "los niveles de contaminación atmosférica tienen un impacto significativo en los ciudadanos", incluso reduciendo la esperanza de vida en 2 o 3 años.