El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías acaba de publicar los datos de 2023 en que se señala un aumento del 77,2% de presencia de ketamina en las aguas residuales de Barcelona. Un aumento que venía a apuntalar el título que la capital catalana había obtenido el año anterior como capital europea de esta droga. La ketamina es una droga muy potente y extraordinariamente peligrosa que, en dosis altas e inadecuadas, puede provocar pérdida de conocimiento, coma, convulsiones, derrames cerebrales, asfixia y paro cardiaco. Su consumo también puede conducir a un mal viaje que provoque ataques de pánico y ansiedad. Sin ir más lejos, meses atrás el actor Matthew Perry murió por sobredosis de ketamina.
En el artículo científico "La keta: del fármaco en la droga de abuso. Clínica biopsicosocial del consumidor y algunas propuestas terapéuticas" publicado en la revista Elsevier se explica que la ketamina es una droga consumida por jóvenes y adolescentes y que está muy relacionada con las drogas de síntesis. "Los efectos deseados son básicamente hipnóticos y psicodislépticos".
El mismo artículo sitúa el consumo de esta droga en espacios de música electrónica, discotecas, bares musicales y raves, pero apunta que también se consume en espacios más relajados, sea en casas o locales. Los autores del estudio señalan que, como en el caso de los consumidores de las drogas sintéticas, no hay un perfil determinado de usuario de ketamina, aunque se relaciona con los consumidores habituales de drogas de síntesis y policonsumidores de otras drogas, como cocaína, speed, cannabis, alucinógenos, tabaco y alcohol.
La ketamina se utiliza clínicamente como anestésico general, a menudo en pediatría y geriatría. Al salir de la anestesia, algunos pacientes describían una experiencia psicodélica de gran intensidad.
¿Qué efectos se derivan del consumo de ketamina?
Según el artículo aparecido en Elseiver, la ketamina es apreciada por los consumidores por su capacidad de combinar efectos hipnóticos, analgésicos y amnésicos, sin pérdida de conciencia ni depresión respiratoria. Los consumidores experimentan un estado disociativo, como si estuvieran "fuera del cuerpo", con sensación de estar flotando. Este estado puede ser profundo, generando experiencias alucinatorias y dificultad para moverse, así como alteraciones de la percepción y aparición de flashbacks incluso meses después del consumo.
En estudios con voluntarios sanos, la ketamina induce síntomas similares a los de la esquizofrenia, con alteraciones de la percepción, reducción del rendimiento cognitivo, estados disociativos, dificultad para recordar palabras y disminución de la memoria inmediata.
Prevención
La organización Energy Control recomienda a las personas que decidan tomar ketamina tener en cuenta varios aspectos: ir con mucho cuidado con la cantidad que se toma; consumir en compañía; tomar poca y analizar la sustancia previamente. La entidad también advierte de los problemas legales que se pueden derivar de lo que rodea el consumo de esta droga.