La calificación de España en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2021, que publica hoy Transparency International (TI), ha supuesto la bajada de un punto en relación con el año pasado. Con esta calificación, España ocupa la posición 34/180 del ranking global del IPC, junto con Lituania. Esto supone un descenso de dos puestos con respecto al IPC2020. Por otro lado, España se ubica en el puesto número 14/27 de la Unión Europea, bajando, asimismo, dos posiciones con respecto al año pasado.
De acuerdo con la metodología utilizada en el IPC, una diferencia de un punto en un año, refleja que sigue latente en España un nivel de corrupción que incide en el buen funcionamiento de las instituciones democráticas, y que requiere una llamada a la acción a las autoridades públicas, al sector privado y a la sociedad civil. A nivel comparativo, el informe refleja que España ha empeorado en relación con varios países con los que compartía una puntuación y posición similar en ediciones anteriores.
Así, varios de los países que en 2020 se situaban por debajo de España en el ranking (Portugal, Lituania, Corea del Sur), ahora superan al Estado, y aquellos que tenían puntuaciones superiores pero que sin embargo se encontraban cercanos en el ranking, este año se han alejado (Barbados, Bahamas, Catar). Finalmente, aquellos países que se encontraban muy por debajo de la posición española, han reducido su diferencia significativamente (Israel, Letonia, San Vicente y las Granadinas, Cabo Verde), quedando ahora muy cerca de España.
Lejos de tener buena imagen
En el contexto de la Unión Europea, y también a nivel comparativo, España ha sido adelantada por dos países con los que siempre ha mantenido una relación pareja: Lituania y Portugal. En cualquier caso, Transparency International España considera que una economía como la española, que se sitúa entre las 15 primeras del mundo, no debería estar por debajo de los 70 puntos en el Índice de Percepción si quiere mantener su imagen y competitividad. Por eso, este año TI-España señala una vez más que reducir la corrupción es fundamental para garantizar la integridad política y el buen funcionamiento de las instituciones democráticas.
La pandemia
El combate contra la corrupción ha quedado prácticamente estancado en la última década y casi el 90% de los países no registra avances, según este último informe, que sitúa a Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda a la cabeza de esa estrategia. La ONG alerta además de que si los gobiernos continúan utilizando la pandemia de covid-19 para erosionar los derechos humanos y la democracia, la corrupción podría empeorar a mayor velocidad. "Muchos países han utilizado la pandemia como una excusa para cercenar libertades básicas y esquivar el sistema de pesos y contrapesos", denuncia el informe de la organización, con sede en Berlín.
Derechos humanos contra la corrupción
El informe denuncia que "la complacencia en la lucha contra la corrupción da pie a violaciones de derechos humanos de mayor gravedad y socava la democracia, detonando así una espiral viciosa". La erosión de los derechos y libertades y el debilitamiento de la democracia son el caldo de cultivo para el avance del autoritarismo, lo que contribuye aún más a aumentar la corrupción. De los 23 países que han empeorado significativamente su clasificación en estos últimos diez años, 19 también han perdido puntos en cuestión de libertades civiles. La ONG urge en su informe a los gobiernos a cumplir sus compromisos en la lucha contra la corrupción y el respeto a los derechos humanos, y llama a la población del mundo entero a unirse y exigir el cambio. "Será el poder de los educadores, emprendedores, estudiantes y personas comunes de todos ámbitos el que logrará que los poderosos rindan cuentas", concluye el director general Daniel Eriksson.