"Hi havia a la cort de França, cap allà l'any mil set-cents, el Baró de Bidet conegut pels seus invents...". Esta canción de La Trinca que ya tiene más de 40 años, nos suena antigua, pero por antiguo, el invento del cual habla la canción: el bidé. Este objeto ya no se encuentra en la mayoría de lavabos de nuevas construcciones y seguro que mucha gente joven no ha utilizado nunca ninguno y solo lo sabe reconocer porque hay uno al lado del inodoro de casa los abuelos. El bidé se diseñó originalmente para la higiene íntima y para el lavado de pies, pero hoy en día ha perdido mucho uso y la gran mayoría de gente opta por no instalarlo.
Ahora bien, hay una excepción en el estado español y es el caso de Zamora, donde el bidé todavía sobrevive y no solo eso, donde su instalación es obligatoria. Según estipula el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2011, "toda vivienda unifamiliar tendrá una superficie útil mayor de 20m² con el siguiente programa mínimo (...) lavabo completo, compuesto por lavabo, inodoro, bidé y ducha". Esta norma es de cumplimiento obligatorio en Zamora si se quiere obtener la licencia de primera ocupación.
El origen del bidé
Según explica la revista National geographic, René Louis de Voyer de Paulmy, marqués de Argenson y ministro del monarca francés Luis XV, relata en sus memorias una curiosa escena: un día, al ser recibido en audiencia por Madame de Prie, se la encontró sentada en un curioso mueble donde se lavaba las partes íntimas, por lo visto al mismo tiempo que hablaba con él. Este es la primera vez que se encuentra constancia escrita del bidé, un instrumento cuyo uso se considera más antiguo y sobre los orígenes del cual no hay consenso.
El nombre de este instrumento viene del francés antiguo bidet, que era un tipo de caballo pequeño, parecido a un poni, que utilizaban las mujeres y los niños de la nobleza para pasear. El nombre hace referencia a la posición que hay que adoptar para sentarse en el bidé. El bidé se popularizó en la edad media, una época en que tener bañera era un privilegio incluso entre los nobles, la mayoría de la población se tenía que conformar con los ríos para bañarse, por lo tanto, el bidé servía para la limpieza íntima del día a día para todos aquellos que no se podían bañar.
Como curiosidad, la revista asegura que el bidé se llegó a considerar un método anticonceptivo, si bien de eficacia dudosa. National geographic explica que las prostitutas utilizaban recipientes parecidos para limpiarse después de tener relaciones, esperando evitar embarazos y enfermedades venéreas.