La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha anunciado que los 22 municipios del Alto Empordà que dependen del acuífero Fluvià-Muga vuelven a estar en emergencia por sequía. La decisión se toma por el descenso continuado del acuífero a partir del verano, y obliga a estas localidades a aplicar restricciones, que entrarán en vigor el miércoles, y afectarán a unas 24.000 personas.

Las medidas suponen una dotación media de 200 litros por habitante y día, y que incluye los consumos domiciliarios, los usos económicos y los municipales, prohibir el riego de zonas verdes con agua potable, permitir solo el riego de zonas deportivas para la práctica de deporte federado, reducir el riego agrícola en un 80%, entre otros. En paralelo, también hay cambios en la situación de sequía en Vallirana, que pasará del estado de emergencia al de alerta, y se sitúa así en el mismo escenario que la unidad de la cual depende la Anoia-Gaià.

Los municipios afectados son Agullana, Capmany, Garriguella, la Jonquera, l'Armentera, Masarac, Mollet de Peralada, Palau-saverdera, Pau, Pedret i Marzà, Peralada, Sant Climent Sescebes, Sant Miquel de Fluvià, Sant Mori, Sant Pere Pescador, Torroella de Fluvià, Ventalló, Vilabertran, Viladamat, Vilajuïga, Vilamacolum y Espolla. Estos municipios ya estuvieron en emergencia hasta finales de mayo, cuando pasaron a un estado de excepcionalidad por la mejora de las reservas.

Las restricciones y la incertidumbre preocupan a los campesinos de la comarca, tanto los que dependen del pantano como también los del acuífero, no sepan qué semilla tienen que plantar. Si no pueden volver a conrear maíz por la declaración de emergencia del acuífero Fluvià-Muga, reclaman que se mantengan las ayudas que ha habido en el 2024. El coordinador d'Unió de Pagesos, Xavier Frigola, exige al Govern "concreción" para poder planificar con tiempo. En este sentido, Frigola recuerda que en un mes tienen que empezar a fertilizar los campos y, por lo tanto, decidir qué cereal plantan.

El sector señala que para ellos supone "un sacrificio", ya que en verano es el cereal más habitual. De hecho, el año pasado muchos campesinos tuvieron que plantar girasol, sorgo o cereal de invierno en vez de maíz, por la situación de sequía y las restricciones impuestas. Al principio de la primavera se prevé que entren en servicio cinco nuevos pozos del entorno de Peralada, que podrían levantar las restricciones, pero la decisión de plantar maíz u otro cereal se tiene que tomar antes.

Nuevas restricciones por la sequía si no llueve en los próximos dos meses

Las reservas de los embalses de las cuencas internas continúan a la baja después de que las lluvias hayan sido escasas los últimos dos meses y este jueves se sitúan en el 32,57%. El dato es mejor que el del mismo momento del año pasado, en el que las reservas eran del 16,19%, pero supone un 46,5% menos que la media de los últimos cinco años. Hay que recordar que en el momento que las reservas llegan al 25% se decreta la fase de excepcionalidad por sequía, que incluye nuevas restricciones.

Ante este escenario, la consellera de TTerritori, Habitatge i Transició Ecològica de la Generalitat, Sílvia Paneque, reconoció que si en los dos meses siguientes no llueve lo suficiente, es posible que haya que aplicar nuevas restricciones. "Si tuviéramos una primavera de normalidad pluviométrica, sumada a las inversiones que estamos haciendo, podríamos superar este 2025. Si no hubiera esta normalidad en la pluviometría, es posible que en dos meses, pudiéramos entrar en algún escenario de restricciones", aseguró Paneque justo hace una semana.