Los cuidados informales de los familiares mayores supone un gran gasto anímico y económico a las familias. En concreto las mujeres de entre 45 y 64 años, bautizadas como generación sándwich, es decir, aquellas que se encargan del cuidado de los hijos y de los padres mientras trabajan fuera de casa, representan un 33% de todos los cuidados informales de personas mayores que no asume la administración pública en Catalunya, una carga "invisibilizada" y que comporta efectos sobre la salud como la depresión. Estos cuidados a personas dependientes de más de 65 años equivalen al 4,1% del PIB catalán, hasta 10.105 millones de euros, y el 10,9% de la ocupación en Catalunya, según revelan los datos del informe 'Valoración económica de los cuidados a las personas mayores dependientes e impacto en la generación sándwich', elaborado por el Observatorio Mujer, Empresa y Economía (ODEE) de la Cambra de Comerç de Barcelona.

Coste económico de los cuidados informales

Desde la perspectiva económica el informe apunta que el total de horas destinadas a cuidados informales asciende a 411,8 millones, el equivalente al 6,8% del tiempo trabajado en Catalunya: remunerarlas aplicando el salario del convenio del sector supondría un gasto de 5.811 millones de euros, es decir, el 2,2% del PIB catalán. En puestos de trabajo totales, supondrían 389.943. Para hacer el cálculo, la Cambra de Comerç y Ahora Mismo cogen de referencia el Servicio de Atención Domiciliaria del 2022, de 14,11 euros hora. El gasto medio público del Estado y la Generalitat por prestación es de al menos 6.433 euros, hasta los 1.461 millones de euros en 2022, y el estudio pronostica, a partir de tres escenarios, un incremento notable de cara al 2050. En un escenario en que se mantenga el gasto por habitante y que el número de solicitudes se sitúe en 577.884, el gasto total se subirá hasta los 3.717,4 millones de euros; si la cantidad destinada por persona se eleva un 20% el gasto total subirá hasta los 4.460,8 millones de euros, lo que representará 3,1 veces más, y si aumenta un 40% el gasto total se multiplicará por 4,3, hasta los 6.245,2, según recoge el estudio presentado este miércoles por la directora del ODEE, Carme Poveda; y la directora de transformación digital de Ahora Mismo, Àngels Cobo, entre otros.

El papel de las mujeres en los cuidados

El informe identifica a 150.780 personas que se hacen cargo de personas mayores, del total un 63% son mujeres, mientras que en el 2008 eran un 72%. Del total, el 55% de las personas son hijos —38% hijas y 17% hijos— mientras que el 35% son las parejas y el resto de familiares, según los datos de la Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia del Instituto de Estadística. El informe concreta asimismo que las mujeres de esta generación dedican 6 horas más a la semana que los hombres al cuidado: hacen 49,3 horas delante de las 43,8 horas de los hombres.

El objetivo del informe es "visibilizar, dimensionar y valorizar económicamente la realidad de los cuidados informales de personas mayores dependientes en Catalunya, que afectan especialmente a las mujeres de la generación sándwich con importantes repercusiones sobre su salud y situación económica". El estudio también certifica que las mujeres sufres un mayor impacto negativo sobre su salud. La depresión encabeza las consecuencias y también sufren caída de sus ingresos económicos, ya que en muchos casos se ven obligadas a dejar el trabajo o reducir la jornada laboral para afrontar estos cuidados no remunerados. En concreto, el 41% siente que su salud se ha deteriorado, enfrente de un 27% de los hombres. El 42% afirma sentirse deprimida delante de solo el 22% de los hombres, un 64% expresa sentirse más cansada (41% los hombres) y un 19% requiere un tratamiento (6% de los hombres).

Retos de la sociedad

Durante su intervención, la directora de transformación digital de Ahora Mismo, Àngels Cobo, ha lamentado que los cuidados no están en un "primer plano de la sociedad" y ha añadido que es "prioritario y urgente" hacer cambios radicales en el ámbito laboral, social y económico. En este sentido, ha planteado una serie de retos que se tendrían que alcanzar para conseguir que "los cuidados no sean un problema relegado al ámbito privado". Estos retos van desde "modificar el modelo de servicios" para hacer los cuidados teniendo en cuenta "la heterogeneidad de las personas mayores" hasta beneficios por los cuidadores como por ejemplo garantizar la independencia económica de las mujeres y dotar a los cuidadores de los recursos necesarios.