En torno a 500 figurantes de diferentes pesebres de la Federació de Pessebres de Catalunya han recreado este domingo una estrella gigante de Navidad. El acto celebrado en Castell d'Aro, municipio ubicado en el Baix Empordà, ha sido el colofón de la presentación de la temporada de Pessebres Vivents y ha reunido cerca de un millar de participantes con actividades infantiles, gincanas y actuaciones musicales. Todo con la participación de representantes del Ayuntamiento de Castell d'Aro y s'Agaró y la Diputació de Girona.
Según ha informado la misma federación en un comunicado, se harán representaciones en 46 localidades catalanas con más de 300 pesebres y cerca de 10.000 personas participantes. La temporada de este año empezará el 6 de diciembre y se alargará hasta el 12 de enero del 2025. En total, la Federació de Pessebres Vivents de Catalunya ha puesto en venta este año 125.000 entradas, la mitad de las cuales se pueden comprar de manera anticipada por internet, mientras que el resto se podrán adquirir presencialmente en las taquillas de cada pesebre.
La tradición de los Pessebres Vivents tiene una larga trayectoria en Catalunya, con algunas representaciones que llevan más de 50 ediciones. Asimismo, la demarcación de Girona disfruta de un peso importante en esta temporada, con pesebres en localidades como Bàscara, Breda, Brunyola, Calonge, la misma Castell d’Aro, Celrà, Fontcoberta, Joanetes, Maçanet de la Selva, Navata, Pals, Peralada, Sant Martí de Llémena, Sant Martí Vell, Santa Pau, Vila-Sacra y Vilavenut.
De entre todos los pesebres, hay algunos que se han vuelto emblemáticos. Es el caso del núcleo histórico de Pals, el Monestir de Sant Salvador de Breda y el centro histórico de Castell d'Aro. Estos hacen valer la riqueza paisajística y cultural de las diferentes representaciones por toda Catalunya. Este año, también se reincorpora el Pessebre Vivent de Santa Maria de Palautordera y se consolidan nuevas iniciativas como la de Món Sant Benet.
Una tradición con 50 años de historia
Así pues, en algunos municipios, el montaje de Pessebres Vivents se remonta a más de 50 años atrás. Estas representaciones navideñas se han convertido en una tradición muy arraigada al territorio que no solo promueve el patrimonio cultural y artístico, sino que también fomenta la participación de los vecinos y vecinas de cada demarcación, con miles de figurantes voluntarios. La federación, presidida por Asunción Garangou del Pessebre Vivent de Bàscara, tiene como objetivo fomentar la colaboración y el reconocimiento de estas iniciativas que atraen miles de visitantes cada año.