El Consell d'Estudiants de Medicina de Catalunya se opone a la creación de las nuevas facultades de medicina en la Universitat Pública Politècnica de Catalunya (UPC) y en las privadas a Blanquerna-Universitat Ramon Llull i Abat Oliba-CEU, al considerar que no solucionan el actual problema de falta de médicos. En un manifiesto presentado este miércoles en la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona, el mencionado consejo de estudiantes ha precisado que se oponen "públicamente" a la apertura de las tres nuevas facultades si no se apuesta también por "una reducción de las plazas del resto de universidades catalanas y la reducción de la ratio estudiante-profesor".
"La apertura de nuevas facultades no tiene que ser nunca la primera herramienta de actuación para intentar aumentar el número de médicos, ya que dependen en última instancia de las plazas MIR", se apunta en el manifiesto, al cual se han adherido cinco facultades de medicina ya existentes, Metges de Catalunya y Marea Blanca. La apertura de nuevas facultades "implica el uso de unos recursos materiales y económicos que no ponen solución al problema que intentan resolver. Estos tendrían que ser destinados a potenciar las ya existentes facultades de medicina públicas, que siempre tendrían que ser priorizadas antes de una iniciativa privada y ser mejorados la calidad".
"Aunque en el ámbito matemático, y fijándonos solo en las cifras podría tener sentido ampliar la oferta, la realidad es bien diferente", ha apuntado Jesús Marí, presidente del Consell d’Estudiants de Catalunya (Cemcat). El presidente de Cemcat ha valorado que crear nuevas facultades o incrementar las plazas de estudiantes un 15% son medidas "poco efectivas a corto plazo". Ha recordado que la formación de un médico supone seis años de Grado y después el MIR, que suele alargarse cuatro o cinco años más dependiendo de la modalidad. "Eso quiere decir que estos nuevos profesionales no podrían introducirse al sistema hasta de aquí diez u once años", ha comentado.
Desde su punto de vista, solo agravaría la "saturación" que sufre el sistema universitario catalán. A su vez, ha lamentado que las decisiones se hayan tomado con la voluntad de obedecer "intereses privados" y no pensando en la mejora del sistema: "Sabemos que ofrecer un grado de medicina otorga un plus de calidad en la universidad y estamos seguros de que detrás de estas medidas hay un interés mayor que el de buscar nuevos profesionales," ha apuntado.
Mejorar la inversión en las facultades existentes
Piden, además, que su voz como estudiantes "sea escuchada" por las instancias administrativas que toman estas decisiones. Los estudiantes han reclamado que el dinero público se invierta en mejorar los recursos y los espacios existentes, aumentar el cuerpo docente acreditado, disminuir la ratio de estudiantes por tutor y al mejorar las condiciones laborales de los profesionales. "Aumento de los sueldos, reducción de las horas de guardias, creación de espacios de trabajo saludables y fomento de la participación de los profesionales en la toma de decisiones" son otras de las peticiones de los futuros médicos en formación.
Esta no es la primera vez que los alumnos del grado de Medicina han reivindicado que no se abran más facultades e incluso han exigido 'numerus clausus' (plazas máximas establecidas) a las ya existentes. A juicio de los miembros del Consejo, "se está perdiendo una inversión de dinero público que, en lugar de presupuestarse en nuevas facultades en situaciones precarias, podría utilizarse a reforzar el nuestro ya existente sistema universitario, actualmente en decadencia, a pesar de los esfuerzos de los equipos que lo dirigen". "Se estima que formar a un estudiante de Medicina tiene un coste de unos 60.000 euros por cada uno. Si este capital se destinara a las facultades ya existentes produciría una repercusión mucho más positiva en nuestra formación", se asegura al manifiesto.
Solución "populista"
Por su parte, el secretario general de Metges de Catalunya, Xavier Lleonart, ha tildado la creación de nuevos centros y el incremento de plazas de soluciones "populistas". Considera que para resolver el actual déficit de profesionales médicos no se tiene que recurrir en medidas que serán efectivas además de 10 años vista y ha apostado por mejorar las condiciones laborales y retributivas para que los 1.000 médicos que cada año se gradúan en Catalunya se queden en el territorio. A su vez, ha explicado que la falta de médicos actual está vinculada al gran volumen de jubilaciones de profesionales nacidos en la época del denominado 'Baby Boom'. Ha dicho que la tendencia es que en los próximos años esta necesidad vaya a la baja, de forma que en el futuro podría, incluso, haber un exceso de profesionales.