Investigadores del IrsiCaixa y del Centro de Regulación Genómica (CRG) han relacionado por primera vez el síndrome de Down con unos fragmentos móviles de ADN presentes en el genoma humano, denominados retrotransposones. En concreto, estos tienen la capacidad de moverse y alterar la expresión de los genes. Ahora, este estudio demuestra por primera vez que estos retrotransposones se expresan de manera anómala en el síndrome de Down: el equipo ha identificado que algunos genes relacionados con el deterioro neurológico están sobreexpuestos, contribuyendo a desarrollar la patología. El estudio, hecho en Catalunya, ha identificado también que la lamivudina, un fármaco antirretroviral contra el VIH, normaliza la expresión de algunos de estos genes y podría contribuir a frenar la actividad de este retrotransposones que propician el síndrome de Down.

Estos hallazgos, publicados en 'Frontiers in Aging Neuroscience', concuerdan con estudios previos donde se observó una mejora en la memoria de reconocimiento, la actividad motora y la ansiedad después del tratamiento con lamivudina, todo en modelos preclínicos. La manera de actuar de los retrotransposones es similar a la de los virus, pero sin tener capacidad infectiva. Estos fragmentos de ADN, igual que los virus, se pueden copiar e insertar en nuevas regiones del genoma, alterando la expresión de los genes. La lamivudina es uno antirretroviral que, además de evitar la replicación del VIH, inhibe este proceso de 'copia y engancha', es decir, el movimiento de los retrotransposones.

El equipo investigador ha analizado la expresión génica en tejidos cerebrales de modelos preclínicos de síndrome de Down, en ratones, y ha encontrado que muchos de estos fragmentos de ADN móviles están sobre expresados. Se ha identificado una desregulación de numerosos nada cruciales para la función neuronal, especialmente en los cromosomas 16 y 17 del ratón, equivalente al cromosoma 21 humano, alterado en el síndrome de Down. Los ratones que recibieron lamivudina recuperaron la correcta expresión de algunos de los genes alterados.

También podría ser útil para el Alzhéimer y el envejecimiento

Los investigadores apuntan que este antirretroviral no solo tiene potencial en el tratamiento de este síndrome, sino que también podría frenar la progresión del Alzhéimer y prevenir el envejecimiento. Eso es así porque los resultados indican una sobreexposición de genes como App, Ets2 y Olig2, relacionados con el desarrollo del Alzhéimer, la muerte celular y defectos en el desarrollo neuronal, respectivamente.

Los resultados muestran, según los investigadores, el "prometedor futuro de la lamivudina en el tratamiento de enfermedades neurológicas y el envejecimiento". El equipo multicéntrico constituido por la Fundación Pasqual Maragall, el Centro de Regulación Genómica, la Unidad de Alzhéimer del Servicio de Neurología de Can Ruti e IrsiCaixa seguirán esta línea de trabajo y llevarán a cabo un estudio en humanos que sufren estadios muy iniciales de Alzheimer. En adelante, apuestan por evaluar marcadores presentes en el plasma y en las células para predecir y analizar la respuesta al tratamiento.