Un estudio ha encontrado microplásticos en todos los testículos humanos analizados, cosa que podría estar relacionada con la disminución del número de espermatozoides. Concretamente, el estudio publicado este lunes en la revista Toxicologic Sciences explica que se analizaron 23 testículos humanos y 47 de perros. Todos estaban contaminados.
Los testículos humanos se habían conservado de tal manera que no se pudieron medir los espermatozoides, pero sí que se pudo hacer con los de los perros. El recuento era inferior en las muestras con una contaminación de PVC, de manera que el estudio demuestra una primera correlación. Sin embargo, reconoce que hacen falta más investigaciones para demostrar que los microplásticos hacen que la cifra de espermatozoos baje. La cosa es que ya hace décadas que el recuento de espermatozoos disminuye, en parte por la contaminación química de pesticidas —y parece que también por los microplásticos.
Microplásticos en nuestros organismos, un problema
La presencia de microplásticos se extiende a todos los ámbitos de la vida, desde la cima del Everest hasta los océanos más profundos. Y, obviamente, en nuestro organismo. Recientemente, una investigación advirtió de efectos potencialmente mortales después de detectar un elevado riesgo de ictus, ataque cardiaco y muerto anterior en personas con los vasos sanguíneos contaminados de microplásticos. Ahora, el estudio ha detectado que hay microplásticos en los sistemas reproductores. El profesor Xiaozhong Yu, de la Universidad de Nuevo México (EE.UU.), ha dicho a The Guardian que "al principio dudaba de que los microplásticos pudieran penetrar en el sistema reproductor". "Cuándo recibí por primera vez los resultados para perros me sorprendió. Me sorprendió todavía más cuando recibí los resultados para los humanos", ha añadido.
Los testículos humanos analizados se obtuvieron a partir de autopsias de 2016, de hombres de entre 16 y 88 años. "El impacto sobre la generación más joven podría ser más preocupante", ha señalado Yu, dado que ahora hay más plástico que nunca en el medio ambiente. Se disolvieron muestras de tejido y después se analizó el plástico restante, de manera que se vio como los testículos humanos tenían una concentración de plástico casi tres veces superior a la de los perros: 330 microgramos por gramo, en comparación con 123 microgramos. Los plásticos más comunes fueron el polietileno (utilizado en botellas y bolsas) y el PVC. "El PVC puede liberar muchas sustancias químicas que interfieren con la espermatogénesis y contiene sustancias químicas que causan alteraciones endocrinas", ha advertido el profesor.