Alemania ha recibido con estupefacción una noticia del diario Die Zeit que ha investigado las escuelas de toreo infantiles en España, donde se enseña a matar toros. Con el sonoro título de "La muerte, un juego de niños", el diario explica cómo son estas instalaciones y qué se hace en ellas, y da a entender que es una práctica carpetovetónica. "Las corridas de toros sonn más controvertidas que nunca en España. Pero los niños se forman para ser toreros en escuelas especializadas", indica.

Die Zeit explica el caso de dos chicos que van a una de estas escuelas. "El año pasado, nos explica Juan Nicolás Sanz, de 12 años, a quién todos llaman Nico, ayudó a matar un novillo. Lo describe como una gran suerte: como apuñaló al animal en el cuello con el estoque. "Algunos de mis compañeros me decían asesino", indica. Nico se sienta en una silla en un pasillo. En una pared donde se alinean maniquíes de toros, y en otra cuelgan carteles amarillentos. Uno dice: "El tabaco, el alcohol, las drogas, el sexo y el juego son peores enemigos que el toro". Al lado de Nico se sienta Óscar el rubio, que escucha con envidia las descripciones de su amigo. Aunque al final al animal lo sacrificó un matador experimentado, Nico contribuyó a ello. Óscar ya tiene 13 años y todavía no ha matado a ningún animal. Pero espera que el turno le llegue pronto", describe. Este es el panorama.

Die Zeit titula, escandalizado: "La muerte, un juego de niños"

Se calcula que en España existen 63 escuelas taurinas, donde se educa y se enseña en estas prácticas como si fuera una profesión. Se crean así nuevos toreros, banderilleros, subalternos, picaderos, empresarios, apoderados, y también presidentes de festejos. Andalucía es la región española con más escuelas taurinas, con un total de 31 escuelas en el 2021, seguida de Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid, con 11 y 7 escuelas respectivamente, que representan la segunda y tercera posición del ranking. El número de toreros inscritos se mantuvo en el 2021 en torno a los 460 por segunda vez consecutiva. Por su parte, la cifra de mujeres inscritas como matadoras de toros se mantuvo en cuatro. Existen estudios que calculan que las subvenciones públicas a la tauromaquia son de alrededor de 500 millones de euros al año en total, sumando las que proceden de España y de Europa.

Las corridas de toros están prohibidas en Catalunya desde el año 2010, cuando el Parlament de Catalunya aprobó una iniciativa legislativa popular (ILP), y entró en vigor el 1 de enero del 2012. El Tribunal Constitucional español anuló la abolición en el 2016 con una sentencia donde afirmaba que contradecía la competencia estatal para la protección del patrimonio cultural, y entendió las corridas de toros como parte del patrimonio cultural común. Pero en Catalunya no había ya ninguna plaza de toros en uso, y, por lo tanto, no se han celebrado más corridas. En Catalunya, en cambio, sí están permitidos los correbous, que son una polémica práctica que, no obstante, no finaliza con la muerte del animal. Son populares en las comarcas de l'Ebre.