La escalada de violencia generada a raíz del inicio de la guerra entre Hamás e Israel en la Franja de Gaza ha removido el escenario de la seguridad en todo el mundo. Desde el mismo 7 de octubre, el Sabbath negro, cuando un ataque terrorista a gran escala mató centenares de personas en Israel, que todas las agencias de seguridad tuvieron que replantear sus posicionamientos. Sin ir más lejos, en Catalunya, desde aquel mismo sábado, los Mossos d'Esquadra incrementaron las medidas de seguridad en intereses judíos y del Estado de Israel a nuestra casa, con vigilancias estáticas en sinagogas, en escuelas en el consulado de Israel en Barcelona.
Pocos días después, el Ministerio del Interior ordenaba también reforzar este nivel 4 sobre 5 de alerta, con un incremento de vigilancia de puntos de interés de los actores implicados en esta guerra y también de puntos turísticos. En Catalunya, por ejemplo, se reforzó la vigilancia a la estación de Sants, en el aeropuerto del Prat, el Estadio Olímpico Lluís Companys y también los puntos turísticos más importantes.
Más prevención para evitar la reacción
Los Mossos d'Esquadra, de manera coordinada entre la Prefectura, la Comisaría General de Información y la Comisaría General de Intervención también diseñaron un dispositivo de seguridad ampliado donde se pidió a los agentes no solo estar en estos puntos a reacción, sino también ser proactivos, que se hicieran más registros y controles aleatorios para detectar presencia de armas blancas y otros tipos de amenazas. Eso, tal como ha podido saber ElNacional.cat, se ha reforzado también con un incremento del ciberpatrullaje de las unidades especializadas de Información, que han detectado mucha más propaganda, alguna distribuida desde aquí, pero elaborada fuera de nuestras fronteras, y también se ha pedido incrementar las medidas de seguridad en los entornos de las comisarías de los Mossos.
La policía, para el terrorismo islamista, es objetivo. El dispositivo Rectangle estipula medidas de vigilancia y contra vigilancia que hacen agentes de paisano, agentes de Investigación y de Información de las sedes de la policía catalana. Hay que recordar que uno de los atentados terroristas registrados en Catalunya, el año 2018, en Cornellà, fue con una comisaría de los Mossos como objetivo.
Otra Navidad pendiente del terrorismo
Ahora, con las fiestas de Navidad en la esquina de la calle, habrá que volver a ponerse en alerta. La batalla de Israel contra el terrorismo de Hamás sigue después de dos meses de guerra y desde Europa, de la mano de la comisionada de Interior, Ylva Johansson, se alerta de que la amenaza, en todos los países, es alta. "Hay un enorme riesgo de atentados terroristas en la Unión Europea", aseguró, esta semana, antes de una reunión con los ministros de Interior, en Bruselas. Este mensaje, que no es habitual, fue enviado después de que Armand Rajabpour-Miyandoab, un joven de nacionalidad francesa, pero musulmán, que había jurado lealtad a Estado Islámico hubiera asesinado a un turista justo en medio de París.
Fuentes de la inteligencia antiterrorista de los Mossos no quitan valor a las informaciones de Ylva Johansson, pero avisan de que el riesgo es sostenido en el tiempo, como también lo fue el año pasado, y si bien se ha detectado un incremento de personas que hacen proclamas en redes sociales -en Terrassa se detuvo un tiktoker yihadista marroquí, que tenía 400.000 seguidores, o hace menos de dos semanas se detuvieron dos hombres marroquíes en Olot, para hacer captación yihadista, o una pareja radicalizada, los dos de nacionalidad española, en Cubelles, o un grupo yihadista de origen pakistaní en Barcelona- y el riesgo existe, no hay una amenaza concreta contra la capital de Catalunya, o el resto del país, por estas fiestas de Navidad.
Ahora bien, como ya hemos analizado en ElNacional.cat, uno de los peligros más importantes que hay actualmente, en esta guerra global declarada por el islamismo radical contra Occidente, son, los actores solitarios, radicalizados o inestables, que pueden, con muy poca logística y sin ninguna conexión exterior, cometer ataques que pueden ser letales. El riesgo es, como en toda Europa, ni más ni menos, aseguran los analistas de Información de los Mossos, pero no hay una amenaza concreta contra Barcelona, como cap i casal del país.
Eso, sin embargo, no hace descansar ni relajar a la inteligencia policial que, como las últimas detenciones, demuestra que hay que estar atento en todos los frentes, el digital, dónde actualmente es donde es más frecuente la radicalización -antes lo eran las mezquitas, que ahora están mucho más vigiladas y monitoreadas- y también, en la vertiente de reacción, los puntos turísticos u objetivo terrorista, como última ratio, de reacción. Las últimas campañas de Navidad ya se han incrementado las vigilancias, también en Catalunya, y en otros puntos de Europa mercadillos de Navidad han sido objetivos de ataques.
Alerta con los inmigrantes irregulares
La comisaria Johansson, de nacionalidad sueca, dijo que hacía falta que los países europeos redoblaran sus esfuerzos por garantizar que los inmigrantes irregulares que suponen un "riesgo para la seguridad" sean devueltos rápidamente a los países de tráfico u origen, un posicionamiento incómodo, pero que enmarca en el último caso dónde un hombre, que decía estar bajo las órdenes de Estado Islámico, mató a dos ciudadanos suecos, con un arma de guerra, en medio de Bruselas, antes de un partido entre las dos selecciones, y como venganza por la quema de un libro sagrado que, bajo la libertad de expresión, se autorizó en Suecia.
El terrorista, de nacionalidad tunecina, había solicitado sin éxito asilo en Bélgica, pero las autoridades belgas no habían podido todavía hacer efectiva la orden de expulsión. En Algeciras, en Andalucía, pasó el mismo. El hombre que mató a un religioso en enero de este año en un ataque considerado terrorista, Yasin Kanza, tenía orden de expulsión y estaba bajo el radar de la policía, pero nunca se hizo efectiva y, finalmente, atacó a varias personas y mató a una, un sacristán de una de las iglesias católicas del municipio.