Los efectos de la crisis climática y el calentamiento global ya son ineludibles para la gran mayoría de la humanidad. En Europa, sin embargo, se avanza hacia el colapso todavía más deprisa. Así lo ha revelado el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el servicio Copernicus de la Unión Europea. Según los datos recogidos en los últimos 30 años, el Viejo Continente se calienta medio grado cada diez años, un ritmo más del doble de rápido que la media global. A pesar de las medidas tomadas por la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 31% en este tiempo, las consecuencias son tangibles y nefastas: entre 1991 y 2021 los glaciares alpinos perdieron 30 metros de grosor y el hielo de Groenlandia se está deshaciendo, cosa que contribuye a la aceleración de la subida del nivel del mar. Además, se intensifica la frecuencia y los efectos de los desastres naturales, como las sequías, las inundaciones y los incendios forestales.
Europa se calienta más rápidamente
El estudio alerta que independientemente de las medidas tomadas para frenar la crisis climática, "las temperaturas aumentarán en todas las zonas europeas a un ritmo superior al mundial" y con eso subirán los fenómenos extremos como las olas de calor. "Sociedades, economías y ecosistemas se verán afectados por episodios de calor excepcionales, incendios forestales, así como por otros efectos del cambio climático", advierten la agencia de Naciones Unidas y el programa investigador de la UE. Efectos que se han hecho notar este mes de octubre, el más cálido de la historia para Francia y Catalunya, por ejemplo. Y es que los países mediterráneos afrontan unos retos especiales, "si se alcanzan niveles de calentamiento global superiores a 1,5 grados, las lluvias extremas y las inundaciones aumentarán en todas las regiones, excepto en el Mediterráneo", donde sufriremos sequías durante los meses de verano.
La crisis climática mata y empobrece Europa
El OMM y UE recuerdan que en 2021 los fenómenos meteorológicos extremos causaron centenares de muertos en Europa (como las inundaciones con más de 200 muertes en Alemania, Bélgica y otros países), afectaron a medio millón de personas y provocaron pérdidas económicas de unos 50.000 millones de euros (unos 49.473 millones de dólares al cambio actual). El informe advierte de los efectos nocivos que el aumento de temperaturas puede tener a medio y largo plazo en la salud de los europeos, por las muertes que pueden causar las olas de calor, el riesgo mayor de zoonosis (enfermedades transmitidas de animales al hombre) o el aumento de los problemas de alergias y salud mental. Estas olas de calor, como la que causó 70.000 muertos en Europa en 2003, son los fenómenos climáticos más mortíferos en Europa, ya que su incidencia, combinada con la alta urbanización y el envejecimiento de la población característica del continente, lo hacen muy vulnerable. Con respecto a la contaminación, también influida por el calentamiento global, el informe recuerda que solamente en 2019 medio millón de personas murieron prematuramente en Europa a causa de la polución, mientras que reducirla podría evitar unas 138.000 defunciones prematuras cada año. "Europa es vivo reflejo de un mundo que se calienta, y nos recuerda que incluso las sociedades bien preparadas no se salvan de las consecuencias de los fenómenos climáticos extremos", ha destacado en un comunicado al presentarse el informe al secretario general del OMM, el finlandés Petteri Taalas.